Muere Huezo, el 'pájaro' del Almarjal

El Salvador está de luto por la muerte de Norberto Huezo, el segundo mejor futbolista de la historia del país. Teniendo en cuenta que el primero es Mágico González, leyenda del Cádiz y uno de los futbolistas más talentosos que pasaron por la liga española en la década de los ochenta, se puede entender la dimensión del jugador que falleció este jueves a los 68 años de edad. El 'Pájaro' Huezo sufrió una isquemia cerebral hace un par de semanas y no ha podido recuperarse, tal y como confirmó su familia. El FC Cartagena y su federación de peñas emitieron ayer una nota de pésame en las redes sociales, puesto que el Efesé fue el club en el que más tiempo militó en España y en el que más partidos disputó: 70 encuentros como albinegro entre 1983 y 1985, con cuatro goles.

Huezo era un centrocampista organizador, muy técnico, y tenía un talento descomunal. Además, lanzaba los libres directos con una gran maestría. El 'Pájaro' fue una de las sensaciones de su selección en el Mundial 82, aunque su buen papel (y el de otros compañeros) quedó totalmente eclipsado por la eclosión del genial Mágico González. Tras el Mundial, Huezo se quedó en España, ya que lo contrató el Palencia de Luis Costa, entonces uno de los grandes de Segunda. De hecho, en esa campaña 82-83, Huezo rozó el ascenso a Primera con el equipo palentino. Su gran amigo Mágico González sí ascendió con el Cádiz.

En el verano del 83 estuvo a punto de firmar por el Hércules, que al finalizar esa campaña acabó subiendo a Primera. Pero a última hora se cruzó el argentino Sanabria en el camino del club alicantino y, al garantizar goles, los del Rico Pérez apostaron por él y descartaron a Huezo. Entonces solo se podía tener tres extranjeros en la plantilla. Así, el entonces secretario técnico del Efesé, Florentino Manzano, se fue a Palencia y convenció a Huezo para que cambiara de aires. Allí solo había jugado nueve partidos de titular y en el Cartagena le prometían galones y todos los minutos que no tenía en el Palencia.

De este modo, por muy poco dinero, el exquisito centrocampista de El Salvador vino al Cartagena, donde fue una pieza clave en las temporadas 83-84 (con José Víctor, Artero y Paquirri) y en la 84-85 (con Aranguren). En la primera, el equipo sufrió muchísimo para acabar salvándose gracias a aquel empate a cero pactado con el Elche en El Almarjal en la penúltima jornada. Con ese punto, el Efesé conseguía permanecer en Segunda y el conjunto ilicitano se quedaba rozando un ascenso que confirmó siete días después en el Martínez Valero tras golear al Bilbao Athletic (4-0).

En ese verano del 84, de nuevo se puso el Hércules manos a la obra para firmar a Huezo, quien estaba como loco por irse al club alicantino y debutar en Primera, el sueño por el que vino a España. Pero esta vez quien se cruzó en su camino fue Mario Alberto Kempes, estrella argentina del Mundial 78 que ponía fin a una etapa de siete temporadas en el Valencia y se comprometía con el conjunto alicantino. Por tanto, Huezo se quedó una segunda temporada en el Cartagena. Y lo cierto es que fue una campaña notable, en la que el Efesé acabó en octava posición, su mejor clasificación en Segunda en décadas.

Huezo mezcló bien en el centro del campo con Sagarduy, Pedro González y el onubense Andrés Fernández en aquel rocoso equipo entrenado por Aranguren que se hizo muy fuerte en casa. Es cierto que el fútbol que proponía el técnico vasco no era el que mejor le venía a Huezo por sus características, pero el salvadoreño se adaptó y acabó jugando 23 veces de titular con el entrenador de Portugalete. No obstante, en junio del 85 decidió irse a Costa Rica y el Efesé apostó para sustituirlo por el argentino Carlos Brizzola, que había destacado en el Salamanca y el Deportivo de la Coruña.

A diferencia de su amigo Mágico González, Huezo demostró ser un buen profesional en los dos años que estuvo en Cartagena. Lo acogió una familia en un piso de la Avenida de América y vivía por y para el fútbol. No generó problemas, ni dentro ni fuera del vestuario. Se entrenaba muy bien y casi todos los domingos destacaba. Tenía un guante en el pie y era un medio vistoso y elegante. En el verano del 85, con 28 años, pudo quedarse en España, pero le llegaron un montón de ofertas de ligas extranjeras. Se marchó a Costa Rica. Y luego pasó por Guatemala y Estados Unidos, antes de volver a su país para colgar las botas.

Cuando se retiró, fue seleccionador en las categorías inferiores de El Salvador. Estuvo en la sub-17 y la sub-20. También entrenó a varios equipos de su país y fue un conocido comentarista de fútbol en la televisión de El Salvador, donde fue una auténtica celebridad y, por tanto, su fallecimiento ha causado un profundo impacto y mucha pena.

«Estamos golpeados porque hace doce días fue hospitalizado y hemos estado pendientes. Tenemos un grupo de WhatsApp de los mundialistas de España 82 y todos los compañeros hemos estado orando por la salud de Norberto. El doctor había dicho que la situación era irreversible. Dios sabe lo que hace, y ojalá lo tenga en una mejor vida», resumió Mario Castillo, uno de los que destacó en esa selección salvadoreña que jugó el Mundial 82.

Aquello fue un hito que no se ha vuelto a repetir y Huezo, capitán de 'La Selecta' entre 1977 y 1982, fue quien marcó el gol de penalti ante Haití que clasificó a El Salvador para la cita mundialista. «Que descanse en paz», escribió ayer Mágico González en su cuenta de Instagram.

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