Cordiales, tortas de pascua, de recao y de naranja, nevaditos, rollos, polvorones, mazapanes, turrones, alfajores, arrope y calabazate, pastelillos de cabello de ángel... Es prácticamente inabarcable la lista de irresistibles dulces típicos navideños que brotan estos días en los centros de las sobremesas de hogares ... y restaurantes, justo en esos momentos en que parece que los comensales no pueden comer más, pero sí. Todos estos bocados que han sobrevivido de generación en generación en la Región de Murcia cuentan, además, con sus propias peculiaridades locales. Por ejemplo, es típico comer rollos de mistela, orejas de fraile, sequillos y cristóbalas en Jumilla; pirusas, aguardentaos, liaos de anís, alfajores o yemas en Caravaca de la Cruz, o los exploradores y tortas escaldadas en Cartagena.
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Un universo de azúcar que conocen bien en El Turro, una empresa centenaria de Abarán que acaba de abrir una tienda hace solo tres meses en pleno centro de Murcia, en la calle Platería. El establecimiento se ubica a solo unos metros del local que montó con palos y cañas hace casi cien años Antonio Hernández, el bisabuelo de Francisco Hernández, a quien todos llaman 'El Turro'. Lo que viene siendo «un diminutivo de 'El Turronero', que era como llamaban a mi bisabuelo y mi abuelo, porque vendían turrones y garrapiñadas por las ferias y mercados de la Región de Murcia, sobre todo en Navidad», explica el heredero.
Casi un siglo después de que aquella humilde tienda echara el cierre, El Turro ha recuperado la joya de la corona familiar y vuelve a vender ahora todos los dulces navideños que uno se pueda imaginar en pleno corazón de la capital. Y, en la mayoría de los casos, con las recetas originales y centenarias de la familia. Empezando por una amplia gama de turrones -desde los de almendra a los de chocolate, pasando por el de yema tostada y la nueva variedad de mazapán con nata y nueces- y terminando por dulces típicos en peligro de extinción como el arrope de higo. También otros que amagaron con desaparecer hace varios lustros, como las famosas pastillas de café con leche de Alonso, cuya receta recuperó Confitería Maite hace unos años por obra y gracia de la sabiduría de un antiguo aprendiz de Alonso (Salvador López, alias 'El Divino') y que ahora ha incorporado también El Turro para deleite de los más veteranos transeúntes de la calle Platería de Murcia. Una apuesta «arriesgada», según Francisco Hernández, cuyo objetivo no es solo hacer llegar los dulces típicos de la Región a los hogares murcianos, sino que cordiales y tortas de recao viajen más allá de las fronteras autonómicas como recuerdos típicos de la gastronomía regional más golosa.
Todo ello, claro, con el permiso del aumento de los precios. Francisco Hernández pone el foco en la escalada del coste del azúcar, un ingrediente que en esta empresa se consume a razón de una tonelada cada diez días. En mayo, El Turro pagaba 600 euros por esos mil kilos, pero la factura por esa misma compra periódica subió en solo unos meses a casi 1.200 euros. Una preocupación que también comparte el portavoz de la Asociación Regional de Empresarios de Pastelería (Arepa), Juan Carlos Hernández, de Confitería Maite. «El azúcar se ha multiplicado por tres en un año, pero también han subido los huevos, la leche, la harina, la mantequilla... Incluso hemos tenido problemas puntuales de suministro». Pese a todo, Hernández cree que lo importante «es que después de dos años volvemos a tener unas navidades normales y queremos vender, y los clientes están respondiendo», y quizá por eso muchos profesionales del gremio «han intentado no repercutir esta subidas de los costes de la materia prima en el precio final que paga el consumidor».
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Esto supone casi un milagro que, sin embargo, no se ha materializado en la famosa Confitería San Vicente, en la calle del mismo nombre en pleno corazón de Cartagena, que estos días factura entre un 30% y un 40% del total del año. «Ha subido todo y al final nosotros también hemos tenido que subir los precios. El incremento de la factura de la luz también es exagerado. Si no subo los precios, tengo que cerrar», resume el maestro pastelero Antonio Sánchez. Es decir, tomar el mismo camino que las otras dos confiterías y pastelerías que existían en esta misma calle hace solo unos años. La Confitería San Vicente es la única que resiste aquí el paso de los años desde que encendió los hornos a mediados del siglo pasado. Los hermanos Antonio y Begoña Sánchez están al frente del negocio en lo que supone ya la tercera generación de pasteleros de la familia.
La Confitería San Vicente saca estos días de su obrador una media de 30 kilos de rollos diarios. Y sobre todo despacha cordiales, tortas de recao y los ya famosos murciatones, esa adaptación del panetón italiano elaborado con productos de la huerta: naranja, limón, pasas de Bullas, Jumilla y Yecla, melocotón de Cieza, albaricoque de Caravaca y Cehegín, almendra del Campo de Cartagena y Sierra Espuña, melón del Mar Menor, Torre Pacheco y Lorca y sal de San Pedro del Pinatar.
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El murciatone -que «se cuelga como si fuera un jamón», recuerda Juan Carlos Hernández- forma parte desde hace unos años de la libreta de recetas tradicionales de dulces navideños de la Región. Una libreta que engorda para estas fiestas la Confitería San Vicente, donde este año apuestan por nuevos productos como el submarino Peral de chocolate (a escala, claro) y los bombones de café asiático: «El regalo perfecto para estas navidades», vende Begoña Sánchez. ¿Ha dicho bombones de asiático? Póngame dos cajas.
Sor María es la encargada del Obrador del Convento San Antonio, en Murcia, donde también elaboran dulces típicos de la Región como tortas de pascua, nevaditos, mantecados, tortas de almendra y, siguiendo las nuevas modas pasteleras, el murciatone : «el nuestro es muy suave», define la religiosa. «Todo este trabajo lo realizamos en la vida de entrega a los demás, en un clima de silencio, para elevar la mente y el corazón a Dios. No sabemos a qué mesas van nuestros dulces, pero sabemos que terminan en un ambiente familiar donde hay necesidad de compartir». El objetivo de las nueve hermanas que cocinan en este obrador es «hacer más dulce la Navidad». Y también con sello propio, ya que aquí tienen especialidades exclusivas del convento como el llamado «pastel de Santa Beatriz, con fruta escarchada». También elaboran el pastel Salzillo, creado hace más de 14 años para celebrar el tricentenario del nacimiento del genial escultor murciano. Otro dulce «exquisito, porque las manos que lo elaboran son exquisitas», piropea Sor María, que lleva desde 2009 liderando el obrador.
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Mucho más tiempo tiene el libro de recetas de dulces navideños del restaurante El Alias, en Murcia, «legado de la abuela Paca», subraya María Dolores Abellán. La encargada del establecimiento aprendió a hacer cordiales y tortas de recao junto a su abuela y su tía abuela Teresa en la cocina del establecimiento, y quizá por eso los comensales reconocen que el colofón al banquete en El Alias es tan delicioso como siempre, como antaño. «Se ve que le cogí el punto», sonríe. Tanto, que algunos clientes piden a Abellán alguna que otra caja de cordiales para llevarse estas navidades a lugares como «Canarias y Almería», entre otros lares. Los mismos cordiales que se sirven en el restaurante, elaborados con buenas dosis de cariño y «con almendra marcona, cabello de ángel (marca Hida), azúcar y huevos». El resto de la receta, en la codiciada libreta de la abuela Paca.
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