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El melón de Torre Pacheco, dulce balón de rugby

Goza de fama gracias al clima y su ubicación y a la forma en que se riega

Miércoles, 7 de junio 2023, 18:45

Ya lo conocían los chinos hace más de 3.000 años. Aunque otros expertos sitúan su origen en el Antiguo Egipto hace 4.400 años. La relación de la Región de Murcia con este fruto enrome, jugoso y dulce siempre fue privilegiada. El melón entró ... en la Península Ibérica por el puerto de Cartago Nova en el siglo III a. de C., durante la dominación romana. Coherentemente, hoy el Campo de Cartagena acoge las mayores plantaciones de la Región, a su vez, una de las mayores productoras de España. De hecho, los arqueólogos han encontrado en el Coliseo Romano vestigios de uvas y melones, lo que hoy serían las palomitas y las hamburguesas en nuestros estadios de fútbol. Los golosos romanos comían el melón con almizcle para darle más dulzor todavía. Finalmente, fueron los musulmanes los que extendieron su cultivo en toda Al-Andalus.

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Pero lo importante no es la cantidad, sino la calidad. El melón de Torre Pacheco cuenta con la protección de la Indicación Geográfica Protegida (IGP). Y es que se trata de un producto de gran relevancia socioeconómica de la zona y, por extensión, de la región de Murcia. Son cuatro las variedades acogidas a la IGP: Piel de sapo, Galia, Amarillo y Cantaloup. Su cultivo ocupa más de 2.000 hectáreas, que suponen el 34% de las destinadas en la Región de Murcia al cultivo del melón. El 69% de las 75.000 toneladas anuales se destinan a la exportación.

Beneficios y consejos

  • Control de peso El melón está compuesto en un 80% de agua, apenas aporta calorías y tiene gran poder saciente, por lo que lo hace indicado para dietas de adelgazamiento.

  • Vitaminas y minerales Alto contenido de betacaroteno que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer. Además es rico en magnesio, potasio y calcio.

Pero, ¿cuáles son las razones del éxito del melón de Torre Pacheco? El clima y el suelo, como siempre, guardan el secreto, porque de sus características dependen sus cualidades organolépticas. Y de cómo se cultiva y se cosecha, naturalmente. Se cultivan en un clima mediterráneo subárido con fuerte influencia del cercano mar. Salinidad más humedad y la coincidencia de su maduración con el período de máxima insolación y ausencia de lluvias, junto con la forma de regar de los agricultores, usando las salinas aguas de los acuíferos de la zona le confieren a su carne una carne especialmente tersa y firme, con mayor capacidad de conservación, y más azucarada y sabrosa.

La Fiesta del Melón

De la importancia social de estos cultivos en la zona dan fe algunos acontecimientos vinculados. Por ejemplo, La Fiesta del Melón que se celebra en Torre Pacheco la última quincena de junio, una especie de tributo que tradicionalmente se rinde ante una fruta que tantas alegrías da. Otra de las muestras de esa vinculación social y simbólica con las po poblaciones del Campo de Cartagena se produce durante la celebración del Festival de Flamenco de Lo Ferro, en el que su principal trofeo es el 'Melón de oro'.

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¿Y qué hacemos con el melón en la cocina, aparte de empujarnos unas buenas rodajas a palo seco? Pues muchas cosas, además del conocido y viejuno plato del melón con jamón, conspicuo protagonista de bodas, bautizos y comuniones de pasadas décadas. Podemos dorar en una sartén con unas gotas de aceite trozos de melón y servirlo en una tosta con pulpo, no habrá plato más murciano. O con unas láminas de salazones, acentuando el contraste dulce-salado. Podemos hacer granizados, usarlo en ensaladas ácido-dulces, en gazpachos y cremas, mezclándolo, por ejemplo con aguacate; podemos casarlo con mariscos o incluso pescados, como en la receta que presentamos en esta misma página y, por supuesto, es un buen ingrediente jugoso, carnoso, dulce... en repostería. Y, a la hora de comprar, mejor seguir el refrán: «Al melón bueno y maduro todos le huelen el culo». Pero, siendo de Torre Pacheco, se lo pueden ahorrar.

  1. Una receta

    Boquerones con melón

4 boquerones mediados. / Melón. / Aceitunas verdes. / Cebollino. / Jalapeños rojos encurtidos. / Aceite de oliva Virgen Extra. / Sal. / Pimienta negra.

Limpiamos los boquerones, retirando la cabeza, las vísceras y la espina central y quedándonos solo con los lomos. Los cuadraremos del mismo tamaño. Cortamos unas láminas de melón de menos de medio centímetro de grosor y las recortamos también para adaptarlas al tamaño de los lomitos de boquerón. Ahora pasamos las láminas de melón por la sartén con unas gotas de aceite y unos granos de sal y pimienta molida. Los sacamos y reservamos. Limpiamos la sartén, ponemos un poco más de aceite y freímos los lomos con cuidado, con la piel hacia arriba, para evitar que se nos pegue. Y nos falta la vinagreta. En un bol mezclamos unos jalapeños rojos encurtidos (en su defecto unos pepinillos), unas aceitunas y cebollino, todo bien picado, con un poco de aceite. Ponemos en la base el melón; encima, el boquerón. Salseamos ligeramente con la vinagreta y decoramos con un bastoncito de cebollino.

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