Parece moverse cómodo en la política autonómica José Luis Álvarez-Castellanos (Cieza, 1957), concejal de Izquierda Unida durante varias legislaturas en el Ayuntamiento de Mula y hoy candidato a la Presidencia de la Comunidad por la coalición Cambiar la Región de Murcia, que aglutina a Izquierda Unida-Verdes y Anticapitalistas. No tiene pelos en la lengua a la hora de proponer «medidas drásticas» para preservar el Mar Menor y poner freno a la «crisis medioambiental que sufre la Región de Murcia». A pesar de la «ausencia» de Izquierda Unida durante los últimos cuatro años en la Asamblea, su formación «no ha estado al margen de la política regional, ni mucho menos», defiende. De hecho, Álvarez-Castellanos siempre recuerda que «hemos gobernado o condicionado gobiernos en quince ayuntamientos, y somos la tercera fuerza municipalista en la Región. Esto se le olvida a mucha gente con frecuencia».
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-Estuvieron negociando con Podemos hasta el último momento la posibilidad de acudir en confluencia a estas elecciones autonómicas. ¿Por qué no se alcanzó ese acuerdo, y cómo puede afectar la fragmentación de voto en la izquierda a la hora de alcanzar su objetivo de desalojar al PP de San Esteban?
-Nosotros vamos a tener un respaldo importante. Las encuestas están diciendo que incluso podemos aspirar a tener un grupo parlamentario propio, lo que significa que podríamos alcanzar los tres diputados. Creo que la reconstrucción de la izquierda es un objetivo necesario, un objetivo que va más allá de la propia coyuntura electoral. Nosotros no planteamos una reconstrucción de la izquierda meramente electoral. Pensamos que ese espacio que representa la izquierda, que hoy podría tener una representación electoral de entre el 15% y el 20%, aproximadamente, es un suelo importante para dar la batalla desde el campo de las instituciones. Pero el objetivo de la izquierda no es solamente estar en las instituciones. Aunque la izquierda tuviera mayoría absoluta, nos falta la otra pata del cambio social, que es la movilización ciudadana. El trabajo con la gente en las situaciones cotidianas, el trabajo de base, a pie de calle. Eso es muy importante, porque las medidas que tengan que tomarse para el cambio político en la Región van a necesitar precisamente de esa comprensión y de ese apoyo ciudadano para plantear un cambio a largo plazo. Si pensáramos a corto plazo, en una mera coyuntura electoral, e identificamos eso con una reconstrucción de la izquierda, nos estaríamos equivocando. ¿Cuál fue el motivo de no llegar a un acuerdo? Una diferencia fundamentalmente ideológica. ¿Vamos a hacer un programa conjunto, hecho de forma colectiva y abierto a la ciudadanía? No han querido. ¿Vamos a hacer primarias para que ese espacio tenga representación? No han querido. Nos planteaban unos porcentajes de representación que hablaban de proyectos totalmente distintos. Lo que no vamos a hacer es sacrificar la historia de una organización como Izquierda Unida para supeditarla a otro partido político. Tenemos una trayectoria y una dignidad que avalan nuestro trabajo, y un compromiso con el cambio político en esta Región. Creemos que era un camino equivocado y que Podemos se equivoca con esa estrategia. Pero nosostros no renunciamos a la unidad política.
-¿No crea confusión en el votante tanto cambio de nombres? En las elecciones de 2015, Izquierda Unida concurrió bajo la denominación de Ganar la Región de Murcia. Cuatro años después, su marca en el Ayuntamiento, Cambiemos, tampoco coincide con la marca autonómica, Cambiar la Región de Murcia.
-Espero que no afecte. Lo primero que tengo que hacer es pedir disculpas a los simpatizantes y a los votantes por todo el lío que hayamos podido generar. Pero también tengo que pedir que entiendan cuál es el objetivo. Cambiar la Región de Murcia no es un apaño para ganar las elecciones. Es algo más. Es un espacio político que tiene vocación de continuidad en el medio y largo plazo. Y viene a concretar las políticas que los ciudadanos exigían en el 15-M, que después dieron lugar a Podemos, pero de las que Podemos parece haberse olvidado. Una política cercana, abierta, con una participación desde la base, en la que todo el mundo pudiera implicarse aunque no fuera militante del partido. Eso es lo que hemos hecho. Nuestros diputados y diputadas estarán siempre sometidos a la fiscalización de la asamblea que los impulsó. Cuando lleguen los presupuestos y las leyes más importantes, decidiremos juntos en asamblea lo que vamos a votar los diputados. Nos debemos a la representación que nos han dado. En ese sentido, hemos buscado un nombre que esperamos que sea fijo y permanente. Es cierto que estamos en una época de construcción, y los vaivenes y los cambios han sido muchos. Pero la reconstrucción de la izquierda es una asignatura pendiente para los próximos años. Es necesaria una izquierda organizada que pueda enfrentarse al movimiento neoliberal que nos invade, y ahora con el complemento de la ultraderecha. Izquierdas basadas en proyectos personalistas están abocadas al fracaso. Y esto, que lo entienda quien lo entienda.
