El central del Fútbol Club Cartagena José Fontán posa para LA VERDAD tras la sesión de entrenamiento de este jueves en la ciudad deportiva de La Manga Club. J. M. Rodríguez / AGM
Central del Fútbol Club Cartagena

José Fontán: «Estoy disfrutando de ganar duelos y de defender»

El zaguero, cedido por el Celta, afirma que «las cosas marchan mejor en lo colectivo, lo que ensalza las figuras individuales»

Dani Sánchez

Viernes, 29 de marzo 2024, 01:15

Es, sin duda, uno de los hombres de moda en el Fútbol Club Cartagena. Llegado en una operación relámpago a finales del pasado mercado de ... verano tras la traumática salida de Toni Datkovic, pocos esperaban que fuera a tener la trascendencia para los albinegros que el joven central ha acabado teniendo esta temporada.

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José Fontán (Villagarcía de Arosa, 24 años) vive su segundo curso fuera del Celta, club en el que lleva desde los 11 años y que solamente abandonó la pasada campaña para salir cedido al Go Ahead Eagles neerlandés. Su crecimiento desde la llegada de Julián Calero ha sido espectacular y ahora es una pieza clave en los esquemas del técnico madrileño.

El gallego atiende a LAVERDAD tras una sesión de gimnasio este jueves en la ciudad deportiva de La Manga Club. Casi cuarenta minutos de conversación dan para mucho, pero, ante todo, para percatarse de la madurez de un tipo que aún es realmente joven.

–Comenzó desde muy pequeño. ¿De dónde le viene la afición?

–No recuerdo exactamente a qué edad, pero mi padre jugó al fútbol y ya mi hermano y yo nacimos con un balón. Al principio lo hacíamos en un pabellón, a fútbol 5, con cuatro o cinco años.

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–¿Fueron su hermano y usted a la cantera del Celta?

–Sí. Estuvimos ambos en el San Miguel de Derio, que era el club del hermano de mi padre y luego nos fuimos al Arosa cuando ya teníamos edad para jugar al fútbol 7. Estuvimos allí hasta los 11 años, cuando nos fuimos al Celta en Alevín A.

–¿Cómo de importante considera tener a su hermano mellizo y también haber estado al lado de su casa?

–Es un ambiente inmejorable, con tu hermano contigo siempre, que es un apoyo y nos llevamos muy bien y, encima, al lado de casa. Yo seguí viviendo en casa de mis padres hasta los 17 años e iba a entrenar en un autobús que nos ponían a la gente de Galicia. Era mucho más fácil que si te toca irte lejos de casa.

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La mejoría colectiva

«Estamos físicamente muy bien, ha habido entrenamientos muy largos y duros»

–¿Tiene alguna anécdota curiosa con su hermano?

–Tengo muchísimas y, en el fútbol, aún más. Hemos jugado algún partido los dos de centrales en el mismo equipo y los rivales flipaban. Decían: ¿qué pasa aquí? Iguales, con la misma altura, mismo pelo... era gracioso.

–Debuta muy joven en el Celta [en Copa contra el Mirandés]. ¿Cómo le llega?

–Fue un poco de sorpresa. No entrenaba mucho con el primer equipo y no estaba cerca de debutar, pero era una eliminatoria de Copa del Rey y jugué de lateral izquierdo. Después vino el Covid y, desde entonces, empecé ya con dinámica del primer equipo.

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–Debutó contra el Barça en Balaídos. ¿Qué recuerdos tiene?

–Le tengo un cariño enorme a ese día, pero salió todo en contra. Tuve que salir del campo en el minuto 30, pero tuve un problema en la clavícula en el minuto 10. Pero, imagínate, debutar allí y contra el Barça... como para no guardarse un buen recuerdo.

–Con Messi enfrente.

–Sí, sí. Tengo la foto en mi Instagram [ríe].

–Acaba perdiendo protagonismo con Coudet como entrenador y finalmente sale rumbo a los Países Bajos. ¿Cómo se gesta esa operación?

–Quería salir ya en diciembre, pero me tuve que quedar por circunstancias de la plantilla. En verano sí que quería buscar una salida. Lo decidimos entre mis agentes y yo. El Go Ahead Eagles mostró mucho interés y lo veíamos como una oportunidad. No me arrepiento de haber vivido la experiencia, pero sí que fue complicado. No sé si me volvería a ir, pero ya sé lo que es.

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Su futuro

«Me queda un año de contrato en Vigo y no sé qué haré. Quiero seguir sintiéndome importante»

–¿Qué se trajo futbolísticamente de su experiencia fuera?

–Empecé siendo muy importante y tuve una bursitis, que lo cambió todo. Pero no es solo el tema futbolístico, es también lo ajeno al fútbol. Allí tampoco no estaba tan a gusto como estoy aquí o en Vigo. Pero la liga me gustó mucho, el nivel es alto allí. Hay grandes campos y equipos muy buenos y donde yo jugaba había muy buen nivel.

–Allí jugó mucho como lateral. ¿Le ayudó a mejorar allí?

–Sigo pensando que soy central y puedo jugar como lateral, pero mi mejor nivel lo puedo dar en el centro de la zaga. Allí fue donde más partidos encadené en esa posición y me sirvió para ir desarrollándome en ese rol.

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–¿Cuándo se da cuenta de que no cuenta para Rafa Benítez este verano?

–Pronto, la verdad. Desde el primer momento no me probó ningún partido de central y eso me hacía ver que no contaba mucho conmigo. Tampoco venía yo de hacer una gran temporada y luego nos comunicó a los que teníamos que salir.

