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El esquinazo que ocupa Albedrío frente a la iglesia de Santa Eulalia es un buen comienzo para montar un bar. Cristaleras donde apoyar la cabeza y ver la gente pasar bajo la lluvia, mesas bajas y altas para encuentros con amigos, cervezas, un ambiente agradable y acogedor con un servicio de sala detallista y simpático y una cocina que parece haber dado con la tecla por su diversidad de tapas y, sobre todo, por el precio.
Albedrío es ya el tercer local que se instala en la Región tras los de Cartagena y Lorca. No es una franquicia, sino una cadena, por lo que todo lo que se come allí se ha hecho de una forma más o menos artesanal en un gran obrador que reparte las viandas a los tres centros. De ahí que quizá puedan mantener precios tan asequibles.
En la carta encontramos picoteos como marineras, caballitos, timbal de puerros, flor de alcachofas -ni un solo bar o restaurante sin su flor de alcachofa-; ensaladas, tomate partido; daditos -croquetas en miniatura- de setas y trufa, de bacalao, jamón, queso o morcilla con pera; platos al centro como jamón, queso, revuelto de alcachofas, pulpo a la gallega con patatas, calamar enharinado, chuletón o berenjenas en tempura con miel. Tostadas de guacamole, de sobrasada, brochetas de pavo, sepia con panceta o pisto de calabacín. Minihamburguesas y postres. Como veis, un buen surtido de bocados que apetecen a precios bajos que, una vez puestos en la mesa, ni sorprenden ni defraudan a nadie.
6
Cocina
5/10
Calidad/precio
6/10
Servicio
7/10
Local
6/10
Bodega
5/10
Dirección Plaza Santa Eulalia. Murcia
Teléfono 602 485 454.
Horario Cierra domingos por la noche y lunes todo el día.
Precio medio Unos 30 euros por persona.
Pruebo la tosta de sobrasada con miel y almendras; la de ajo negro con sepia y panceta; y la de bacalao con ajo negro. Un buen inicio para ir saciando a la bestia que llevo dentro. El cazón en adobo viene en trocitos más pequeños de lo que solemos encontrarnos demostrando que estos sí son caseros. Los encuentro bien adobados y fritos en un aceite limpio. Continúo con el revuelto de patata y bacalao muy jugoso y un surtido de las mini croquetas variadas. Medio bocado cada una, donde la intensidad de los sabores se van modulando según el ingrediente principal. Alta de sabor la de morcilla.
El timbal con puerro y pulpo trae más puerro que pulpo. Bien aliñado con aceite y pimentón. Prefiero las tortillas de camarón que hacen en casa de una forma muy peculiar: la masa queda más esponjosa que crujiente, recordando casi a a un paparajote con sabor a mar. Las albóndigas de pavo fritas también pasan el corte, al igual que la miniburguer con lechuga y tomate que me embaulo en dos bocados.
Termino con un volcán de chocolate rociado con caramelo. En general, todos los platos están correctos y no me importaría volver con algún colega a tomarme cualquier cosa, aunque el éxito del local ha hecho que tengas que reservar con varios días de antelación para conseguir mesa los fines de semana.
Albedrío es un bar de cañas. Todo está pensado para disfrutar de una cerve en buena compañía con una conversación agradable y con un picoteo lo suficientemente variado como para que le guste a todo el mundo. El barrio crece a mejor con estos locales sin pretensiones, pero que trabajan en obrador los productos ellos mismos para no tirar de quinta gama. Y eso se nota.
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