Gonzalo Verdú posa para LA VERDAD, ayer, en la Plaza de España. J. M. Rodríguez / AGM
Exjugador del FC Cartagena

Gonzalo Verdú: «Creo que la solución no es dejar de ir al palco; hay que buscar el acercamiento entre las partes»

«Les fui claros: no me veía para jugar a corto plazo y no quería ser un lastre; buscamos la mejor solución», dice sobre su marcha

Jueves, 27 de febrero 2025, 01:02

Gonzalo Verdú cumple oficialmente catorce días alejado del fútbol, del verde, del día a día, del vestuario. El exjugador del Efesé aprovecha este tiempo ... para pasar más tiempo con la familia, al cuidado de sus hijas y volcándose en su recuperación. El manguero, de 36 años, repasa en LA VERDAD unos meses muy complicados a nivel personal, que le han llevado a interrumpir su carrera futbolística y ya veremos si a colgar las botas; y también a nivel colectivo, donde desde dentro ha presenciado la caída del equipo hacia el descenso, el enfado de la afición y plante de la directiva en el palco del Cartagonova. De esta temporada 2024/25 tan compleja a nivel individual, deportivo, social e institucional habla Verdú durante media hora.

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–Empecemos desde el principio. ¿En qué momento nota molestias en la rodilla y comienza a tratarse para jugar?

–En febrero de 2024, más o menos, noto algo raro en la rodilla. Me hice una prueba y el resultado fue que el menisco externo estaba afectado y el interno parecía que también. Decidimos seguir un tratamiento conservador, siempre que el dolor lo permitiera. Pero no pude aguantar muchos meses más y en mayo decidimos pasar por el quirófano porque era todo jugar aguantando muchísimo dolor, con filtraciones, ya cosas que no tenían sentido. En la operación ya se vio que la lesión afectaba al cartílago. Se intentó hacer como una especie de perforaciones para generar ahí una capa que me ayudara a amortiguar impactos, a proteger un poco el hueso. Pero cuando metía carrera, algún trote, ya me estaba molestando. Me generaba edema, digamos que no había esa protección. Eso es lo que más me ha estado machacando y no hay una solución fácil.

–¿Qué hizo para competir durante esa segunda vuelta?

–La rodilla me dolía mucho. Tenía que hacer varias cosas, desde bajar cargas de intensidad hasta quitarme días de entrenamiento y sobre todo a nivel de medicación todo lo que me iba mandando el doctor, como antiinflamatorios, buscando esa sensación que me permitiera competir. No eran condiciones pero tenía que hacerlo para ayudar al equipo. No podía extender bien la rodilla, aplicar fuerza con esa pierna. Una sensación incómoda.

–Pasar por el quirófano podía ser un proceso muy largo para competir.

–No pasar por el quirófano era inviable, era inviable pasar una temporada entera similar a la anterior. Cuando pasé por el quirófano vimos que la lesión era de un alcance mayor del que parecía. La resonancia no te da una información tan exacta. Es una lesión complicada porque el cartílago no es zona que regenere por sí sola y es muy difícil.

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EL MOMENTO DE MARCHARSE

«Nos marcamos el plazo del parón navideño pero las sensaciones no mejoraron, todo lo contrario»

–¿En qué momento se da cuenta de que no está competir a corto-medio plazo, y deciden rescindir el contrato?

–A medida que pasan los meses fuimos valorando. Y nos marcamos el plazo del parón navideño para volver a competir en la segunda vuelta. Pero las sensaciones no habían mejorado, sino todo lo contrario. El club habla conmigo antes de las vacaciones, me comentan la situación y la analizamos por si se deben buscar refuerzos en el mercado invernal. Les fui claros: no me veía para jugar a corto plazo. Lo veía inviable por las sensaciones y no quería ser un lastre. Buscamos la mejor solución para las dos partes.

–Imagino que el club lo vio con buenos ojos para liberar espacio salarial y fichar.

–El principal objetivo era liberar la parte de límite que yo ocupaba y, bueno, recomponer la plantilla porque al final lo que se decidió fue reforzar la defensa con Julián Delmás y Jorge Moreno, por su polivalencia, se decide con el visto bueno del míster que también pueda actuar de central y ocupar esa plaza que dejé libre.

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–¿Cómo fueron los primeros meses de temporada y qué cree que falló para arrancar ya mal?

–El vestuario es magnífico, una mezcla entre veteranía y gente joven. En pretemporada te plantas con el sabor dulce de lo que se consiguió la temporada pasada y esperábamos que todo fuera diferente al inicio de esa temporada 2023/24 [con 15 puntos en la primera vuelta]. Pero con los primeros partidos ya se ve que las sensaciones no son buenas, pese a ganar en Elda. Se veía mucho cambio de jugador de una semana para otra, como que no encontrábamos el once tipo o ese bloque que pudiera ser importante. Quizá el bloque que se hizo del año pasado se fue debilitando y en las primeras jornadas fueron saliendo del once jugadores muy importantes del curso anterior como Alcalá, Musto, Luis Muñoz y Andy. Eso en vez de darte fuerza quizá te iba mermando un poco más.

