Sábado, 19 de diciembre 2020
EFQ. Además de los valores que suscita el mundo del vino desde el punto de vista productivo, natural y cultural, alimenta también una rica diversidad en la Región de Murcia. A pesar del protagonismo generalizado de la variedad Monastrell, las diferencias en los paisajes por clima, altitud o tipo de tierra suponen un añadido interesante en el territorio vitivinícola de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vinos de Bullas.
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Las tierras de esta DOP constituyen un rico mosaico dada su extensión en una relevante fracción de la superficie regional. Las ventajas a la hora de combinar y protegerse frente a las inclemencias climatológicas permiten mantener una calidad emergente y continuada en el tiempo.
La añada que está por llegar se presenta con unas expectativas inmejorables lo que afianza la presencia de los vinos de la DOP Bullas entre los sabores destacables de la Región. Este hecho, largamente perseguido, y que tantos reconocimientos nacionales e internacionales acapara, debería servir de orgullo y satisfacción para el consumidor murciano al igual que el amplio muestrario de productos autóctonos de los que disfrutan bajo la marca de calidad territorial más intensa que son las DOP.
Las Denominaciones de Origen son entidades esenciales para el consumidor al asegurar una calidad y una trazabilidad contrastable. La seguridad en todo el proceso está controlado y responde a lo que ofrece, de las uvas al vino, todo ligado a unas tierras con la protección legislativa desde la Unión Europea. El consumidor reconoce esa trazabilidad y es capaz de pagar una prima por ese hecho diferencial. Por lo tanto, cualquier iniciativa que no esté amparada y pretenda parasitar el esfuerzo y la trayectoria de este quehacer incurre en fraude, está engañando al consumidor y es sancionable por las Administraciones Públicas.
«La situación actual pone de manifiesto la necesidad de diversificar y avanzar en la búsqueda de valor añadido para nuestros vinos y viñedos», asegura el presidente de la DOP Bullas, Francisco Carreño, que entiende que las bodegas que más dependen del canal horeca (hostelería y restauración) están sufriendo en mayor medida que aquellas que han desarrollado una estrategia ligada a la alimentación (grandes superficies), exportaciones o venta online.
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La DOP Bullas debe apostar por dar a conocer lo que la diferencia y el contacto con la naturaleza puede ser un aliado. «Mostrando nuestros viñedos tenemos una oportunidad inmejorable. Los paisajes de las viñas de la DO Bullas son atractivos y en ellos debemos desarrollar iniciativas. Porque ahora el consumidor actual y potencial agradecerá el contacto con la tierra y lo que podemos ofrecer al mostrarlos», dice Francisco Carreño, que recuerda en este sentido la importancia de una iniciativa como las Rutas del Vino.
«Estoy convencido que al acercarse a nuestros vinos y viñedos el consumidor reconocerá la calidad y bondad de lo que ofrecemos y será un embajador de los sabores de nuestra tierra», asegura Carreño.
Más información en: www.vinosdebullas.es
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