Aluden a la cooperación internacional para conseguir los retos energéticos

Más allá de que la transición energética sea relevante para el sector civil, «hay un aumento de demanda energética en las plataformas navales». Así lo subrayó la directora general del Centro Tecnológico Naval y del Mar de Cartagena (CTN), Noelia Ortega, en el último panel de expertos de la primera jornada del Congreso. Con la certeza de que «las plataformas del futuro han de gestionar la energía de forma eficiente y sostenible», el reto afecta tanto buques de superficie y fragatas, que integran armas de gran uso de energías, como en el caso de submarinos. Estos últimos tienen un reto doble: una alta demanda de energía y que deben ser silenciosos para evitar que se detecte su presencia. A esto se añaden los vehículos no tripulados que necesitan una resistencia a largo plazo y, por tanto, una autonomía vinculada a la energía.

Es por eso que las próximas plataformas se deben diseñar teniendo la energía en mente, en una transición ecológica que es «un hecho estratégico y operativo que va más allá de seguir pautas ambientales». En este sentido apuntó al hidrógeno, el amoniaco, los biocombustibles, sintéticos y metanol, usando la energía según las necesidades. «Lo más importante es la colaboración entre armadas, institutos de investigación, desarrollo y el mundo académico con el fin de conseguir el éxito», recordó. En este sentido, Julien Moresve, responsable de Investigación y desarrollo de Naval Group, mostró su convencimiento de que el mayor reto es la cooperación internacional para alcanzar el citado éxito, ya que «el reto técnico es la densidad en cuanto al almacenaje y equipamiento, con la seguridad como tercer pilar para los constructores navales». «Hay que transferir las investigaciones al mercado, porque de otro modo no vamos a ser eficientes. Se trata de que no se quede todo dentro del laboratorio, sino que necesitamos más operaciones conjuntas por parte de militares, tener infraestructuras comunes en el marco europeo para trabajar juntos y empresas para tener nuevos fondos de financiación y conseguir retos energéticos» apuntó.

Todo esto teniendo en cuenta que la transición energética no debe poner en peligro una misión militar, por lo que «hay que evaluar la misión con el buque de guerra que tenemos y contar con modelos que las garanticen».