Aguilar, el paciente cántabro
Perfil ·
Leyenda del fútbol murciano, el nuevo técnico del Efesé se encuentra con la gran oportunidad de su vida en Cartagena, cumplidos ya los 50 años y avalado por dos décadas de relación con Belmonte y BreisSe convirtió en un especialista en marcar goles que daban ascensos. Fue Pepe Aguilar (Madrid, 50 años) un futbolista con ángel, con una increíble ... habilidad para pasar a la historia de la que pocos jugadores pueden presumir. Estaba siempre en la foto que todos buscan y casi nadie encuentra. Hizo el tanto que subió a Segunda al Real Murcia en Granada en el 2000. Repitió con el Ciudad, en el choque por el ascenso contra el Castellón de 2003. Y lo hizo de nuevo, en 2008, con la camiseta del Ciudad de Lorquí, frente al Vilanovense. A estos tres éxitos conseguidos en el fútbol murciano, donde se convirtió en una leyenda, se le suman otros dos que logró en los inicios de su carrera con el Racing de Santander. Disputó 493 partidos en Segunda y Segunda B entre 1990 y 2008.
Siendo Pepe Aguilar un símbolo del fútbol de la capital del Segura es paradójico que haya sido el Cartagena el equipo que le dé la gran oportunidad de su vida como entrenador. Porque su carrera en los banquillos, que arrancó tímidamente en 2009 siendo el segundo de Rafa Muñoz en cortas etapas en el Sangonera y en el Leganés, está prácticamente comenzando ahora, cuando ya ha cumplido 50 años.
Ha esperado mucho y el teléfono no sonó jamás, pero finalmente hay recompensa a la paciencia del que fuera exquisito extremo izquierdo de Racing, Ferrol, Cacereño, Recreativo, Cádiz, Granada, Mérida, Real Murcia, Ciudad de Murcia, Lorca Deportiva y Ciudad de Lorquí. Paco Belmonte y Manuel Sánchez Breis, con quienes mantiene una estrecha relación de amistad desde hace dos décadas, le han dado la oportunidad en un momento delicado. Los dueños del club coinciden en que Aguilar está «perfectamente capacitado» para conseguir el objetivo de la permanencia en Segunda del Efesé, pero lo cierto es que se trata de una apuesta arriesgada.
El sustituto de Borja Jiménez en el banquillo del Cartagena volvió en verano a la Región para coger las riendas del filial albinegro en Tercera, tras varios años en su casa de Santander. Tuvo que volver allí en 2014 por asuntos personales, resignado también por la falta de ofertas para entrenar en Murcia. Es un símbolo. Un tipo querido. Pero nunca se acordaron de él.
«Amable y cariñoso»
Empezó de cero a orillas del Sardinero y cogió al cadete del Racing. Su techo, no obstante, estuvo en el juvenil A del club cántabro. Tampoco le dieron allí el empujón que ahora le han dado aquí Belmonte y Breis. «Su mensaje es espectacular. Es muy bueno, como entrenador y como persona. Sabe llegar al futbolista, siempre desde una vertiente cariñosa y positiva. Es amable, pero no hay que confundir su cordialidad con permisividad. Exige y busca soluciones», cuentan sobre él sus colaboradores más cercanos en el Cartagena.
Pepe Aguilar nació en Madrid de casualidad. Sus padres, él aragonés y ella cántabra, se conocieron en Ghana, donde ambos trabajaban en un casino a finales de los sesenta. Volaban hacia Santander para que el bebé naciera en casa. Pero se adelantó y el parto se improvisó en un hospital madrileño. Al salir de la clínica, toda la familia prosiguió su camino hacia la capital de Cantabria, donde se crió el niño que muy pronto se convirtió en futbolista. Y de los buenos.
Se casó la tarde antes de ascender con el Murcia en Los Cármenes. Tenía la fecha fijada desde un año antes y no la pudo cambiar. Dio el 'sí quiero' en Santander y cogió un avión para unirse a la expedición grana en la capital nazarí. Jugó, marcó y subió. También estuvo en el ascenso pimentonero de Lugo en 2011, entonces como comentarista de Radio Murcia, con el ya fallecido Javier Orive y con Javier Jaén, ahora en el departamento de prensa del Efesé y con quien se ha reencontrado este año.
Tiene dos hijos y se quedaron con su esposa en Santander. Él vive solo en Cartagena, en un piso del Ensanche. Le gusta caminar por el Puerto y oler a salitre, ya que así recuerda sus paseos por el Sardinero. El propio Sánchez Breis le abrió la cuenta de Twitter y no se prodiga demasiado en redes sociales. Antes de comer se toma una cerveza bien fría. Disfruta con los guisos, fundamentalmente potajes y cocidos. Escucha a Michael Jackson y Dire Straits, aunque ha tenido que adaptarse a los ritmos que se imponen actualmente en los vestuarios. Así, se le van los pies con 'Jerusalema', la canción del momento.
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