Alberto de la Bella: «En verano ya se veía que esta plantilla tenía algo especial»
«Mi idea era volver a San Sebastián, pero me he quedado por la insistencia de Luis Carrión y porque creo que puedo ser útil»
Alberto de la Bella (Santa Coloma de Gramanet, 36 años) tenía claro que el «día después» de jugar su último partido como profesional hacía ... las maletas y se instalaba para siempre en San Sebastián junto a su mujer, Marta, que es vasca, y sus hijos, Enzo y Paris, que nacieron en Donosti. Pero a última hora cambió de opinión, sobre todo por la insistencia de Luis Carrión, técnico albinegro, y por el «buen sabor de boca» que le dejó su despedida como futbolista en Cartagena. Por eso acaba de incorporarse al cuerpo técnico del Efesé como mentor deportivo.
–¿Cuál es exactamente su función a partir de ahora en el club?
–Llevo un par de años formándome en temas de coaching, autoconocimiento y desarrollo personal. Me he querido quedar en el Cartagena para devolver al club lo que me ha dado en los dos últimos años. Lo normal es que acabe volviendo definitivamente a San Sebastián el año que viene o el siguiente. Pero sinceramente creo que yo ahora puedo aportar mi granito de arena en el Cartagena y tanto Luis [Carrión] como Paco [Belmonte] han insistido mucho en que me quede y yo tengo que dar las gracias a ambos. Este es un reto bonito.
«Trabajo a diario con las nueve personalidades del eneagrama y lo hago de forma individual»
–¿Cómo ha sido esto de pasar del vestuario de los futbolistas al de los técnicos de un día para otro?
–Es extraño, desde luego. Pero muy gratificante. Y luego yo tengo una ventaja: el año pasado, cuando ya jugaba poco, estaba muy encima de mis compañeros y quise ayudar desde fuera. Siempre estaba para escuchar a mis compañeros y echar un cable a todos. Es lo mismo que me toca hacer ahora, pero de una manera más intensa. Me parece que el tema del acompañamiento al deportista de élite es fundamental y no se le ha prestado nunca demasiada atención. El jugador que tiene la cabeza limpia rinde mejor. El 100% no es el físico solo. Al 100% se llega cuando tu sales a un terreno de juego en paz contigo mismo y, por ejemplo, no te da miedo fallar un pase o arriesgar con el balón. Estar al 100% es no temer al murmullo de la grada y jugar con naturalidad.
–He escuchado muchas veces que el futbolista es un privilegiado y que no tiene por qué sentir presión cuando compite. Que es rico, famoso y hace lo que le gusta. Que la presión de verdad es la que siente un padre de familia que no llega a fin de mes.
–Es un tópico, sí. Que el futbolista tenga la vida solucionada a nivel económico no significa que sea un privilegiado ni que su cabeza funcione como una máquina. Hay miles de ejemplos de que la ansiedad, el estrés y la presión limitan el rendimiento de un jugador. El otro día hablaba de ello Borja Iglesias [delantero del Betis y quien acaba de estrenarse con la selección española] y es un buen ejemplo de esto. Se vio superado por las expectativas al fichar por el Betis y estaba paralizado por la presión. Lo fue trabajando y le ha dado la vuelta a la situación. También lo comentó la semana pasada en una entrevista Gonzalo Higuaín [exdelantero del Real Madrid y de la selección argentina]. La sensación de bloqueo y la aparición de la ansiedad en un futbolista no tienen nada que ver con los ceros de su cuenta corriente.
«Al 100% se llega cuando estás en paz contigo mismo y aparcas la presión y la ansiedad»
–¿Trabaja de manera grupal o individualizada? ¿Entre semana solo o también antes de los partidos?
–Casi todo el trabajo es individual y se hace de lunes a viernes. Los fines de semana todo es más táctico y está centrado en el partido del domingo, donde Luis [Carrión] se encarga más de cuestiones que tienen que ver con el partido. Y obviamente cada persona requiere una cosa distinta. De Blasis es un veterano que piensa mucho en el equipo y es una persona que lidera. No necesita lo mismo, por ejemplo, que un chico joven como Isak [Jansson], que acaba de llegar de Suecia y que tiene la barrera del idioma en su primera experiencia fuera de casa. Yo trabajo con las nueve personalidades del eneagrama, que son el reformador, el ayudador, el triunfador, el individualista, el investigador, el leal, el entusiasta, el desafiador y el pacificador. Y luego me fijo en lo que pasa dentro del campo, en cada entrenamiento y en cada partido, para adaptarme a cada uno. Pongo un ejemplo que conozco, el de Pedri, porque estuve con él en Las Palmas. Es un chico joven que juega de una manera increíble. Tiene un don especial. No le afecta el murmullo ni la presión. Juega igual en el Camp Nou ante 90.000 personas que como lo haría en una pachanga con amigos.
