Gonzalo Verdú despeja el balón. LOF

Al Cartagena se le hace de noche en Anduva

Perdona antes del descanso y acaba perdiendo bajo la lluvia por dos graves errores defensivos

Domingo, 29 de octubre 2023, 17:14

En Anduva siempre pierde el Cartagena, estando bien, mal o regular. En esta ocasión llegaba fatal a Miranda de Ebro, colista y descolgado incluso de los puestos que invitan a soñar con la permanencia. Y, como siempre, perdió. Pero como el fútbol es tan caprichoso ... perfectamente pudo haber ganado. De hecho, es la vez que más cerca ha estado de hacerlo en el complicado campo del Mirandés. Completó la mejor primera parte de lo que llevamos de curso, en la que hizo merecimientos para hacer más de un gol y dejar el encuentro muy de cara. Pero los evidentes problemas del equipo para materializar las ocasiones que genera provocaron que se llegara el descanso sin goles. Y en el segundo tiempo, en medio de una fuerte tormenta y un vendaval de cuidado, los de Calero se ahogaron debido al empuje de los locales y a sus propios miedos. Había que ganar en Alcorcón y Miranda de Ebro para meterse en la pelea por la salvación. Y el Efesé ha sumado un solo punto de seis posibles. Dramático.

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CD Mirandés

Ramón Juan; Rubén Sanz, Pablo Ramón, Barcia, Jonathan Gómez; Tachi, Álvaro Sanz (Pablo Tomeo, 94); Chaira (Barbu, 94), Carlos Martín (Alcedo, 99), Gabri Martínez; y Javi Martón (Reina, 45).

2

-

1

FC Cartagena

Marc Martínez; Calero, Alcalá, Gonzalo Verdú (Musto, 75), Fontán, Jairo; Juan Carlos Real (Embaló, 60), Luis Muñoz, Alarcón (Jansson, 76), Narváez (Ferreiro, 60); y Ortuño (Lautaro, 75).

  • Goles 1-0, Carlos Martín, de penalti (minuto 72). 1-1, Fontán (minuto 80). 2-1, Barcia (minuto 91).

  • El árbitro Ais Reig (valenciano). Amarillas a los visitantes Alarcón, Musto y Marc Martínez.

  • El estadio Anduva. 2.676 espectadores.

Arrancó de lujo el Cartagena, con Alarcón y Luis Muñoz dominando la parcela ancha y Jairo percutiendo por la izquierda. Calero apostó por un 5-4-1 que sorprendió a Lisci y en el minuto 3 llegó ya una ocasión clamorosa que Juan Carlos Real, de manera incomprensible, no aprovechó. Centró Alcalá, la dejó Ortuño de maravilla y el gallego se quedó completamente solo delante de Ramón Juan. El meta local le ganó la partida con una mano sensacional. No le afectó ese error a Juan Carlos Real, quien siguió metiendo en problemas a la zaga jabata. El único que no se sumaba a la fiesta era un frío Juanjo Narváez, desconectado y apático. Su gol en Alcorcón no parece haberle animado demasiado. Pero Juan Carlos Real y Ortuño eran un incordio constante para los de casa.

Dominaban los albinegros y una estadística a la media hora de partido explicaba claramente cómo estaban las cosas: un disparo del Mirandés y nueve del Cartagena. Juan Carlos Real tuvo otros dos disparos muy buenos desde la frontal que se fueron por poco. Alcalá, en un córner muy bien sacado por el gallego, cabeceó cruzado y casi marca. E Iván Calero, tras conectar un derechazo espectacular, hizo volar a Ramón Juan para evitar el tanto. Lo hizo todo para irse al descanso con ventaja un Cartagena que por fin pareció un equipo de Segunda. Fue un bloque con una idea clara, que hizo lo que debía en cada momento y que sometió a un rival que en su campo suele tener el dominio de la situación. Viniendo de donde veníamos, esos brotes verdes invitaban a pensar en que esta vez sí iba a llegar ese triunfo que tanto se le resiste al Cartagena de Calero.

