El Cartagena baja de la nube al Albacete

Carrión sorprendió a todos en la elección de los jugadores titulares y en el dibujo. Cambió a un 4-4-2 que jamás había utilizado en su etapa en Cartagena, prescindió de los extremos y juntó a Ortuño y Sadiku arriba. Dos tanques para pelear con dos de los centrales más físicos de la categoría, Djetei y Boyomo, claves en el buen funcionamiento del Albacete en este comienzo de liga. Casi siempre se impusieron los defensas y cuando se despistaron no fueron penalizados por los dos arietes albinegros, que no tuvieron su tarde. Sadiku tuvo problemas con la pelota y sin ella.

Un rato antes del encuentro nos enteramos de que Ferreiro y Jansson estaban lesionados. El miércoles se rompió el ex del Huesca, quien estará un mes de baja. El sueco no entrenó durante toda la semana y el entrenador no quiso arriesgar. El club decidió ocultar esa información para no dar pistas a Rubén Albés, el meticuloso técnico del conjunto manchego. Posiblemente esto forzó a Carrión a variar su esquema, ya que no parece confiar mucho en Arribas, quien después se reivindicó con su gol, y Franchu sale de una lesión y su fragilidad física invita a ser prudente con él. El invento no funcionó. Al menos, de primeras.

Al Cartagena le faltó vértigo en las alas y el ritmo cansino de Borja Valle no le hizo ningún bien a Sangalli y De Blasis, demasiado incómodos como interiores hasta el descanso. Así, el Albacete fue sintiéndose cómodo con la pelota, siempre bien manejada por Maikel Mesa y Riki, y buscó descaradamente su banda izquierda, donde Julio Alonso y Manu Fuster fueron un incordio constante para Iván Calero. No había ocasiones, pero la sensación es que los visitantes estaban mejor. El Cartagena, cortocircuitado por el medio, lo fiaba todo a los balones en largo en busca de sus arietes. En uno de ellos, Sadiku se quedó solo delante del portero, pero tardó un mundo en armar el disparo y acabó llegando Djetei para evitar su remate.

En una cadena de errores y rebotes que siempre favorecieron a los atacantes manchegos llegó la mejor ocasión de los visitantes en el primer periodo. Remató a bocajarro Riki, en el área pequeña, y Escandell evitó el tanto con una intervención de portero de balonmano que demuestra que -este año sí- Marc Martínez tiene una competencia muy seria bajo palos. Y con el primer tiempo agonizando, cuando ya nadie lo esperaba, despertó el Cartagena de su letargo con dos ocasiones clamorosas. En la primera, solo delante de Bernabé tras un error grosero de Djetei, Ortuño falló un gol de los que no se pueden fallar.

Un minuto después le emuló Borja Valle, quien no supo remachar a la red un balón que estaba a un metro de la línea de gol. Fue tras un testarazo de Sadiku que no pudo atajar Bernabé. La jugada acabó con un último remate de Alcalá que dio en la madera. Y así terminó la primera mitad. En la segunda salió el Cartagena con el hambre que le faltó en la primera y a los dos minutos llegó el tanto de Mikel Rico, quien no sabe hacer goles normales. Solo hace golazos. Alojó en la escuadra un derechazo terrible tras la mejor combinación del Efesé en todo el encuentro.

Sadiku se desmarcó mejor que nunca y se quedó solo ante Bernabé. Pero se perfiló mal y remató peor, perdonando el segundo que después llegaría por mediación de un Arribas que entró por el albanés para ganar profundidad en la banda derecha. Casi marca de Blasis, pero Bernabé palmeó la bola y dio en el poste. Arribas fue el más listo en el rechace y la metió en la cazuela. Parecía la sentencia, pero no lo fue. Porque al minuto siguiente recortó distancias Dubasin en una jugada muy mal defendida por Calero. Carrión sentó enseguida al lateral que le ha quitado el puesto a Delmás y puso al maño para tapar la hemorragia de los locales en esa banda derecha en unos últimos 20 minutos en los que el Alba apretó de lo lindo.

No supo cerrar el partido el Cartagena y el Albacete, mejorado con la entrada de Sergi Mastre y Rubén Martínez, no se cansó de intentarlo. Lo hizo siempre tratando bien el balón, combinando y maniatando a una zaga local que nunca estuvo tranquila. Tuvo el doblete y el empate Dubasin con un remate de cabeza que se fue por encima del larguero. No se rindió el equipo de Albés, orgulloso y decidido hasta el último instante. Supo sufrir el Cartagena, un equipo definitivamente menos talentoso pero más equilibrado que el del pasado curso. Y amarró tres puntos que le vuelven a poner en los puestos de privilegio. Ha dormido sexto, en puestos de promoción de ascenso.