–¿Qué opinión tiene de lo que sucedió en Vigo?

–No encajó mucho en el estilo que venía proponiendo el Celta. Benítez era un tanto más defensivo. No cuajó muy bien esa ecuación, pero tampoco los resultados acompañaron. La llegada de Giráldez despierta muchísima ilusión a Vigo, a la ciudad y, sobre todo, a los aficionados. Es un tío de casa y un acierto.

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–¿Qué opina de la situación de Gabri Veiga [se marchó a Arabia Saudí]?

–Es completamente entendible, la gente no se pone en la piel de uno, pero yo lo entiendo y lo apoyo. Es un amigo y, si creyera que lo estaba haciendo mal, se lo hubiera dicho. Cuando tomas una decisión de ese calibre es porque está muy bien pensada.

–¿Cómo surge la llegada a Cartagena?

–Tenía muchas ganas de competir. Estaba haciendo la pretemporada en Vigo, pero no se contaba conmigo. Cuando me llamaron, lo hablamos y fue de un día para otro.

–¿Qué le dijo Víctor Sánchez del Amo para convencerlo?

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–Noté que tenían muchas ganas de que yo viniera, lo que hizo que me apeteciera más venir.

–¿Qué cree que falló en esa etapa del madrileño como técnico?

–Yo llegué en la jornada 3 y su destitución fue en la 7. Otros fichajes como Narváez o Alarcón llegaron después que yo. Lo podemos valorar muy poco, porque no tuvo tiempo. No era normal lo que nos estaba pasando. No estábamos sacando resultados, pero el fútbol estaba siendo injusto con nosotros.

Una remontada increíble

«Todo el mundo nos daba por muertos y ahora nos unimos y da gusto jugar en el Cartagonova»

–Llega Calero y, en la primera jornada (contra el Amorebieta), le sienta en el banquillo. ¿Qué se le pasa por la cabeza?

–Estaba un poco cabreado, la verdad. Fue un palo. Pero él ya habló conmigo antes del partido y me dijo lo que pensaba de mí, que yo le gustaba mucho y que no me pensara por un solo encuentro que no iba a jugar. Y a partir de entonces jugué todo como titular. Agradezco su sinceridad.

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–Comparte zaga con gente muy experimentada. ¿Qué me puede decir de sus compañeros?

–Que son unos 'cracks', la verdad. Tenemos una relación amistosa, nos llevamos genial y eso no siempre es fácil y ayuda mucho. Cada uno tiene sus virtudes y, entre todos, nos estamos mejorando unos a otros.

–¿Qué ha cambiado desde el partido en Ferrol (sufrió mucho como lateral) hasta ahora?

–Cambió que tenía amarilla y que me encaró Carlos Vicente [ríe]. Es cierto que ahora están saliendo las cosas en lo colectivo mejor que antes, lo que hace que se ensalcen más las figuras individuales. Tampoco creo que en la primera vuelta estuviera muy mal y ahora muy bien.

–¿En qué ha crecido como futbolista? ¿Qué le ha aportado Calero a ese crecimiento?

–Lo que más he mejorado ha sido el aspecto defensivo, en disfrutar defendiendo, que él me insiste mucho. Mis características siempre fueron la salida de balón, disfrutar cuando el equipo tiene que sacarla y ahora estamos jugando a otra cosa y estoy disfrutando de ganar duelos, de defender y de despejar. Me está haciendo un futbolista mucho más completo y se lo agradezco mucho. No era una faceta que me gustara y ahora sí.

–Ese espíritu se ha transmitido a la propia afición que celebra hasta los saques de banda.

–Lo pasamos tan mal al principio la afición y nosotros que es normal que nos volvamos locos. Estábamos en una situación donde todo el mundo nos daba por muertos y le vimos las orejas al lobo y ahora se han unido todos y da gusto jugar los partidos en el Cartagonova.

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–La comunión con el entrenador parece inigualable.

–Es normal. Cogió al equipo en una situación muy complicada y nos queda mucho por hacer, pero, por lo menos, se vio un gran cambio y no fue casualidad. Trabajamos muchísimo cosas que no se ven. Ahora estamos físicamente muy bien, pero, en su día, había entrenamientos muy largos y duros, vídeos y ejercicios de pre y postpartido en el gimnasio.

–¿Es algo casual que sea el segundo máximo goleador?

–No sabría decirte. Es un poco anecdótico, pero es cierto que me gusta pisar el área y me siento cómodo cuando hay un balón parado. No es una casualidad remota tampoco.

–¿El gol contra el Zaragoza es el más bonito de su carrera?

–Sin duda. Metí uno muy chulo también en Holanda, pero ese, en contexto con el partido, con el minuto, con que teníamos uno menos, me quedo con ese de largo. Va a ser difícil que haga otro igual. Fue espectacular.

–¿Por qué no triunfó Lautaro en Cartagena?

-Es buena pregunta. No es fácil la primera vez que te vas lejos. Él siempre estuvo en el Celta B. Salió muy bien contra el Elche y tuvo momentos buenos, pero le faltó la suerte de meter el primer gol, lo que le hubiera venido muy bien anímicamente.

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–¿Qué planes tiene para el próximo verano?

–Me queda un año de contrato en Vigo y no sé que va a ser de mí, la verdad. Quiero otro curso como este de sentirme importante y de jugar. Aún no he hablado con nadie del Celta.

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