Abelardo y Vukcevic en el partido del Cartagena ante el Oviedo. LOF
FC Cartagena

La revolución tampoco espabila al Cartagena

El equipo se encierra, pierde otra vez y suma 3 puntos de 15 en un partido donde el Pitu buscó el 0-0 y acabó muy tocado

Domingo, 15 de septiembre 2024, 18:46

Al cartagenerismo le vienen imágenes del pasado a la cabeza. Y no son bonitas. El equipo no transmite, no es fiable ni parece tener remedio, ya ataque 45 minutos contra el Zaragoza o defienda los 90 como ayer en Oviedo. Tampoco importa que jueguen unos ... o entren otros, con hasta seis novedades en el once del Carlos Tartiere. El diagnóstico del Cartagena siempre es el mismo: no tiene un juego reconocible, siempre encaja y casi siempre (en cuatro de cinco ocasiones) pierde. La situación es exactamente igual a la de hace un año, cuando el Efesé no le hincó el diente a un Valladolid abrumado y salió de allí metido en problemas. Un 'déjá vu' que se repitió 364 días después, cuando defendió sin éxito como único argumento y no hizo ni cosquillas a un Oviedo que afrontaba la cita presionado por los malos resultados.

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Real Oviedo

Escandell; Álvaro Lemos, Dani Calvo, Oier Luengo, Alhassane; Colombatto, Kwasi Sibo (Seoane, 73); Hassan (Sebas Moyano, 64), Cazorla (Carlos Dotor, 87), Ilyas Chaira (Paulino, 73); Alemao (Paraschiv, 64).

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FC Cartagena

Cuñat; Martín Aguirregabiria, Sipcic, Jorge Moreno, Vukcevic; Musto, Luis Muñoz (Andy Rodríguez, 73); Jairo Izquierdo (Pocho Román, 79), Sergio Guerrero (Hugo González, 86), Cedric (Escriche, 86); Gastón Valles (Ortuño, 79).

  • Goles: 1-0, Colombatto (82).

  • Árbitro: Ávalos Barrera (catalán). Amarillas a los locales Dani Calvo, Álvaro Lemos y Chaira; y a los visitantes Vukcevic, Pablo Cuñat y Musto.

  • Incidencias: 19.492 espectadores en el estadio Carlos Tartiere, unos 20 de ellos del Efesé.

Ávalos Barrera señala el camino a los vestuarios. Era el minuto cuarenta y cinco y el polémico árbitro catalán no añadió ni un segundo más. Normal, no hubo ni una milésima de respiro. Nikola Sipcic, exhausto, resoplaba. El Cartagena llevaba puesto el mono de trabajo y la primera parte fue de remangue, de achicar agua como a quien le revienta una tubería de agua en casa. Cubos y cubos fuera. Seis disparos, el 76% de la posesión y la sensación de que la amenaza era constante. Cazorla jugueteaba con la bola de lado a lado y Vukcevic, desbordado, vio la amarilla antes de la media hora por un placaje de manual, a lo NFL, para frenar al escurridizo Hassan. Era evitable lo del montenegrino, en cualquier caso.

El Cartagena pasó buena parte del primer acto atrincherado, sin más argumentos que aguantar el temporal. La cuota de pantalla de Aarón Escandell fue pírrica, las cámaras casi que ni enfocaron de medio campo ovetense hacia atrás. Gastón Valles era la boya en medio del océano y Pablo Cuñat, el mástil al que agarrarse cuando se levantaba el viento. El portero sacó una mano tremenda a Oier Luengo, quien cabeceó a pesar de estar rodeado de cabezas marítimas. El enésimo patinazo a balón parado del Efesé; nada nuevo bajo el sol.

A la guerra sin fusil

La buena noticia es que entre unos y otros, el plan funcionó: el Cartagena mantuvo el 0-0 en el marcador y esa de Luengo fue la única vez que sufrió de verdad. Mismo sufrimiento pero más solidez que otras veces, quizá, sobre todo en la defensa de área. Mejor abrochado. El Oviedo picó piedra sin suerte y tal vez esa era la intención del Cartagena, perseverar en su plan y desesperar a los locales. De igual manera, enseñar las garras, ensanchar el campo, era algo necesario para los de Abelardo Fernández en la reanudación. Ir a la guerra sin fusil no siempre sale bien.

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Pero el Cartagena incomprensiblemente mantuvo exactamente el mismo guion de la primera parte. Aguantar y sufrir. Sufrir y aguantar. Sin un plan 'B' ni un ápice al menos de cambiar de idea. Cedric estaba agotado, Vukcevic amonestado, Jairo bajo de batería y el equipo, en general, necesitado de abrir el GPS, buscar una gasolinera y rellenar el depósito con futbolistas de refresco desde el banquillo. A los once de la primera parte ya no les daba ni para contragolpear ni para mantener tan sujetos a los hombres del Oviedo, que llegaron con más peligro y con mayor asiduidad.

