Cuándo es mejor echar sal a los alimentos a la hora de cocinarlos

La mayoría de recetas y platos que se cocinan llevan sal para añadir un plus a la comida. Su función es la de resaltar el sabor de los alimentos, puesto que está copuesta de cloruro de sodio, una sustancia que libera iones al ponerse en contacto con algún líquido, como la saliva. Estos son los encargados de realzar el sabor. No obstante, la percepción no es igual para todos, pues depende de factores como la edad, las costumbres culturales o también individuales.

Independientemente de que los gustos de una persona puedan ser más o menos salados, hay que saber cuál es el mejor momento para sazonar los alimentos. Uno de los motivos por los que es preciso conocer el momento perfecto es su propia naturaleza: la sal absorbe el agua de su entorno. Por eso, la respuesta a la pregunta '¿cuándo es mejor añadir la sal a la hora de cocinar?' es: depende.

En el caso de la carne, se recomienda echar la sal después del cocinado, porque de lo contrario esta perderá su jugo antes de tiempo y quedará más seca. En algunas ocasiones sí se utiliza la sal antes de preparar la carne, sobre todo en preparaciones en las que es indispensable, como la salmuera. También se debe poner antes si se va a cocinar en las brasas, para que el ahumado entre mejor en el alimento. Por tanto, el momento depende del tipo de carne y de la técnica que se utilice.

Si lo que se va a cocinar es pasta, la sal debe echarse después de que el agua haya comenzado a hervir para evitar que se retrase el punto de ebullición. No obstante, si pones una cantidad suficiente de sal antes de que hierva y esperas lo suficiente, la temperatura aumentará más y, por tanto, la pasta tardará algo menos en cocerse.

También es recomendable echar la sal después del cocinada en los caldos y los guisos, para evitar que las sales, sabores y aromas de los alimentos con los que se está preparando el caldo se pierdan. Los guisos son algo más complicados, pues habrá que adaptarse a los alimentos que se estén cocinando: a las carnes y los pescados, por ejemplo, es mejor echarles la sal antes de meterlas en la olla.

En cuanto a los sofritos y salteados, la clave es añadirla poco a poco durante el cocinado, a la vez que se van sumando alimentos a la mezcla. Es mejor ser precavidos e ir rectificando para no pasarse ni quedarse corto.

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