Restaurante Felipe

Pachi Larrosa

Miércoles, 9 de septiembre 2009 | Actualizado 21/09/2020 11:28h.

Pantagruel es un personaje literario creación del escritor francés François Rabelais en el siglo XVI. Se trataba de un gigante de apetito tan voraz que su nombre ha dado en adjetivo: pantagruélico. Bueno, pues si el tal gigante se reencarnara no habría mejor sitio para saciar su hambre que el restaurante Felipe. Espectacular despliegue de productos de gran calidad, de guisos y preparaciones antiguas, algunas difíciles de encontrar fuera de aquí, de sabores y aromas viejos y contemporáneos, de generosísimas raciones. Al frente, Paco, el hijo de Felipe, fundador del restaurante hace décadas, hombre de mente y verbo ágiles, dotado de habilidades sin cuento para las relaciones públicas. Y en las cocinas, su mujer, alma del establecimiento, con un saber culinario atesorado por generaciones. Guisos y platos de cuchara elaborados despacio, acunados por las manos de la cocinera (unas fabes para repetir, unos callos a la madrileña para no olvidar, unas migas para pecar); pescados frescos –¡qué calamares a la plancha con su tinta, qué guiso de morrillo de atún; carnes de alta calidad, como un chuletón de buey a la parrilla (cuidado con pedir muchos entrantes, porque aquí las raciones son contundentes)... eso: pantagruélico.