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Jony Rodríguez y el sobrepeso, una historia que se repiteCartagena
Jony Rodríguez y el sobrepeso, una historia que se repite«En Mareo se reían cuando quise fichar a Jony, porque estaba gordo. Y al venir estaba enorme, sí. Lo pusimos a dieta, a base ... de lechugas, y ya sabemos cómo acabó la historia». Son palabras de Abelardo Fernández, el técnico que hace una década sacó del anonimato a Jony Rodríguez (Cangas del Narcea, 32 años) para convertirlo después en el héroe del ascenso a Primera del Sporting, en 2015. Jony Rodríguez llegó con 22 años al Sporting B, procedente del Avilés y tras haberse quedado sin sitio en tres canteras: la del Barça, la del Oviedo y la del Getafe.
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La operación se hizo entonces porque se empeñó Abelardo. En Mareo no lo querían. Dos temporadas después, con 24 años, fue la estrella del primer equipo, ya entrenado por Abelardo, y el hombre que lideró a la plantilla del ascenso, tan inesperado como necesario para el club gijonés. Su primer año en Primera fue estupendo y lo firmó el Málaga. Alavés, Lazio (con un contrato elevadísimo) y Osasuna fueron sus siguientes destinos. En enero de 2022, sin sitio en el conjunto italiano, volvió a casa.
768 minutos repartidos en 23 partidos en un año y medio fue su flojísimo balance en su regreso a El Molinón. «Solo he sido feliz en el Sporting», confesó al comenzar su tercera etapa en el conjunto gijonés. A Jony Rodríguez, fichado por el Cartagena prácticamente sobre la bocina el pasado 1 de septiembre, le faltó continuidad y se vio machacado por las continuas lesiones musculares en esta última aventura en el equipo de su vida.
Al llegar a Cartagena, lo primero que sorprendió a todos es que el futbolista venía pasado de peso. Fue el tema de conversación en la sala de prensa tras su presentación. El jugador había trabajado con un entrenador personal en Gijón en el mes de julio, pero lo cierto es que a principios de septiembre, cuando aterrizó en el Efesé, los técnicos tuvieron que ponerse a trabajar con él de manera específica en una especie de pretemporada de tres semanas.
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No llegó a tiempo de debutar con Víctor Sánchez del Amo, pero Julián Calero, en su intento de recuperar a jugadores veteranos que hasta el momento no han aportado nada al equipo, le ha dado minutos en sus dos primeros encuentros en el banquillo albinegro. Contra el Amorebieta fueron seis más el descuento. Y el jueves ante el Espanyol, cinco más el tiempo añadido.
Cuando entró en Lezama ya se comprobó que Jony Rodríguez todavía está completamente fuera de forma. Y frente al Espanyol también fue tema de conversación en la grada del Cartagonova, no por su participación en el juego (que fue nula) sino por su precaria condición física. Es cierto que son pocos los minutos que ha jugado y que, por tanto, no se pueden sacar demasiadas conclusiones.
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Al fichaje sorpresa de última hora de Paco Belmonte y Manuel Sánchez Breis, que no estaba en ninguna quiniela y estuvo cerca de acabar en un club de Primera Federación, le avala un pasado meritorio. Si se pone en forma y recupera el nivel mostrado hace años en el Sporting y en el Alavés, Calero tendrá a su disposición a un extremo de los que ya no quedan en Segunda. El asturiano es un buen profesional, está comprometido y quiere ayudar. Sabe que este es el último tren de su carrera para engancharse al fútbol de élite. Pero su aclimatación va más lenta de lo deseable y el propio Calero reconoció hace unos días que tiene que perder peso. «Él sabe que tiene que mejorar en el aspecto físico, está en ello. Le he puesto deberes», confesó el entrenador del Cartagena tras hacerlo debutar en Lezama.
El tema del sobrepeso no es nuevo para él. Le ha perseguido durante toda su carrera. «En el Sporting, a lo mejor no estaba al nivel estético que suele estar un futbolista, pero estaba en un estado de forma y de confianza que daba igual que, por decir algo, estuviera treinta kilos por encima. Salía y rendía. En Málaga topé con entrenadores que querían que estuviera de una forma y quizá llegaba de un trabajo distinto. Tuve que cambiar un poco todo eso», contaba el propio futbolista en 2018 en una entrevista concedida a El Comercio.
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«Lo que no puede hacer un jugador es salir a desmentir que está gordo o fuera de forma. Si no estuviese a un nivel físico óptimo, no estaría en Segunda. Soy de tener pata y culo, qué le voy a hacer, y puede que dé la sensación de estar pasado peso, pero en ningún caso. Es una tontería escuchar que Jony está gordo. Me hace gracia. Como hablar es gratis... Pero va en el sueldo aguantar estas cosas», añadía. Los aficionados del Oviedo, que le odian desde que se fue y volvió con el filial del Sporting para liderar un humillante 1-4 en el Tartiere, recurrentemente le llaman «gordo» en redes sociales.
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