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-Una izquierda unida.
-Sí, claro.
-¿No se ha pretendido con tanto cambio de nombres escapar de la propia marca de Izquierda Unida, que algunos creen devaluada?
-¡No, en absoluto! Yo reivindico la marca de Izquierda Unida y reivindico la marca del Partido Comunista, porque son una parte esencial de Izquierda Unida. Me siento orgulloso de ser el continuador de ese hilo rojo que ya luchaba en la dictadura.
-¿Qué medidas más urgentes se propone impulsar como diputado?
-Hay que atender los problemas fundamentales que tiene la gente. Y, en ese sentido, lo que la mayoría social de la Región te demanda es la creación de empleo y la mejora de las condiciones del empleo.
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-¿Cómo crearía ese empleo?
-Hay que afrontar un cambio de modelo productivo. Sé que esto se repite como un mantra, pero es así. Estamos generando la mayor parte del empleo con contratos de hostelería y comercio. Los contratos con los salarios más bajos de la escala, con mayor precariedad y mayor temporalidad. Esto es más del 60% del empleo que se crea en la Región de Murcia. Atajar esto es fundamental. El otro sector que genera empleo es la agricultura exportadora, que tiene unas condiciones de precariedad laboral increíbles. En algunos casos, rayando la esclavitud. Después la construcción, que se ha basado en el modelo de desarrollos urbanísticos especulativos que ha sido un fracaso absoluto. Esto lo reconoce todo el mundo, incluido el propio [expresidente de la Comunidad, Ramón Luis] Valcárcel, que hace unos meses pedía perdón en un medio de comunicación. Este es el modelo que ha imperado en los últimos años, y es el que nosotros queremos cambiar.
«Reequilibrar los sectores»
-¿Cómo?
-Reequilibrando los sectores productivos. Creemos que la agricultura necesita una remodelación importante, una reorientación. Está muy condicionada por el recurso agua. Las condiciones del cambio climático y las normativas europeas nos obligan a repensar el recurso. El Trasvase sigue siendo un elemento importante, pero hay que repensar otras cosas. Hay que pensar en una agricultura apegada al mundo familiar, pensando en la despoblación rural, que es un problema en la Región de Murcia. Hay que atender también sectores como la ganadería y la pesca. Pero, sobre todo, hay que hacer una gran inversión en I+D+i. A mí de da vergüenza ajena escuchar al presidente [de la Comunidad, Fernando López Miras] abogar tanto por la I+D+i cuando tiene el Imida, por ejemplo, totalmente desahuciado. Invertir en estas políticas es fundamental. La transición energética es también un nicho de empleo que nos va a situar en la antesala de la llamada revolución 4.0 en el ámbito industrial. Y también es necesaria la reconversión del turismo. Manteniendo el sol y playa, pero mejorando las condiciones laborales de los trabajadores y respetando el medio ambiente. Y dirigiendo el modelo hacia un turismo que ponga el foco en la cultura y en la naturaleza, lo que aporta valor añadido y crea empleo de más calidad.
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-Proponen una moratoria urbanística para el Mar Menor.
-No es que la propongamos nosotros. Es la propia situación del Mar Menor la que la impone. Lo que no podemos hacer en la Región de Murcia es engañar a la gente por más tiempo, como ha hecho el Partido Popular con su discurso, con la actitud de perfil que adopta muchas veces el Partido Socialista, y sin la intensidad necesaria para enfrentarse a los problemas por parte de los partidos que se llaman de izquierdas. La Región sufre una crisis medioambiental. Y, quien crea que estoy exagerando, que sume en un papel: desertificación, salinización de los suelos como consecuencia de la agricultura intensiva, contaminación por nitratos cuyo resultado es la situación del Mar Menor, el 'fracking'... Cuando uno junta todo esto, y ve las políticas medioambientales que se están adoptando, se echa a temblar por el futuro que nos espera. Aquí no hay dilación posible. Tenemos que enfrentarnos a las cuestiones de manera radical, no podemos seguir más tiempo con la venda en los ojos.
-Respecto a la moratoria, ¿cómo se conjugaría con la reclamación del sector turístico regional de crear más plazas hoteleras?
-Nosotros apostamos por un turismo de estancia transitoria más que por una estancia permanente, y creemos que debe fomentarse la creación de hoteles, albergues y campings. Pero estamos totalmente en contra del modelo 'resort', del turismo extensivo. Es que, o se toman medidas drásticas en este momento en el Mar Menor, o dentro de unos años no quedará nada. Los propios implicados en el turismo del Mar Menor tienen que entender que la situación a la que se ha llegado es insostenible. Por su bien, precisamente, hay que tomar medidas drásticas. Si solamente se cumpliera la normativa ya aprobada, no habría que adoptar grandes medidas. Yo desarrollaría una ley de gestión integral del Mar Menor, que es la que está por hacer todavía y es la que va a dar coherencia a todas las medidas que se están adoptando. Y fíjese, yo creo que si el gobierno entrante se limitara a cumplir la ley actual, el Mar Menor tendría el futuro asegurado.
