Amanecer bien en Café Milano

La cola de pedidos en Café Milano va engordando en la barra, y encontrar una mesa libre cada vez es una tarea más complicada. De hecho, el camarero me pide que escriba en una minúscula libreta de cuadros lo que quiero para desayunar junto a mi nombre. «Ahora te llamamos», concluye. No tarda mucho, la verdad, pero la pareja de empresarios que dirige el local seguro que ya se ha planteado más de una vez meter a alguien más en el negocio para abastecer a los parroquianos que se acumulan a la hora del desayuno.

De momento no le hace falta, pero casi. Uno está en la máquina del café, y la otra hace tostadas como si no hubiese un mañana. Y esto supone uno de esos espectáculos laborales que los chavales de las escuelas deberían de ver una vez al año para aprender del método de organización. No esperes que los camareros te den mucha conversación cuando llegas, porque siempre tienen lío, pero en Milano la rapidez y la efectividad no están reñidas con la educación y el saber tratar a los clientes.

Y es que en Milano hay un café italiano muy bueno y, sobre todo, unas tostadas que son, a mi entender, la mejor forma de empezar el día. El pan es un mollete redondo que tuestan bien y que complementan de diversas formas. A mí la que me hace más feliz es la de pasta de trufa con queso y 'coppa' -un embutido parecido al lomo-. Pero da igual las que uno pida; todas están muy ricas. Entre otras cosas, porque la mayoría llevan embutido italiano como speck-trancio, mortadela, panceta 'arrotolata', panceta 'coppa', salami de Parma, salami picante, jamón York, panceta ahumada o sobrasada picante.

Sobrasada y parmesano, pesto o croasant de queso, de nutella o incluso de pistacho son algunas alternativas a las tostadas más contundentes con los productos de la marca Ferrarini. Mi recomendación es ir con un poco de hambre y disfrutar de las tostadas que van más allá del aceite, el tomate o la mermelada con mantequilla, porque en Milano se hace buena la frase aquella de que el desayuno es una de las comidas más importantes de día.

El local tiene una terraza con media docena de mesas, además de las del interior y, sobre todo, hay que estar muy atento al horario de apertura, ya que desde las siete de la mañana está abierto pero a las doce y media bajan la persiana hasta el día siguiente. Domingos y festivos, cerrado.

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