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Son los últimos días de mayo. Antes de irse de vacaciones, Rubén Castro sube al despacho del presidente del Cartagena, Paco Belmonte, y hablan distendidamente. «Me quiero quedar y por dinero no nos vamos pelear», suelta el canario, quien semanas antes había confirmado en una entrevista que no colgaba las botas y que su «prioridad» era jugar un año más en el Cartagena. «Genial, 100.000 euros menos de contrato y firmamos ya», responde el mandatario albinegro. Está de broma. Se despiden cariñosamente y quedan en hablar «en unos días» para, esta vez ya en serio, negociar los términos de la renovación y anunciar su continuidad una temporada más en el Efesé. No hay nada que temer. Todo está bien entre ambos.
Aunque María Hernández, pareja del futbolista, influencer y extronista del programa de Mediaset 'MYHYV', calificó el pasado martes en su cuenta de Instagram de «vergonzosa» la «oferta a la baja» que el Cartagena presentó al futbolista, tanto Paco Belmonte como Manuel Sánchez Breis, director deportivo del club, han dicho estos días que la propuesta «era muy digna» y que el jugador «estaba completamente de acuerdo con ella». El futbolista no ha dado su versión.
El Cartagena, en cualquier caso, estaba dispuesto a mantener el salario que RC7 ha tenido estos dos últimos años aquí, por encima de los 400.000 euros. El entorno del futbolista, sin embargo, desliza que la oferta de partida era de 90.000 euros menos de lo que ha cobrado el delantero canario en cada una de sus temporadas como albinegro. Sus 39 goles en dos campañas y la confianza ciega que tenía en el futbolista el técnico Luis Carrión eran un aval más que suficiente para volver a hacer un esfuerzo de este tipo con el pichichi albinegro.
El jugador se va de vacaciones. Primera confusión. En el club creen que está en Formentera (Baleares), pero anda por Maspalomas (Gran Canaria). Es igual. «Hay que respetar su espacio y sus tiempos», pide en público Belmonte a mediados de junio, aunque en privado le ha solicitado al futbolista que conteste rápido, por lo importante que sería para la campaña de abonados poder anunciar su continuidad cuanto antes. RC7 no firma aún, pero en su entorno aseguran que va a firmar.
El martes 21 de junio, sin embargo, empiezan a torcerse las cosas. Gustavo Cañizares, agente del futbolista, no coge el teléfono ni devuelve la llamada al presidente del Cartagena. Es la primera vez que esto sucede. Luego volverá a pasar exactamente lo mismo hasta en 14 ocasiones. Del 21 de junio hasta el 5 de julio (el pasado martes), este exfutbolista alicantino que pasó por Girona, Alavés, Málaga, Sporting y Xerez y que trabaja para Bahía Internacional prácticamente desde que colgó las botas no responde a Belmonte.
Sánchez Breis, mientras, es el encargado de mantener abierto el contacto con el futbolista. Pasa lo mismo con Pablo de Blasis. Breis trata con el jugador y Belmonte, con el representante. Todas las alarmas se activan definitivamente el miércoles 27 de junio. «Paco, Rubén no coge el teléfono ni contesta a los mensajes», avisa Breis a Belmonte. Insiste e insiste, pero el jugador no da señales de vida. Ambos se temen lo peor. Ellos aún no lo saben, pero el futbolista ya tiene una suculenta oferta encima de la mesa del Málaga y ha decidido poner fin a su etapa en el Cartagena. Fuentes consultadas por LA VERDAD cifran en cerca de 700.000 euros el salario que percibirá este año Rubén Castro, de 41 años, en el equipo blanquiazul. Otras fuentes cercanas al club malagueño rebajan esa cantidad a 500.000 euros.
El sábado 2 de julio todo salta por los aires, cuando se desvela la oferta del Málaga. Desde ese momento, Belmonte y Breis ponen toda la carne en el asador para retener al jugador. Al día siguiente, el presidente del Efesé por fin habla durante 15 minutos con el delantero canario. Le pide un par de días para decidir, pero lo cierto es que está todo decidido ya. El martes le dice que 'no' al Cartagena y que 'sí' al Málaga. El miércoles se presenta en La Rosaleda y dice que llega allí para subir a Primera con el Málaga.
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