Atempo Weekend Bistrot, sentirse especial

Quien no haya estado en Atempo Weekend Bistrot se está perdiendo a uno de los camareros más importantes, interesantes y magnéticos que puede conocer en la Región de Murcia. Paco García es único y el restaurante que regenta junto a su mujer, Mónica, es un fiel reflejo de lo que ambos entienden que debe ser una experiencia gastronómica.

Es el espacio es pequeño, con unas doce mesas, y cada 14 de febrero la temática y la decoración del local cambia completamente. Hasta hace una semana era Londres, The Beatles, una cabina roja en la entrada, Los Rolling y algunos guiños en los platos de la carta a la cocina de la ciudad inglesa y, seguramente ya, o desde el próximo día de los enamorados, es la ciudad y la cultura de Berlín la que ocupará el escenario de Atempo. Como si de un escenario itinerante se tratase.

Esto, de por sí, ya lo convierte en un local único en la Región. Que yo sepa, El Portal de Alicante es el único que modifica toda su decoración sistemáticamente haciendo que cada comensal disfrute de una experiencia diferente sin moverse del sitio cada cierto tiempo.

Pero es que Paco es único en sí mismo. Además de tener una gran carta de vinos y de controlar muchísimo de este mundo, tiene ese don que algunos camareros disponen de saber leer la mente. «Te voy a poner un americano rebajado con tónica», me dice a los diez segundos de verme dudar entre una cerveza o un Jerez para arrancar la comida. Efectivamente, acierta de pleno, lo que se suma a una primera gran impresión por la decoración (y música) londinese de la sala y a una carta gastronómica que intenta, con mayor o menos acierto, diferenciarse del resto e igualarse al servicio de sala.

Rica torrija caramelizada con tartar de atún maridado y fresas. Contundente croqueta de gamba roja con un hipercrujiente rebozado; un panipuri de secreto estofado; o un calamar con pisto de calabaza al cardamomo verde con una corona de brotes verdes de buen nivel técnico y de resultado correcto.

Encuentro delicioso el plato de gamba salteada con velo de panceta y crema de almendras. Es cierto que la combinación deja poco margen al error, pero la calidad de los productos y el punto de la cocina es lo que convierte a este plato en un imprescindible de Atempo. Superarriesgado encuentro el secreto con vieira, mostaza y pan. Si los puntos de cocción son perfectos veo, con sinceridad, que la vieira no termina de encontrar su sitio en el plato. No le hace falta, a mi modo de ver.

Termino con varios postres pequeños, resultones y chisposos que van en consonancia con el resto de la experiencia gastronómica, pero que no me dejan en la memoria un recuerdo como el que consigue la sala.

En definitiva, Atempo Bistrot es un lugar tan auténtico que solo abre los fines de semana y que arranca en breve una temporada nueva con Berlín como temática principal. Una experiencia en la sala muy especial y una cocina divertida y sabrosa que termina consiguiendo que todos los comensales se sientan especiales.

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