Manuel Buitrago, moderando la primera mesa redonda del foro, junto a Javier Serrano, Lucas Jiménez y Vicente Amorós, en el hotel Nelva de Murcia. Javier Carrión / AGM
Foro 'Agua, una encrucijada en el Levante español'

Regantes y expertos apuestan por impulsar la gestión integrada de los recursos hídricos

El foro organizado por el Scrats y LA VERDAD, con un alto contenido técnico y jurídico, analiza la coexistencia de trasvases y desalación, y los retos de la planificación hidrológica

Lydia Martín

Sábado, 16 de diciembre 2023, 07:47

El agua se encuentra en una encrucijada permanente en el Levante español, sobre todo cuando se trata de procurar recursos para el regadío, aunque hay momentos claves, como el actual, en el que es preciso hacer un alto en el camino y analizar la realidad de los trasvases y la desalación, y la forma en la que deben convivir ambos recursos. Cuando se va a cumplir un año de la aprobación del actual ciclo de planificación, y cuando se empieza a elaborar el siguiente, el Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo-Segura (Scrats) y LA VERDAD reunieron ayer un plantel de usuarios regantes y técnicos que abordaron el futuro de los trasvases y la desalación, con el convencimiento de que hay que impulsar la gestión integrada de ambos. Ello sin renunciar al Tajo-Segura, por el cual siguen batallando los regantes, contrarios a la subida progresiva de los caudales ecológicos en los porcentajes fijados en la ley.

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La oportunidad del foro celebrado en el hotel Nelva de Murcia viene marcada también por la firma prevista, la semana que viene, de los convenios entre las 67 comunidades de regantes del Trasvase y Acuamed para la ampliación de las desaladoras y para comprar caudales con un precio subvencionado. Entre los asistentes al encuentro hubo representantes del sector agro levantino y de los partidos políticos. Fue retransmitido por 'streaming' por iAgua, con un seguimiento muy amplio.

Preocupa especialmente el horizonte 2027, que dejará al Levante en «una situación crítica», tal y como explicó la consejera de Agua y Agricultura, Sara Rubira, durante la inauguración del foro. Hizo alusión al déficit de 400 hectómetros estimados debido a los 105 de recorte del Trasvase y «el fin del uso de acuíferos». «La realidad es que estamos abocados a una situación caótica». Reclamó un plan hidrológico nacional «que dé certidumbre a todo el país», que recoja la importancia de infraestructuras como el trasvase Tajo-Segura y apueste por nuevos trasvases que mejoren la conexión entre cuencas, además de «cooperar, dialogar y encontrar un camino conjunto», abandonando el «sectarismo hídrico».

Animosidad hacia el Trasvase

«El Trasvase Tajo-Segura va a sufrir en el escenario de 2027 un recorte muy importante para la cuenca del Segura de casi el 40% en lo que se refiere a regadío», recordó Lucas Jiménez, presidente del Scrats, durante la primera mesa redonda, que reunió a representantes de los tres acueductos de la zona del Levante (Tajo-Segura, Júcar-Vinalopó y Negratin-Almanzora). Jiménez aludió a la «animosidad clara de acabar en parte con la llegada de agua del Tajo, que se ha visto auspiciada por el gobierno regional de Castilla-La Mancha», y que se suma al escenario reduccionista de las aguas subterráneas en este mismo plazo. En referencia a la reforma de las reglas de explotación, abogó por alcanzar cierta regularidad en el envío de agua al Levante y reducir situaciones de excepcionalidad en los niveles del Trasvase, ya que «en ningún caso se puede modificar el volumen asignado».

«Lo que necesitamos es seguridad jurídica e hídrica, y una gestión integral de los recursos disponibles, lo que significa la implicación de todos los usuarios y la no 'demonización' del Trasvase», señaló Vicente Amorós Torregrosa, jefe de los servicios jurídicos de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó. Apostó, además, por la coordinación de los acuíferos compartidos, incrementar la reutilización y desalación y aumentar el nivel de modernización.