UN REGRESO FUERA DEL VERDE

«En un futuro hablaremos, cuando todo esté más tranquilo»

–Nada ha funcionado, ni cambiar de entrenadores ni hacer cambios en la plantilla. ¿Qué se comenta dentro del vestuario?

–La situación es complicada porque pruebas, cambias y no das con la tecla. El equipo esa fuerza que puede encontrar en la unión del grupo pues cambiando tantos jugadores, una semanas unos y otras semanas otros. Se han cometido muchos errores. Un equipo pasa por ser competitivo y cuando hay partidos con tanta igualdad y por detalles se te escapan, una semana tras otra, y no se corrigen es difícil poder ganar partidos. Ha sido la tónica de la temporada y quizá acompañada por la desgracia porque cuando el equipo ha merecido perder ha perdido pero este año cuando ha merecido ganar, o empatar, también ha perdido.

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Contra el Málaga y el Elche estuvieron muy bien, por ejemplo. Son partidos que el año pasado, en la segunda vuelta, los ganábamos por contundencia e incluso ganamos alguno que no merecíamos ganar porque éramos determinantes en las áreas, éramos eficientes. No me gusta comparar pero esa sensación de empaque, de equipo competitivo, no se está viendo hasta ahora.

–¿Cómo ve el futuro del club?

–Si el equipo termina descendiendo simplemente hay que aprender de los errores, aprovechar el empujón social de todas estas temporadas en Segunda y empezar a hacerse fuertes en eso. El club sabe que su fuerte es la afición porque la temporada pasada metía goles e incluso ayudaba a evitar los que venían en contra. Es empujón desde la grada se nota muchísimo. Aprovechar también ese potencial económico en Primera RFEF, si se termina descendiendo, para ponerse manos a la obra, armar la plantilla más competitiva posible y volver a subir lo antes posible. Y esa tiene que ser la ilusión, el sueño. Y ojalá sea así.

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–¿Volverá al club para ejercer otra función? ¿En la comisión deportiva? ¿En la cantera?

–Esa fue una conversación que tuvimos en las veces que hablamos. Se comentó la posibilidad del día de mañana. A eso me refería con pensar en el largo plazo, es decir, hacer estructura de club, sentar bases que sirvan para siempre y ese creo que tiene que ser el camino. En concreto no hablamos nada y creo que tampoco era el momento. En un futuro volveremos hablar cuando todo esté tranquilo. Es el club de mi tierra, el fútbol es mi día y ojalá algún día podamos estar juntos de nuevo de otra forma.

LA ETERNA SUPLENCIA DE ORTUÑO

«Me llama la atención, sinceramente, que haya disfrutado de tan pocos minutos»

–¿Qué opina de la situación de Ortuño? No tiene oportunidades cuando en el pasado siempre fue un pilar fundamental

–Quizá es el jugador que menos oportunidades ha tenido esta temporada. Me llama la atención porque siempre hace al equipo estar bien colocado con balón y sin balón, te da soluciones en el área, es una referencia clara y siempre a lo largo de su carrera ha hecho goles. Me llama la atención, sinceramente, que haya disfrutado de tan pocos minutos. No es una situación cómoda. Me da pena por un jugador como él, que siempre ha ayudado dentro y fuera. Espero que le dé la vuelta a la situación y marque goles en lo que queda de temporada. Me sabe mal.

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–Usted ha visto el Cartagonova a rebosar. ¿Qué le parece su aspecto ahora, tan desangelado?

–Duele a cualquier aficionado del Cartagena. Tampoco hay que machacar a la afición. Es su forma de exponer su malestar, su descontento, cuando las cosas no van como quieren, como a la gente le gustaría. Su forma de protestar es esa. El fútbol es pasión y si vas a ir al campo y vas a volver peor a tu casa , ya no porque gane o pierda el equipo, sino porque no te sientes cómodo, quizá con la situación de la afición con el club, entiendo que sea su forma de manifestarse. Es respetable y ojalá que eso cambie y se vea un Cartagonova lleno.

–¿Qué le parece la comparecencia de Belmonte y que la directiva no se siente en el palco?

–No soy quien para juzgar su posición. Obviamente creo que al final la solución no es dejar de ir [al palco]. Como dije en mi despedida, volver a abrir canales de comunicación será la mejor noticia, la mejor decisión por ambas partes. Hay que buscar ese acercamiento entre las partes. Todos ganamos si se consigue para empezar a construir, sea ojalá en Segunda, con el club y la afición de la mano.

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