«El año pasado lo disfruté sabiendo que era el último y ya ayudaba desde fuera a mis compañeros»
–Pero eso no es lo normal.
–No. Yo he tenido muchos compañeros a lo largo de mi carrera que eran un auténtico espectáculo durante la semana en los entrenamientos y que, cuando llegaba el domingo, se quedaban completamente paralizados por el miedo a fracasar o por la exigencia que ellos mismos se habían puesto y no daban ni el 30% de su rendimiento durante el partido. Esto es muy común y en esto es en lo que debe centrarse la tarea del mentor deportivo.
–La gimnasta Simon Biles renunció a ganar medallas en Tokio porque su cabeza dijo 'basta'. A la tenista Naomi Osaka le ocurrió algo parecido en Roland Garros. También aluden a la salud mental las jugadoras de la selección española de fútbol en su conflicto con Jorge Vilda. Parece que lo psicológico ya no es tabú en el deporte, al menos en el femenino.
–Es que no debería serlo, en ningún caso. Ni en el femenino ni en el masculino. Yo creo en la diversidad de los grupos y mi experiencia de tantos años en vestuarios de fútbol profesional me dice que lo que para un jugador no es un problema para otro puede serlo. Y muy grande. Y que eso se trabaja. En el fútbol siempre se habla de echarle huevos y yo siempre digo que hay jugadores a los que les basta con echarle huevos y otros que son más mentales y que necesitan otro tipo de cosas para motivarse y dar su mejor rendimiento.
–¿Ha dejado de pensar ya como un futbolista o todavía no?
–Sí. Porque tuve tiempo de asimilar que mi carrera se acababa. El año pasado sabía que iba a ser mi último en activo y lo disfruté mucho. Físicamente estaba bien, a pesar de esas dos lesiones importantes en mis dos años en el Cartagena, pero era una sensación de estar vacío y de haber dado ya todo lo que tenía dentro. Aporté desde fuera y me despedí jugando. Era lo que quería. Ahora estoy en otra etapa, adaptándome a mi nuevo rol. Claro que se vive el fútbol de una manera distinta, pero me llena lo que hago y creo que puedo ser útil al Cartagena.
–En los últimos años el Cartagena se ha convertido en un equipo pequeño que hace cosas de equipo grande. Y su despedida es un buen ejemplo de ello.
–Totalmente de acuerdo. La semana de mi retirada fue impresionante, mejor de lo que podía haber soñado. El club se volcó en mi homenaje e hizo las cosas con mucho gusto y tacto. Además, me pude despedir jugando en el campo y ganando los dos partidos [ante Amorebieta y Tenerife] y es un recuerdo para toda la vida. Tanto mi familia como yo estaremos agradecidos siempre de esta despedida.
«El compromiso del grupo es brutal y el ambiente en el Cartagonova ayuda mucho»
–¿No hubo manera de convencer a su amigo Rubén Castro para que se quedara aquí?
–A Rubén Castro hay que agradecerle los dos años que ha estado aquí. Ha marcado muchos goles y ha sido clave en la consolidación del Cartagena en Segunda. Yo le aplaudiré cuando venga con el Málaga al Cartagonova, sin lugar a dudas. Luego, te puede gustar más o menos su forma de irse del Cartagena. Yo entiendo que esté en su último año de carrera, o en el penúltimo, y que en un momento dado pudieron pesar más cuestiones personales que las puramente futbolísticas. Él estaba muy feliz aquí, pero lo puso todo en la balanza y al final pesaron más otras cosas.
–¿Está sorprendido por el gran inicio de liga del equipo?
–Estoy, sobre todo, contento y satisfecho del trabajo que están haciendo todos los jugadores. Sorprendido, no. En verano, cuando hablaba por teléfono con Luis [Carrión] ya me decía que se estaba formando un grupo muy bueno, con jugadores con mucha ilusión por hacer una buena temporada. Él ya notaba que esta plantilla tenía algo especial. De hecho, en muchos entrenamientos los tenía que frenar porque no escatimaban ni un solo esfuerzo e iban al límite. Se ha formado un grupo humano muy bueno y los resultados están llegando. Solo llevamos siete jornadas y vendrán momentos malos. Lo mejor es que veo un grupo con un nivel de compromiso brutal. Y además se está generando un ambiente en el Cartagonova que ayuda mucho, con un clima muy positivo en la grada.
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