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Los restaurantes que basan su oferta gastronómica en un menú fijo con el arroz como plato principal, como es el caso de La Casona, tienen varios denominadores en común. Por un lado, el precio suele ser fijo y moderado, con la bebida aparte. Plato de embutido, ensaladilla rusa, sobrasada y alioli, ensalada de pimientos, pan redondo tostado en el horno de brasas, arroces secos, al más puro estilo alicantino y postres caseros variados con fruta. A priori, por un precio que suele ir de los treinta a los cuarenta euros y posibilidad de que la paellera venga con conejo, pollo de corral, costillejas ibéricas, verduras, marisco, pulpo, negro con gambas o bogavante. La oferta es casi insuperable y, la idea de negocio, por el ahorro de mermas, también.
La diferencia en estos locales radica en los detalles de cada uno de estos platos, en el espacio en sí y en el servicio y, en La Casona, los detalles están francamente cuidados. Desde el uniforme de los camareros, el recibimiento, la calidad del embutido, los picos que lo acompañan, la ensalada de tomate de pera en conserva con pimientos o la incorporación de una patata asada con mojo picón al menú, tan modesta como deliciosa, o la de una alcachofa en conserva muy bien pasada por las brasas, así como la de una melosa ensaladilla rusa. Todo muy bien cuidado.
Quizá las tostadas industriales de la ensaladilla o que las alcachofas fuesen frescas son los dos únicos puntos de mejora, por decir algo, que se le pueden achacar al restaurante. Pero es que, además, el local lleva abierto solo desde el mes de enero, por lo que sacar pegas a este excelente menú es casi de ser un canalla.
7
Cocina
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Calidad/precio
6
Servicio
7
Local
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Bodega
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Datos
Dirección: C. Mayor, 114, Llano de Brujas.
Teléfono: 621 41 25 25
Horario: Abierto de 10 a 17 horas. Cierra los martes.
Precio medio: Unos 35 euros por persona.
El arroz, como digo, es seco y cuajado al sarmiento, como los de Pinoso. Desde que pusiera de moda este tipo de arroces Paco Gandía y más tarde Casa Elías, es raro ver un restaurante en la Región de este tipo que haga melosos, arroz y huesos o caldero. En este caso, como el resto de platos, de diez. Los tropezones de conejo suficientes, tiernos y de un bicho que no tendría más de un kilo setecientos; el arroz bomba de Calasparra, en su punto perfecto y con un sabor del fondo de intensidad media, con claros matices ahumados, y sin destellos de romero o tomillo que enmascaren su sabor natural. Además con caracoles, que le dan ese sabor tan peculiar y valorado.
Los postres al centro, con tarta de la abuela, pan de calatrava, unas fresas con nata en el interior y un poco de flan de nata con, eso sí, un chorreón de sirope de caramelo por encima para equilibrar el café solo del final con sacarina.
La Casona ocupa ahora lo que fue en su día Palacete del Almudí en Llano de Brujas, un espacio muy cuidado en todos los aspectos. Hasta la música que suena de fondo tiene un punto tecno actual, lo que le aporta un contraste muy agradable de rusticidad actualizada. El menú de chuletón, que también tienen, y la agradable terraza, los dejo para los días de primavera que van llegando.
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Rubén García Bastida
Lucía Palacios | Madrid
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