Los albinegros pasaron ochenta minutos sin atacar. No fue solo por renunciar, sino además por ser incapaz de ello. A duras penas lo intentó el equipo, con un cabezazo de Sipcic a balón parado. En la jugada previa pidió Musto algo más que una amarilla a Dani Calvo, que era el último hombre y pisoteó (e hizo sangre en la nariz) a un magullado Sergio Guerrero. Nada de nada a ojos de Ávalos Barrera.

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Y nada de nada de cambios, para variar la inclinación del partido, hasta el minuto 73 y por obligación: a Luis Muñoz se le subió el gemelo, fruto del sobreesfuerzo, lo que le llevó a tirarse al césped para dar entrada a Andy Rodríguez. Probablemente pecó ahí Abelardo de falta de valentía, sobre todo para sacar armas de ataque, intentar algo distinto y equilibrar el dominio local. Es cierto que la plantilla es corta, pero también lo es que hay más variedad de características en el banquillo que las tenían Víctor Sánchez del Amo y Julián Calero. Hay perfiles polivalentes, con gol y recorrido, por más que la capacidad económica del club sea limitada. Escriche, Pocho Román, Ortuño y Hugo González no son Lautaro, Ayllón, David Ferreiro ni Jony Rodríguez.

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Migajas, en definitiva, de un Cartagena que siguió jugando con fuego y se quemó. Defender, defender y volver defender es peligroso. Mantener esa premisa desde el minuto uno en el Carlos Tartiere, frente a un equipo que la temporada pasada rozó el ascenso y tiene talento por los cuatro costados, es mal asunto. Cualquier desliz es condenatorio. Quince disparos, el 71% de la posesión y nada menos que seis saques de esquina a favor fueron los números del Oviedo.

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LAS CLAVES

  • un argumento claro El Cartagena defiende más abrigado que otros días pero apenas tiene plan 'B' para hacer daño al Oviedo

  • Bagaje muy pobre Los albinegros concretan dos tiros a puerta, no sacan ningún córner y suman solo el 29% de la posesión

  • Trabajo y esfuerzo Cuñat salva el 1-0 en otro error a balón parado y los once, incluidos extremos como Cedric, lo dan todo

  • Cambios demasiado tarde Román, Hugo, Ortuño y Escriche, los jugadores más ofensivos, entran al campo a partir del 80

Solo dos tiros a puerta, un 29% del balón y ningún córner fue el balance, en cambio, del Efesé. Las estadísticas están ahí y traducen qué equipo fue a por el partido y cuál intentó mantener el marcador. Al final, tanto fue el cántaro a la fuente para los locales que en el minuto 82 Colombatto aprovechó un error en la defensa para rematar solo dentro del área. El lateral diestro Martín Aguirregabiria se quedó clavado en vez de seguir la línea de fuera de juego.

Las prisas, malas consejeras

No fue hasta ese 1-0 cuando al Cartagena le entraron las prisas. Entraron Pocho Román, Hugo González y Alfredo Ortuño a partir del minuto 80. Raro es que los dos futbolistas más talentosos de la plantilla, así como el goleador de las últimas temporadas, sean suplentes a estas alturas de la temporada. Los futbolistas con más colmillo hicieron un intento a la desesperada por evitar lo inevitable: adelantar metros y ver de nuevo en pantalla al plácido Escandell.

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Tuvo faena el exalbinegro durante todo este inicio de competición como el portero con más paradas de la categoría. Pero ciertamente ayer ni existió. El balance es de 3 puntos de 15 y la sensación de que Abelardo no reanima al equipo ni con la revolución en el once. Mala pinta y un calendario durísimo por delante, de momento con el Cádiz y el Racing de Santander en el horizonte más próximo.

El equipo es penúltimo y ya es el que más goles recibe en contra

El Cartagena es el penúltimo clasificado transcurridas cinco jornadas de Liga. Los albinegros suman 3 puntos de 15 posibles, los mismos que el Racing de Ferrol y solo por encima del Tenerife, con 1 de 15 posibles. El Efesé está en la misma situación que la temporada pasada, cuando Víctor Sánchez del Amo fue destituido del cargo en la jornada 7 al sumar solo 3 puntos de 21 posibles. A partir de ese momento tomó las riendas Julián Calero y a pesar de todo su llegada no fue inmediata, pues los albinegros concluyeron la primera parte de la temporada con solo 15 puntos y 3 victorias en 21 jornadas. Ahora, el horizonte deportivo del Efesé le depara este domingo la visita del Cádiz, que lleva dos triunfos seguidos, y de un Racing de Santander invicto desde la jornada 1 y que ocupa el segundo puesto en la tabla.

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