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Javier Serrano, representante de Aguas del Almanzora, defendió que lo importante es «luchar mucho por el agua», invitando además a ser conscientes de la realidad del origen del recurso y su disposición, e intentar prevenir la situación entre las comunidades y la Administración. Apostó por una «red de desaladoras conectadas» para poder paliar la escasez. «Somos competitivos y sabemos hacerlo bien, pero si nos falta el agua, se viene todo abajo», matizó, recordando la necesidad de la concienciación política y ciudadana de que «la agricultura es la actividad más importante que tenemos en España».

Aplicar un precio asumible

No renunciar a ningún recurso y hacer hincapié en el precio. Así describió el presidente del Scrats, Lucas Jiménez, otro de los grandes problemas del sector, recordando que tras el 'milagro alimentario' de la agricultura hay pequeños y medianos agricultores que necesitan garantizar su subsistencia con «un precio razonable», y que la presión puede hacer desaparecer parte de estos regadíos.

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«El precio del agua debe ser asumible y para eso se necesita una concienciación, para que todo el mundo comprenda que estamos protegiendo la agricultura, el territorio y los acuíferos», remarcó Amorós. En esa protección, y hasta que la interconexión plena de los recursos se produzca, «necesitamos que haya agua en las venas de la cuenca del Segura procedente del Trasvase, para que los usuarios que no tienen acceso directo al agua desalada puedan recibir sus dotaciones», insistió Lucas Jiménez.

Incrementar la desalación

La cuenca del Segura vive una situación «complicada en cuanto a la disponibilidad del recurso», señaló Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica, en la segunda mesa del foro. Indicó que ante la sequía que sufren otras demarcaciones, como las del Guadalquivir, el Guadiana y las Cuencas Internas de Cataluña, los regantes del Levante han hecho «de la necesidad, virtud», con el 'mix' de aguas del Trasvase, la reutilización, las subterráneas y las superficiales, que ha evitado hasta ahora restricciones de mayor calado para los regadíos.

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Explicó que el concepto de garantía de los recursos hídricos debe ser permisivo, debido a la complejidad de los factores que intervienen. Asimismo, subrayó que hoy en día «el peso del agua desalada es evidente y tiene que ir a más porque, independientemente de cuestiones de cambio climático, la disponibilidad de agua superficial va a ser menor», añadió. En este sentido, apuntó que será necesaria una desalación adicional a la ya prevista, como menciona el plan del Segura.

Juan Valero de Palma, presidente de Fenacore, respaldó la «armonización de los objetivos de la planificación hidrológica», animando a «huir de posiciones extremas y encontrar sentido común a la hora de aplicar las grandes políticas». Su apuesta se centró en la incorporación de criterios jurídicos a la gestión del agua, con principios que hagan las compensaciones necesarias, y aplicar análisis técnicos, científicos, ambientales lo más objetivos posibles para tomar decisiones en cada zona y problema con el agua, consiguiendo una «solución sin prejuicios e ideologías».

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Isabel Caro-Patón Carmona, especialista en Derecho de aguas, del medio ambiente y de la energía, incidió en la importancia de «aclarar la normativa y las agendas políticas», apostar por mayor seguridad jurídica y claridad y simplificación en el ordenamiento. «Tenemos una Administración que cada vez está más perpleja y confusa y no sabe cómo resolver los graves problemas que hay, y nos ponen encima de la mesa agendas tremendamente ambiciosas y complejas», afirmó, poniendo en valor la importancia de la protección ambiental. «Entre todos debemos activar esa gobernanza para poder llegar a un mínimo punto de encuentro en cuanto a objetivos entre todas las partes», contestó Urrea.

Cuestión de Estado

Dejar al margen la política y las visiones localistas fue uno de los puntos en los que coincidieron los ponentes de la segunda mesa redonda de la jornada, que halagaron el nivel tecnológico y la modernización de los regadíos de la zona. Más allá de este aspecto, Juan Valero de Palma consideró la necesidad de «tratar el agua como una cuestión de Estado» ante el papel imprescindible de las infraestructuras hidráulicas para satisfacer las necesidades. En su opinión, «la prioridad debe centrarse en la defensa y mantenimiento de los trasvases ya existentes», sobre todo el acueducto Tajo-Segura.