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-¿Esas medidas drásticas afectarían también a la agricultura?
-Aun a riesgo de herir sensibilidades, como le he dicho antes, no podemos seguir con la venda en los ojos por más tiempo en la Región de Murcia. Hay que decir las cosas claras. A la gente no se la puede engañar más. Es intolerable que el discurso del agua se siga manteniendo por parte de algunos partidos y, otros partidos se pongan de perfil para no herir sensibilidades. ¿Es que no nos damos cuenta de que esto no se mantiene más? El modelo agroexportador ligado a la demanda de las grandes superficies europeas, con un transporte continuo de productos, consumiendo prácticamente el 85% del agua que se destina a servicios, es un modelo insostenible. Y la gente lo sabe, lo que pasa es que parece que da miedo decirlo. Lo saben incluso los propios empresarios, que trasladan el modelo a otro lugar cuando se agota en un territorio. Porque el modelo es caduco y tiene los días contados. ¿Cómo aumentamos productividad y rentabilidad? Por ejemplo, con la etiqueta ecológica. No solamente por la etiqueta desde el punto de vista económico. Es que la agricultura extensiva está produciendo una huella ecológica y un daño medioambiental de primera categoría. La salinización del suelo es un efecto que, como el suelo no se pone verde como el Mar Menor, la gente no se da cuenta. También creemos que es importante reforzar la producción cooperativa, y ligado todo ello al mercado de cercanía. Eso abarata costes, aumenta la rentabilidad del producto y la población se beneficia desde el punto de vista de la salud.
«Obligados a jugarse la vida»
-¿Qué papel va a jugar la población inmigrante de la Región en estas elecciones?
-Es necesario integrar a la población que viene a la Región de Murcia con toda la garantía de derechos. Los inmigrantes no vienen a conquistar ningún territorio, ni en plan de amenaza para nadie. Vienen porque tienen una situación en sus países que les obliga a jugarse la vida en el Mediterráneo. Y muchos de ellos la pierden. No podemos olvidar nunca esa perspectiva. La mera solidaridad personal y colectiva nos obliga a plantear políticas de acogida para los inmigrantes, y garantizando todos sus derechos. Incluido el de voto, puesto que participan de la vida social y económica de la Región, y deben tener su derecho a voto.
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-¿Apoyaría una hipotética investidura o gobierno de Diego Conesa, candidato del PSOE?
-Nosotros pensamos que la Región de Murcia necesita un cambio total y absoluto. Ese cambio puede tener dos salidas. Una, con presencia de la derecha todavía en el Gobierno. Y cuando hablo de la derecha me refiero a Ciudadanos. La otra salida es la de la mayoría absoluta de izquierdas, que tendría que ser de coalición. Eso es tan cierto como que el PP sale fuera. En esa coalición, nuestros diputados van a ser totalmente necesarios. PSOE y Podemos no van a sumar mayoría absoluta. ¿Daremos nuestro apoyo? Nos remitimos a dos cuestiones. Una, a la negociación del programa. No queremos sillas ni consejerías. Aunque, si hay que estar, se está. Pero nuestra prioridad es conseguir políticas de cambio para la Región. En segundo lugar, y como no puede ser de otra manera en un espacio como Cambiar la Región de Murcia, esto debe pasar por una asamblea y también por un referéndum en el que los militantes decidan. No se trata de lo que digamos los diputados o diputadas, sino de lo que los afiliados digan que se hace.
-¿El impuesto de sucesiones y donaciones solo afecta a los ricos?
-No lo decimos solo nosotros. Lo dicen los propios técnicos de Hacienda. La rebaja del tributo en la Región beneficiaba exclusivamente a 3.000 o 4.000 familias. Además, la transmisión hereditaria es uno de los factores que más contribuyen al aumento de la desigualdad en diferentes generaciones. Creo totalmente justificado que se grave la transmisión de la herencia. Y aplicando el principio constitucional de la progresividad fiscal, que no es ningún principio comunista. Luego nos quejamos de infrafinanciación en la Región...
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-¿AVE soterrado en Murcia, Cartagena y Lorca?
-Nosotros, ni soterrado ni en superficie. Ahora, si ya está aquí, que llegue de la mejor manera posible. Pero nuestra apuesta no es el AVE. Nuestra apuesta es Camarillas. Nuestra apuesta es duplicar la vía, electrificarla hasta Albacete y poner una frecuencia de trenes y precios que puedan competir con el AVE.
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