María Teresa Irles Luna, de chica de la farmacia a Reina de la Huerta

El camino hasta el ansiado título no ha sido fácil. Ya cuando tenía 11 años quiso ser la Reina Infantil, pero sobrepasar por dos años el límite de edad le impidió presentarse. Tampoco esto acabó con su «mayor ilusión y decidió esperar para postularse como la representante de la peña La Palmera-Melón. Una agrupación a la que entró con tan solo 8 años, por cuenta propia y sin tener una tradición familiar. Fue la curiosidad por la danza y su fascinación por conocer el baile regional lo que le empujó a descubrir el folclore. Poco a poco se fue empapando de la cultura tradicional, y su compromiso por promover la música, las fiestas y la gastronomía de Murcia fue creciendo. Hasta tal punto que alentó a su entorno más cercano a unirse a estas peñas huertanas que buscan velar y proteger las costumbres de la tierra. Siendo la pequeña de su familia, María Teresa animó a sus padres y a uno de sus hermanos mayores a que también ingresaran. Algo muy anecdótico cuando lo más habitual es que sean los progenitores los que transmitan este tipo de tradiciones, y que demuestra la pasión de María Teresa por estas fiestas.

Gracias a ello pudo ir a festivales, conocer gente nueva y recorrer diferentes puntos de España. Recuerda con mucha felicidad un viaje en especial que realizó a Francia durante un intercambio cultural. Para ella fue una «locura» que la cultura regional llegara hasta un país tan diferente. María Teresa siempre ha mostrado un especial interés por transmitir su pasión por esta Región. No desaprovecha ni una sola oportunidad. Desde el mismo expositor de la farmacia en la que trabaja desde 2018 la murciana explica a sus clientes por qué algunas veces lleva ese curioso peinado. Y es que María Teresa Irles, que se ha criado en el barrio de Santa María de Gracia, compagina el año de reinado con su trabajo en una céntrica farmacia de la ciudad. Vestida con la peculiar bata blanca también puede decir que ha cumplido otro sueño: «Cortar las cajas de los medicamentos». Con esta divertida anécdota inició su curiosidad por el mundo sanitario. Cuando era pequeña le ilusionaba ir a las farmacias para ver cómo con el cúter quitaban la parte del código de barras de los fármacos. Descubrir más de este oficio, cómo saber la forma de aliviar los dolores, y, en palabras de su mejor amiga, ser una persona siempre dispuesta a «ayudar a los demás», son las razones que le llevaron a ser auxiliar de farmacia. A María Teresa le tocó vivir de cerca la crisis sanitaria que trajo la pandemia, y esos primeros días fueron especialmente «duros», ya que cuando acudía hasta las casa de los mayores para suministrarle los medicamentos descubría que algunos «ya no estaban».

El día que se suspendió la elección de la Reina de la Huerta fue un batacazo para ella. «Me dio un bajón», cuenta María Teresa. A solo unos días para que se anunciara el nombre de la candidata que más votos había recibido se decretó el estado de alarma y todo quedó paralizado. Únicamente quedaba hacer el recuento con la puntuación del jurado, pero esa información tuvo que ser guardada ante notario hasta que se volviese a la normalidad. Una incertidumbre que pudo resolverse en 2021 y permitirá a María Teresa, 14 años después de esa primera ilusión, desfilar en el día grande de Murcia: el Bando de la Huerta.