Mar de cañas

Hay dos maneras de llegar al restaurante Mar de Cañas: por el puerto, desde La Unión hacia Portmán, a través de un torturado y ferruginoso paisaje casi marciano, vestigio de las explotaciones mineras de antaño, o atravesando Atamaría desde La Manga Club para darse de frente con la magnificencia de la bahía. En cualquier caso, itinerarios espectaculares para acabar en lo que fue una antigua venta a pie de puerto, frente a un enorme campo de cañas que le da nombre, y en insólito contraste de lo rural del exterior con esas vistas a un paisaje propio de Mad Max con la moderna y centroeuropea decoracion interior. Cocina contemporánea que mira a los productos del mar y de la huerta tan cercanos para reinterpretar elaboraciones y crear otras nuevas. Una de sus banderas gastronómicas es el arroz de plancton, un arroz meloso, de un color verde espectacular y todo el sabor yodado del mar en la boca. Pero de las manos de su cocinero, Pablo Pagán, la carta ofrece, entre otras cosas, un delicado helado de gazpacho con sardina marinada, unas deliciosas vieiras con puré de boniato y aire de naranja, un tataki de cerdo ibérico con helado de mostaza o una mousse de erizos de mar. Pulpo tres texturas, con cremoso de pimentón y helado de violeta, parrillada de verdura de temporada, panceta marinada en fruta cítrico ‘Sudachi’, en chile, pescados frescos y carnes premium son otras de las propuestas. Y por supuesto, el capítulo de los arroces, entre los que, además ‘del verde’, nos encontramos con uno negro con pulpo y otro de presa ibérica y setas. Se merece una visita.