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Isabel Caro-Patón planteó el criterio de garantizar los usos de mayor utilidad o más racionales. «Resulta arbitrario que en el Tajo-Segura no se tengan en cuenta, porque se está desconociendo un criterio esencial e histórico que es dar al agua un uso más beneficioso y de utilidad pública», destacó, indicando que «el Tajo ha cerrado los ojos a esta realidad» y ha planificado desconociendo la situación en el Segura.

El foro concluyó con la intervención de Ylenia Aguilar, representante del Proyecto Central Arizona, quien explicó el funcionamiento del trasvase desde el río Colorado a la zona centro y sur de Arizona, una canalización de 540 kilómetros destinada a abastecer de agua a amplias zonas de regadíos y a más de seis millones de personas.

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Los protagonistas

  • Lucas Jiménez | Presidente del Scrats «El Trasvase Tajo-Segura va a sufrir en el año 2027 un recorte muy importante para el regadío del Levante». «No hay que renunciar a ningún recurso, sobre todo al Trasvase, y hacer hincapié en el precio, que es vital para muchas comunidades de regantes».

  • Vicente Amorós Torregrosa | Jefe de los servicios jurídicos de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó «Lo que precisamos es seguridad jurídica e hídrica, y una gestión integral de los recursos disponibles». «Se necesita concienciación para que todo el mundo comprenda que estamos protegiendo la agricultura, el territorio y los acuíferos».

  • Javier Serrano Valverde | Representante de Aguas del Almanzora «Los regantes somos muy competitivos y sabemos hacerlo bien, pero si nos falta el agua, se viene todo abajo». «Los trasvases son un elemento importantísimo, y también hay que abrirse a otros recursos».

  • Mario Urrea | Presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura «El peso del agua desalada es evidente y tiene que ir a más porque la disponibilidad de los recursos superficiales va a ser cada vez menor». «Los regantes del Levante han hecho de la necesidad virtud con el 'mix' de recursos».

  • Mario Urrea | Presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura «Debemos huir de las posiciones extremas y encontrar la armonización y el sentido común a la hora de aplicar las grandes políticas de agua». «En infraestructuras hidráulicas, la prioridad debe ser defender y mantener los trasvases ya existentes, como el del Tajo».

  • Isabel Caro-Patón Carmona | Abogada especialista en Derecho de aguas, del medio ambiente y de la energía «Tenemos una Administración que cada vez está más perpleja y confusa, y no sabe cómo resolver los graves problemas». «En el Tajo han cerrado los ojos y han planificado desconociendo la realidad en el Segura».

  1. Acuamed movilizará 612 millones en tres años para incrementar la desalación

Fermín López expone los proyectos de Acuamed. Javier Carrión / AGM

El director técnico de Acuamed, Fermín López Unzu, detalló los proyectos que está desarrollando la sociedad estatal para incrementar los recursos hídricos en la red de desaladoras desplegada en el Arco Mediterráneo, y en especial en la cuenca del Segura y en el Levante almeriense. Estos incluyen las ampliaciones de las desaladoras de Torrevieja, Águilas, Valdelentisco, Carboneras y Campo de Dalías, con una inversión global de 188,2 millones de euros, que permitirán aumentar la capacidad conjunta en 87 hectómetros cúbicos al año.

Explicó que, de esta forma, habrá una producción adicional del 35% a la actual, gracias a los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Se trata de unas actuaciones que deben estar finalizadas en el tercer trimestre de 2026, recordó Fermín López, incluidas las plantas fotovoltaicas asociadas.

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Reducir costes energéticos

Teniendo en cuenta que la energía representa en torno al 50% del coste total de la desalación, y que la previsión es que los precios se estabilicen a corto plazo, señaló que el programa de Acuamed consiste en aumentar la capacidad de las desaladoras para disminuir costes fijos y desarrollar en paralelo las plantas fotovoltaicas anexas. La meta es que el 35% de la potencia total necesaria para desalar provenga de las fotovoltaicas, para lo que invertirán, también con fondos europeos, 424 millones de euros.

El directivo de Acuamed destacó que el 60% del agua desalada se destinó el año pasado a la agricultura, una cifra que se mantendrá en los mismos términos al cierre de este ejercicio.

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