La primera jugada del segundo acto sirvió para que Ramón Juan, héroe local, volviera a evitar otro tanto. Como sucedió el lunes pasado en Alcorcón con Jesús Ruiz, el Cartagena de nuevo hacía internacional al portero rival. Ortuño se fue de Barcia con un gran taconazo y quiso marcar, algo esquinado. Lo evitó Ramón Juan. Hubiera sido mejor que Ortuño levantara la cabeza y asistiera a Juan Carlos Real, quien estaba completamente solo en el punto de penalti. Una nube empezó a descargar sobre Anduva y la lluvia racheada y la sensación de noche cerrada se apoderaron del campo del Mirandés. Fue una perfecta metáfora de lo que iba a ocurrir a continuación. Porque al Cartagena, de manera súbita, se le hizo de noche en Anduva.

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Todo lo que estaba funcionando dejó de hacerlo. Colapsaron todas las líneas y solo dos paradas milagrosas de Marc Martínez, a remates de cabeza de Rubén Sánchez y Carlos Martín, mantuvieron con vida a los visitantes. Calero metió a Embaló y Ferreiro y quitó a Narváez y Juan Carlos Real. Las cosas no mejoraron. Al revés. Empeoraron cuando Luis Muñoz hizo un penalti absurdo. El malagueño, que tiene cosas buenas, salió ayer en la foto de las dos goles y es ese tipo de futbolista al que parece acompañarle una suerte de malditismo en su carrera. Primero, una grave lesión cuando mejor estaba. Luego, el ignominioso descenso del año pasado con el Málaga. Y ahora, su constante querer y no poder en el Cartagena.

El caso es que Luis Muñoz hizo una mano tonta y Ais Reig tuvo que pitar el penalti. Carlos Martínez ahondó en la herida desde los once metros de Marc Martínez. El portero del Cartagena paró el penalti que tenía que parar: el del ascenso. Pero desde entonces no para uno. 1-0, lluvia, viento y sufrimiento. Todo estaba en contra, como de costumbre, para el Cartagena de Calero. Entonces pasó la nube y amainó el temporal. Entraron Musto, Jansson y Lautaro. Del 5-4-1 se pasó al 4-4-2 y el Mirandés dio un paso atrás. Empató el Efesé cuando nadie lo esperaba. Ferreiro puso un buen balón parado y Fontán se adelantó a un Ramón Juan que emborronó su actuación con una tremenda salida en falso. Estuvieron cinco minutos en el VAR chequeando un posible fuera de juego del central del Cartagena que no existía. Sudor y lágrimas le cuesta al Efesé celebrar un gol. Y este que hizo en Anduva casi no sube al marcador por un deficiente uso del sistema de videoarbitraje.

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Era el minuto 85 cuando se concedió el 1-1 y aún se jugaron quince más. Diez añadió el árbitro en un descuento en el que apenas pasó nada. Y fue así porque los locales marcaron el gol de la victoria en el minuto 91. Ais Reig, que quiere ser como Mateu Lahoz pero está a años luz de él, pitó una falta de Musto muy rigurosa. Hasta le sacó amarilla. La puso Álvaro Sanz, Alcalá rompió el fuera de juego, Luis Muñoz olvidó su marca, Musto llegó tarde y Barcia remató con acierto. El 1-1 no era gran cosa. Un punto no sacaba de pobre al Cartagena. Pero significaba salir vivo de Anduva, sumar cuatro salidas sin perder y volver a casa con una mínima recompensa tras una tarde de tanto trabajo. Todo ese saltó por los aires con el enésimo error defensivo de un equipo que intenta rebelarse contra su destino. Pero es imposible. Todo lo que le pasa es malo. Y por eso va camino del cementerio en pleno Halloween.

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