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Alejandro, junto a su madre Natalia, juega con la pelota que le firmaron los jugadores del Efesé. JM RODRÍGUEZ
El niño del ascenso sigue en la lucha
Fútbol | FC Cartagena

El niño del ascenso sigue en la lucha

El chico que inspiró a Borja Jiménez, técnico que subió al Efesé, se encuentra «muy bien» dos años después

Miércoles, 9 de marzo 2022, 02:42

Fue un talismán para Borja Jiménez, técnico que metió al Efesé en Segunda hace dos temporadas. Mientras que aquella noche del 19 de julio de 2020 los jugadores albinegros festejaban sobre el verde de La Rosaleda un histórico ascenso, el abulense, ante las cámaras de la Federación Española, se acordó de un pequeño de Torre Pacheco con el que solo había coincidido una vez. Pero su historia le dejó completamente marcado. Y la contó.

«Quiero acordarme de Alejandro, un chiquito que fuimos a ver el jueves [tres días antes del partido] a un hospital. Tiene 7 añitos, está superando un cáncer y lo que viví el jueves con él, con su madre... [suspiraba Jiménez]. Esa sonrisa nos ha dado fuerza. Le prometí que iba a volver al hospital con el ascenso y aquí lo tengo», explicó el preparador.

Un mes llevaba Alejandro Roche ingresado en la Arrixaca cuando Marc Martínez se estiró para llevar al Cartagena a LaLiga Smartbank. De hecho, aturdido por la quimioterapia, el pequeño estaba dormido cuando Borja Jiménez se refirió a él, nada más concluir el encuentro. «Las declaraciones las vimos después», recuerda hoy Damián Roche, padre de Alejandro, quien dice a LA VERDAD «que el crío estaba cansado. Aquello fue...», intenta proseguir. Pero no puede. Es imposible no emocionarse ante un gesto así. «Acordarse de mi hijo en plena euforia fue muy bonito; siempre voy a estar agradecido», continúa Damián una vez que ha tomado aire.

«Toma una pastilla de quimio todas las noches y está un poco patoso, pero está bien», con el cáncer controlado, dice su padre

«No sé qué hablaron en la habitación. Solo puedo decir que Borja (Jiménez) salió impactado, con el alma un poco rota», cuenta Damián, quien asegura que el de Ávila ha seguido mensajeándose con Natalia, su esposa, para interesarse por el estado del niño.

Pues bien, Alejandro, dos años después de aquello, «está muy bien», revela con alegría su padre. «Es cierto que es un poco patoso, pero hay que tener en cuenta que todas las noches se toma una pastilla de quimio», apunta después.

En fase de «mantenimiento»

El jovencísimo protagonista de esta historia, que ahora tiene 9 años, sigue en tratamiento. Son dos pastillas cada noche las que tiene que ingerir, una cantidad que asciende hasta nueve los miércoles. «Está en una fase de mantenimiento», explica Damián, que cada quince o veinte días tiene que llevar a Alejandro a hacerse una analítica. «Se necesitan más estudios sobre esta enfermedad y también más gente que done sangre; la necesitan las personas oncológicas y en el banco de sangre están escasos», aprovecha Natalia Castejón, madre del niño, para poner el foco en algo que puede salvar vidas.

«Se necesitan más estudios y gente que done sangre», recuerda Natalia, su madre, para quien «toda ayuda es poca»

Había pensando el chico en volver a jugar al fútbol, en ocupar de nuevo la portería, posición que le viene heredada de su padre y su abuelo. Estos fueron los que también le enfundaron la casaca y la bufanda albinegra desde bien pequeño para convertirle en un cartagenerista más. Pero, de momento, su regreso al arco se aplaza por recomendación médica. Tiene que esperar un poco más.

Reportaje publicado el 22 de julio de 2020, cuando Alejandro recibió la visita de Belmonte, Borja Jiménez y Esteve.

Han sido tres los sustos que se han llevado en estos últimos 20 meses, falsas alarmas que afortunadamente se quedaron en meras anécdotas que ahora, con algo más de calma, relatan los progenitores. Aunque, eso sí, en su día pusieron en jaque a una familia que gira en torno a la salud del muchacho. Estas semanas, Natalia anda ocupándose de la comunión de Alejandro. «Le tocaba hacerla el año pasado pero por diferentes motivos, entre ellos el coronavirus, decidimos retrasarla», apunta Damián.

Mientras tanto, el niño acude a las clases en el colegio Virgen del Pasico y juega a la consola, uno de sus pasatiempos favorito. Antes, hacía actividades extraescolares como fútbol o karate. También «le gustaban mucho los toros», algo que «menos mal que se le ha pasado», suspira su padre. «Él decía que se veía ahí, que no le daba miedo», remarca.

«Es un chico especial desde que nació. Ha sido el motor de mi casa, el que cuando discutía con mi mujer venía y nos abrazaba para que todo terminase. Ha sido muy fácil educarle; realmente él nos ha educado a nosotros», comenta Damián sin poder evitar que le vuelva a temblar la voz. «Lo ha pasado mal, pero a nosotros nos decía que estaba bien. Me daba la sensación como que quería protegernos», remata emocionado.

El Jimbee, «muy cercano»

Alejandro es socio del Efesé. Él y su abuelo siguen alistados a la causa albinegra. Un par de veces se ha dejado caer este año por el Cartagonova. Ahora va más al fútbol sala. Y es que los dirigentes del Jimbee se enteraron de esta intrahistoria del ascenso y quisieron interesarse por la situación de Alejandro, a quien han invitado a presenciar los partidos de los rojiblancos en el Palacio de Deportes en varias ocasiones. «Han sido muy cercanos con nosotros», agradece Damián.

De hecho, el ídolo del chico es Andresito, jugador cordobés que milita en la escuadra melonera. «Una vez le regaló sus zapatillas firmadas. No deja de hablar de él. Contra ElPozo, que estuvimos viendo el encuentro, no paraba de gritarle y de animarle», indica el padre de Alejandro.

Pancartas, cánticos y sirenas en la vuelta a su casa de Torre Pacheco

La llegada de Alejandro a casa en agosto del 2020, tras salir del hospital, fue todo un acontecimiento en Torre Pacheco. Cuando se bajó del coche, acompañado por sus padres, un comité de bienvenida le esperaba. Eran vecinos y familiares que, a pie de calle, vitorearon al chico en su vuelta. Hasta la Policía Local, allí presente, hizo sonar sus sirenas en señal de cariño al muchacho. Las luces azules de sus coches eran las encargadas de iluminar la zona. Pero no fue este el único momento en el que a Alejandro se le recibió con los brazos abiertos. En abril de 2021, tras unos meses cogiendo fuerzas, fueron sus compañeros del colegio los que festejaron su vuelta. Profesores y alumnos del colegio Virgen del Pasico le formaron un pasillo y lo llenaron de aplausos en un día que Alejandro y su familia no pueden olvidar. El chico ha salido del túnel.

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