El sabor del mar desembarca en Águilas en forma de tapa

El sabor del mar desembarca en Águilas de la mejor manera: en forma de tapa. Hasta el 30 de marzo, la II Ruta de los Salazones vuelve a poner en el centro del plato los bocados más característicos de la localidad, propios de una tradición cuyas raíces van de la mano de la historia del Mediterráneo. Doce locales y restaurantes de la ciudad ofrecen hasta este domingo una treintena de tapas perfectas para disfrutar del buen comer y descubrir cómo la tradición sigue viva en cada rincón de la ciudad.

Águilas sabe que, en su municipio, los salazones no son solo parte imprescindible de su gastronomía, sino también piezas de su cultura. Desde tiempos de los romanos comenzaron a utilizar este método de conservación en producciones como el garum, una salsa fermentada de pescado. Con el paso de los siglos, la tradición nunca se perdió e incluso llegó a convertirse en símbolo de la gastronomía local. Tanto es así que hoy en día siguen siendo un emblema de la cocina aguileña.

Entre la oferta que ponen sobre la mesa los bares y restaurantes participantes hay opciones variadas para todos los gustos. No pueden faltar las tapas más clásicas y tradicionales, como una buena marinera coronada con su anchoa; una ensalada de tomate (de los buenos), bonito, tallos y otros encurtidos; un plato de mojama y hueva con almendras; o unos pimientos asados acompañados de anchoas.

Son recetas que se repiten en varios de los locales asociados a la ruta, pues su propia naturaleza de clásico indiscutible los convierte en imprescindible de la ciudad -y de la Región-. Junto a ellos, la Ruta de los Salazones propone un buen puñado de elaboraciones más originales e innovadoras, capaces de combinar los típicos productos aguileños en recetas elaboradas.

De bocado obligatorio encontramos opciones como una ensaladilla de pulpo y hueva; un bonito con crema de aguacate y encurtidos; o un crespillo con queso mousse, tomate y bonito o una brandada de bacalao. El objetivo de las 32 tapas que componen esta ruta es el mismo: poner sobre la mesa las bondades del salazón aguileño, un producto con sabor, historia y cultura.

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