Una conexión letal, una definición precisa y una remontada para creer

El Cartagena no fue todo lo fiable que acostumbrada en los dos primeros meses del 2024. El equipo entró con algunas dudas, demasiados espacios y huecos que por momentos desesperaron a Julián Cañero en el área técnica. La jugada del 0-1 fue un ejemplo: Lizoain sacó de puerta, Arnau Ortiz perdió el balón en el control y pilló a la defensa desajustada, con las líneas adelantadas y corriendo hacia atrás. En esas, Óscar Pinchi estableció a placer el primero de los visitantes. Fueron momentos de zozobra, inseguridad y algún que otro silbido en la grada.

Había que reaccionar y casi que otro desajuste por la izquierda cuesta el 0-2. Álvaro Giménez se metió hasta la cocina y a la hora de cruzar la pelota al palo largo, delante de Lizoain, se le marchó el remate a un lado. Suspiró el Efesé y también la grada. El 0-2 hubiera sido un jarro de agua fría.

La jugada del 0-1 empezó en un saque de puerta y la del 1-1, en un saque de banda. Jairo Izquierdo se movió por todo el frente de ataque para descolocar, agitar y generar espacios entre el bloque defensivo del Racing de Ferrol. El tinerfeño, así, habilitó un pasillo fabuloso para Iván Calero en la banda derecha. Y el '16', que forma una sociedad muy buena con Darío Poveda, asistió al '10' albinegro para poner el empate de cabeza al segundo palo. Una jugada muy parecida a la del 0-1 en La Romareda, esta vez repetida en el Cartagonova. Arnau Ortiz también probó a Cantero tras un buen quiebro por la derecha. A Luis Muñoz y Kiko Olivas, en el primer acto, les costó entrar en calor, imprecisos en pases y segundas jugadas.

El Cartagena dio un claro paso al frente tras el descanso. A nivel defensivo supo sufrir, ser bastante serio y solventar, sobre todo Kiko Olivas con colocación, las llegadas del Racing de Ferrol. En ataque muy pronto llegó el 2-1 de la remontada. Alcalá dio un pase en largo, el exalbinegro Álex Martín interceptó mal el balón y permitió que Poveda asistiera a Luis Muñoz. El malagueño definió con sangre fría y arte, picando la pelota ante la salida de Cantero.

La oleada albinegra no se quedó ahí. El equipo buscó con asiduidad el 3-1 de la sentencia para vivir un final de partido tranquilo. Arnau Ortiz exigió al portero con un remate escorado, Andy Rodríguez con otro al lateral de la red y también en otra internada de Calero dentro del área. Por fuerza, por empuje, por ganas y por sacrificio, el Cartagena mereció la victoria.

El Cartagena toma aire después de dos derrotas consecutivas. Era fundamental evitar una tercera que prolongara la mala racha de resultados, además en casa. El equipo se armó de valor para mantenerse vivo en un partido que empezó perdiendo en el minuto 11, estuvo contra las cuerdas y logró reponerse a base de mucho trabajo y sacrificio.

También gracias a una parada salvadora de Lizoain a Iker Losada prácticamente a bocajarro. Alcalá y Kiko Olivas no bajaron el pistón en ningún momento, jerárquicos y contundentes en cada lance aéreo. Con este resultado, el Cartagena se garantiza otra semana fuera del descenso, se distancia a 3 puntos del Albacete y mete presión a Alcorcón y Villarreal B.