La torpeza de Datkovic condena al Efesé

El problema para el Cartagena es que a Datkovic el personaje se le fue de las manos en el peor momento posible, a solo cuatro jornadas del final de la liga y con su equipo obligado a ganar para mantenerse a dos puntos del Albacete, quien se paseó en la tarde del domingo en Ibiza. Con el Cartagonova prácticamente lleno, el 'Sicario' perdió el norte, se pasó de revoluciones y fue con todo a por un balón que estaba lejísimos del área de Escandell, en un lugar absolutamente intrascendente. Llegó tarde y golpeó por detrás a Aitor Córdoba, central visitante. Busquets Ferrer no se lo pensó. Roja directa. Era el minuto 26. Y era decir adiós al 'playoff' de ascenso del modo más absurdo.

Se arrepentirá Datkovic de lo que hizo durante mucho tiempo y tomará nota de lo ocurrido. Es un fallo imperdonable, de esos que no se pueden cometer nunca. Y mucho menos en una final como era la de ayer ante el Burgos. En este fútbol de 2023 no hay espacio para los sicarios. Los cuchillos solo sirven para animar el cotarro en Instagram y las entradas duras son siempre castigadas de forma severa. El VAR no perdona y este tipo de errores decantan partidos.

Fue una pena que el Efesé se quedara con diez tan pronto, ya que el decorado invitaba al optimismo. La grada mordía y Borja Valle casi adelanta al Efesé en el minuto 6. Grego Sierra perdió un balón que permitió al '10' albinegro plantarse solo delante de Caro. Pudo regatear al portero, pero perdió un tiempo precioso, el que bastó a Córdoba para llegar a la línea de meta y sacar la bola de debajo de los palos. El 5-4-1 de los visitantes presagiaba un partido largo, pero no necesariamente difícil para el Efesé.

Bermejo se lesionó en los visitantes y Curro no apareció en todo el primer tiempo. Esto era también muy bueno para los locales, que no acusaron demasiado el hecho de jugar con uno menos hasta el descanso. Damián Musto y Mikel Rico, caciques de la medular, tiraron de experiencia para que no pasara gran cosa. Y Darío Poveda y Borja Valle, dos estajanovistas, cerraban huecos y dificultaban la salida de balón de los visitantes.

Así, un par de escaramuzas del inocente Artola y una peligrosa internada de Fran García que finalmente fue abortada por Calero sobresaltaron a la parroquia local. Pero la verdad es que Escandell solo tuvo que hacer una intervención de cierto mérito, tras un zurdazo lejano de Curro. El Cartagena lo intentaba a balón parado, pero sin suerte.

Más trabajo le dieron los atacantes del Burgos a Escandell en el segundo periodo, ya que el cansancio lógico de Musto y Mikel Rico provocó que el equipo de Calero se animara a pisar más el campo albinegro. Hizo mucho daño por la derecha Areso, con varios centros llenos de veneno que ni Sergio Castell ni Curro supieron meter en la jaula. Tardó más de la cuenta Carrión en hacer cambios, ya que la mejoría del rival en el partido vino más por la fatiga de gente como Jairo, Borja Valle o Darío Poveda que por las ganas de lanzarse a por el 0-1 de un Burgos que en el Cartagonova fue tan reservón como lo ha sido en todo el campeonato. Ni con uno más fue ambicioso el cuadro burgalés. Y eso dio alas a un Efesé reactivado por la entrada de Alcalá, Eteki y Ortuño.

Metió músculo en el campo Carrión y mejoraron las cosas para el Cartagena. Después entró Franchu y mejoraron un poquito más. Y es que el argentino tiró dos diagonales que estremecieron a la zaga del Burgos. En la primera remató mordido Ortuño. Y en la segunda tuvo que intervenir Caro, con una buena mano junto al poste, para impedir que marcara el atacante albinegro. En el tramo final fue mejor el Cartagena, con un esfuerzo tan conmovedor como el que hizo la semana pasada el Albacete en el Carlos Belmonte. La diferencia es que a los manchegos hace siete días les valía el punto. Al Cartagena, no.

Pasó una cosa curiosa. El árbitro dio solo cuatro minutos de tiempo añadido y a los dos banquillos les pareció muy poco. Goldar acababa de quedarse tendido en el suelo tras chocar contra el palo, en una jugada en la que Franchu no llegó por muy poco a empujar a la red el cabezazo de Ortuño. El asunto es que se enfadaron Calero y Carrión. A ninguno le valía el punto y los dos querían seguir buscando el gol que les diera vida de cara a las tres últimas jornadas del campeonato.

Pero Busquets Ferrer les dejó sin tiempo y el que ganó, sin jugar, fue el Albacete. Dos victorias en una misma tarde para el conjunto de Rubén Albés. Tiene delito lo del Burgos, que desperdició más de una hora en superioridad y no tuvo la valentía de descoserse e ir con todo a por el 0-1. El premio, que hubiera sido inmerecido, lo rozó Valcarce con un derechazo con parábola que casi entra por toda la escuadra de la meta local. Ahí acabó el encuentro.

Se queda a 4 puntos del 'playoff' un Cartagena que ha hecho una campaña espectacular y que va a morir matando. No va a llegar a la promoción, salvo milagro. Necesita vencer en sus tres partidos y que el Albacete solo gane uno. Esto parece haberse terminado, pero da gusto que un equipo venda su piel tan cara y no escatime ni un solo esfuerzo. Se despidió el Efesé de buena parte de sus opciones y el sueño del ascenso se aleja demasiado. Pero consuela saber que no hay ni un solo reproche que hacer al equipo. Sí a Datkovic, que metió la pata hasta el corvejón en una noche tan importante.