FC Cartagena-CD Leganés
El Leganés despluma al Efesé en solo 13 minutosFC Cartagena-CD Leganés
El Leganés despluma al Efesé en solo 13 minutosLa tarde no era excesivamente fría, pero el ambiente era gélido antes de que la pelota empezara a rodar por el recién resembrado césped del Cartagonova. La gente se ha llevado tantos golpes en este inicio de temporada que llegaba a su butaca con una ... mezcla de resignación y temor ante lo que podía suceder en el duelo ante el Leganés de Borja Jiménez, recibido por cierto con total indiferencia en su regreso al estadio de Benipila. Más que el técnico del último ascenso albinegro (bendito ascenso en plena pandemia) parecía un desconocido.
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El público apenas cantó el himno y se acomodó en su asiento, dispuesto a sufrir. Nada nuevo. Sin embargo, lo que se encontró fue una clamorosa oportunidad de los suyos para haber abierto el marcador en el cuarto minuto del partido. Ortuño bajó un balón con nieve de Calero, con la suerte de que despistó a los dos centrales que le marcaban y dejó el esférico completamente franco para que Narváez fusilara a Diego Conde, el portero menos batido de Europa. El colombiano remató con la izquierda y la pelota se marchó fuera. Sabía Narváez que no iba a tener otra como esa en toda la tarde. También lo sabía la hinchada local.
FC Cartagena:
Raúl Lizoain; Calero, Alcalá, Gonzalo Verdú (Ferreiro, 65), Fontán, Jairo; Jansson (Juan Carlos Real, 65), Alarcón, Luis Muñoz (Jony Álamo, 76), Narváez (Umaro Embaló, 28); y Ortuño (Ayllón, 76).
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CD Leganés:
Diego Conde; Miramón (Nyom, 82), Arambarri, Jorge Sáenz, Sergio González, Franquesa; Raba (Diego García, 72), Undabarrena, Neyou (Perea, 82), Portillo (Cissé, 67); y Miguel de la Fuente (Djouahra, 72).
Goles: 0-1, Miguel de la Fuente (minuto 55). 0-2, Miguel de la Fuente (minuto 61). 0-3, Raba (minuto 68).
Árbitro: Galech Azpeteguia (navarro). Amarillas al local Calero y a los visitantes Neyou y Undabarrena.
Incidencias: Cartagonova. 6.876 espectadores. Un centenar de aficionados del Cartagena se agolparon en la puerta principal del estadio Cartagonova al terminar el encuentro, para exigir la marcha del presidente, Paco Belmonte.
No se desanimó el Efesé, cómodo con el 5-4-1 con el que desarmó al Mirandés la jornada anterior y con los automatismos cada vez más claros. Gonzalo Verdú, Alcalá y Fontán ofrecían más seguridad que nunca atrás. Y a partir de ahí los de Calero fueron atreviéndose a atacar por los costados, con Calero y Jairo liderando todas las acometidas, y metiendo en muchos más problemas de los esperados al líder. Nada del Leganés en una media hora inicial en la que el Cartagena pudo marcar en varias llegadas muy peligrosas. Calero, con dos derechazos que sacaron defensas visitantes de manera apurada, fue el que más se aproximó.
Se hizo daño Narváez y el partido estuvo parado casi cinco minutos. Entró por él Umaro Embalón y ese tiempo sirvió para que el Leganés ajustara su engranaje defensivo y al Cartagena empezara a costarle mucho más pisar el área visitante. Con todo, Ortuño tuvo un remate de cabeza muy franco, en el único centro potable de Jansson en todo el partido. Pero el yeclano, en buena posición y en una de esas acciones que tanto le gustan, cabeceó manso y al centro.
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Antes del descanso avisó Miguel de la Fuente, con un disparo que se fue por encima del larguero, tras la mejor combinación del equipo pepinero en el primer periodo. Fue un aviso y se pareció mucho a lo ocurrido una semana antes en Anduva, cuando tras una primera mitad de dominio cartagenerista el ariete rival (entonces Carlos Martín) anunciaba que la tormenta iba a venir tras el intermedio. Y así fue.
Como sucediera frente al Mirandés, todo lo bueno del primer tiempo quedó emborronado por un cúmulo de despropósitos que condenaron a los de Calero. Como el Leganés es mucho mejor equipo que el Mirandés, lo que llegó fue una goleada que provocó la séptima derrota consecutiva en el Cartagonova y la primera bronca dirigida al palco en ocho años.
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La tarde empezó a torcerse en un gol a balón parado, un clásico ya en este Cartagena que hace aguas en tantas facetas que es imposible evitar el hundimiento. En un córner enviado al primer palo, Arambarri peinó en el primer palo y Miguel de la Fuente le robó la cartera en el segundo a Gonzalo Verdú para anotar el 0-1. El asistente levantó la bandera, pero Calero rompía el fuera de juego y el VAR dio el gol. A perro flaco todo son pulgas.
Bastó ese soplido para que el Efesé, el peor colista de las grandes ligas europeas, se hundiera. No es la primera vez que le pasa. Puede marcar y no lo hace, especialmente porque al margen de Ortuño y Juan Carlos Real (suplente de nuevo) no hay nadie que pueda marcar un gol en esta plantilla. Y en cuanto recibe el primer golpe se cae como un púgil novel y ya no se levanta.
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En 13 minutos resolvió el partido un Leganés efectivo y correcto. No necesitó el líder mostrar su mejor versión para golear al Efesé. Y es que desde el 0-1 se lo dieron todo prácticamente hecho. Ortuño regaló un balón en el centro del campo, con toda la defensa descolocada. La cogió Undabarrena y puso un balón al hueco. Corrió Miguel de la Fuente con Gonzalo Verdú y le hizo un traje el delantero al defensa. Resolvió de cine el ariete pepinero. 0-2 y partido sentenciado.
Porque Calero miraba al banquillo y tiraba de Juan Carlos Real, Ferreiro, Jony Álamo e Iván Ayllón. Borja Jiménez, cuando tuvo que hacer cambios, pudo meter a Djouhara, Cissé, Diego y Nyom. Darío Poveda y Ureña, quienes no quisieron quedarse en el Cartagena, ni siquiera saltaron al campo. La diferencia entre ambas plantillas es abismal.
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El 0-3 vino enseguida. Umaro Embaló tenía que centrar, ya que había driblado a su par y tres compañeros suyos esperaban dentro del área. Pero se le ocurrió dar un pase hacia atrás de 30 metros a Fontán, quien empeoró las cosas intentando regatear a Dani Raba. El ex del Villarreal se fue solo hasta que encaró a Raúl Lizoain. El meta albinegro le ganó el mano a mano, pero en el rechace marcó el tercero el extremo visitante. Nadie fue a echar una mano a Lizoain.
En ese momento la grada sacó sus pañuelos y almohadillas y comenzó la primera pitada contra el palco en ocho temporadas. Desde la grada de animación se pidió la marcha de Paco Belmonte y el tramo final del encuentro fue un suplicio. La bronca continuó cuando el árbitro pitó el final y ni siquiera la potente megafonía del estadio pudo silenciar los cánticos y gritos contra la directiva albinegra. El Cartagena se hunde y la gente no aguanta más.
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