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Catalina Ojados
Murcia.
Lunes, 23 de septiembre 2024, 00:22
La Feria Taurina de Murcia 2024 finalizó con un emocionante mano a mano, impensable hace pocos años, entre dos titanes del rejoneo: Andy Cartagena y Diego Ventura. Con más de tres cuartos de entrada, la Condomina, acogió a un público particular, distinto al que se ... había visto en las corridas previas del abono. En esta ocasión, los aficionados al caballo tomaron el protagonismo, dando al ambiente un tono más festivo y entregado.
Los toros de Los Espartales, ya un fijo en el cierre del ciclo murciano, no defraudaron ante la expectativa. La tarde prometía y, desde el primer momento, la entrega del público fue total. Al abrir el paseíllo salieron al ruedo todos los caballos de las cuadras de los rejoneadores, algo inusual que no habíamos visto en esta plaza pero que le dio vistosidad al arranque.
El primero de la tarde, al igual que el segundo, rozaba los 600 kilos de peso y se llevó dos rejonazos de castigo antes de realizar una faena por banderillas de las que salió de la cara del toro dando piruetas.
Con su caballo albino, de nombre 'Duende', llegó la muestra de doma y no faltaron las posadas, llamando la atención del público.
Sorprendió la actuación de 'Pintas', con el que clavó tres cortas. Y un par a dos manos tras una serie de piruetas en la misma cara del toro. Mató de un certero rejón y se le premió con la primera oreja de la tarde.
El segundo fue para Diego Ventura, que ya empezó con los quiebros al colocar los rejonazos. Pero el espectáculo lo formó con 'Bronce', el caballo que sin cabezada y sin riendas se acercaba al toro con decisión para clavar un par a dos manos bien jaleado y remató tirándole bocados a los pitones del toro.
La rueda de rosas dio paso a un rejonazo que hizo rodar al toro de forma fulminante que desató la locura del público, que no paró de agitar los pañuelos blancos hasta que se le concedió el rabo.
Tras el rotundo triunfo de su compañero de cartel, Andy salió a tope, y se fue a esperar al toro a portagayola con 'Dorado'. Con 'Cártago', con sus largas crines sueltas, clavó las banderillas con acierto y lucidez.
Después, fueron del ruedo 'Baena' y 'Dama', que pegó un recital de seis cabriolas seguidas.
Plaza de goros de Murcia Corrida de rejones. Último festejo de la Feria de Murcia. Más de tres cuartos de entrada.
Los toros De Los Espartales, reglamentariamente despuntados para rejones.
Los toreros. Andy Cartagena oreja, oreja y ovación. Diego Ventura: dos orejas y rabo, oreja y oreja.
Volvió a salir 'Pintas', el caballo Appaloosa, para poner las rosas. La ovación más fuerte fie cuando el rejoneador le colocó el sombrero al toro antes de ir al por el rejón de muerte, que clavó con soltura y eficacia. Le valió para cortar una oreja aunque se le pidió con fuerza la segunda, que el presidente denegó.
Con el 4º de la tarde, que saltó al callejón, Ventura formó otro lío. El rejoneador, en estado de gracia, brilló desde el primer encuentro, demostrando su maestría y conexión con el astado. Ventura ejecutó con precisión el par de banderillas a dos manos, desatando la ovación del público que ya estaba completamente entregado a la faena.
El caballo llegó a ponerse de rodillas, hizo varias posadas facilitando que Ventura desplegara una serie de cortas que calaron hondo en los tendidos. Tras un pinchazo llegó el rejonazo, también fulminante, y una oreja más para la lista de trofeos.
Andy Cartagena realizó una impresionante faena con el quinto toro de la tarde, que salió de toriles como el AVE, pero le templó rápidamente en los medios mostrando su maestría en el rejoneo. Dedicó su actuación a su hermano Enrique, quien, a pesar de estar lesionado, cumplió con su labor. Cartagena destacó al torear sin riendas con su caballo 'Jinocente', creando una conexión única. La emoción alcanzó su punto máximo cuando realizó un par a dos manos, lo que provocó el clamor del público. Su actuación demostró no solo su habilidad como rejoneador, sino también su arte en la doma. No anduvo acertado con el acero en esta ocasión y tras dos pinchazos saludó una ovación.
Salió el que cerró plaza y Ventura volvió a traer la revolución. El público ya estaba muy entregado a los malabares del rejoneador y le jaleó de principio a fin. Desde la primera banderilla hasta que salió con 'Conguito' e hizo el despliegue de quiebros y toreó a dos pistas cambiando el sentido en un palmo de terreno.
'Nivaldo' aguantó sin inmutarse en los medios, esperando el embroque para colocar los palos en lo alto. El caballo echó pie a tierra y dejó que se luciera de camino al patio. Montando a 'Guadiana' puso las rosas, hizo el teléfono y luchó por levantar al toro, que se había echado. Cuando lo puso en pie, clavó el rejón tras un desapercibido pinchazo. No enfrió al respetable, que sacó con los pañuelos con ansia al grito de «torero, torero», hasta que el presidente concedió la última oreja de la Feria Taurina 2024.
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