Cervecería Ana Belén, fresco y natural

La gran curiosidad de esta cervecería es que los propietarios también regentan una pescadería situada justo al lado donde uno puede comprar pescados y mariscos para llevar a casa y que es el principal proveedor del bar. La idea de montar un local para darle salida a los productos de la pescadería se parece mucho al modelo que hay en algunas plazas de abastos pero, en este caso, sin posibilidad de elegir el género, solo con la confianza de que todo lo de la carta viene del local de al lado.

La media docena de mesas del comedor están todas reservadas. Menos mal que uno ya es zorro viejo y llamé hace un par de días para no tener problemas. En la barra, una bandeja de horno porta un pulpo de unos ocho kilos cocinado a la murciana en un alarde de producto y, sobre todo, de buena mano en la cocina. Un chorro de limón y, ciertamente, uno de los mejores pulpos que he comido en mucho tiempo. Tierno, sí, pero nada baboso. Perfecto. Curritos y familias con hijos ya comulgados conviven en perfecta sintonía en el interior y en una de las ventanas que dan al exterior. En Ana Belén uno puede comer bien y gastarse lo que quiera. Esa es la clave.

La ensaladilla de marisco viene bien de gambitas y sucedáneos de cangrejo, la proporción justa de mahonesa y la lechuga tersa y fresca. Pipirrana sobre un pan tostado con alcaparras y con tomate, como se suele hacer en Cehegín, con un resultado más meloso que la que solo contiene ñora, cebolla, aceitunas y bacalao salado.

Muy recomendables los mejillones tigres caseros y unos berberechos al vapor frescos y naturales muy bien recomendados por la camarera. De la gamba roja pido de los dos precios disponibles: unas a dos euros y otras a cuatro euros y medio. Sinceramente, dejaría pasar las más económicas, ya que hasta la propia camarera confirma al dejarlas en la mesa: «Aquí tienes las buenas».

Buena fritura de pescado, con chanquete, calamares, pescadillas, boquerones y sardinas en donde el pescado queda jugoso; y una buena rodaja de ventresca de atún cocinada a la plancha y en su punto, con el inmenso detalle de poner la salsa verde en un cuenco al lado para que le ponga por encima quien quiera.

En definitiva, esta cervecería de Las Torres de Cotillas tiene una visita, tanto si buscan un buen trozo de pulpo con una cerveza, o si quieren juntarse con cuatro amigos para celebrar la vida y ponerse ciego a ostras, quisquillas, navajas, cigalas, rodaballo, carabineros y demás bichos del mar. Larga vida.