María Marín (Podemos), durante la rueda de prensa ofrecida el domingo por la noche. Andrés Molina / AGM
Análisis

Lo imprevisible comienza ahora

Las fuerzas que se colocan a la izquierda de los socialistas, al concurrir desunidas y confundiendo con tanta sigla al electorado, han perdido representación y posibilidades de completar mayorías

Martes, 30 de mayo 2023, 01:03

El poder suele ser insolente, desalmado y egoísta, y en muchas ocasiones también ingenuo, al creer que siempre va a estar en las manos del ... que ya lo tiene, pero esta ingenuidad no parece perturbar a la Región de Murcia ya que el PP ha tenido el poder durante 28 años y lo tendrá en los próximo cuatro años.

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Si hubiera que compendiar en solo unas palabras lo acaecido en los comicios del pasado domingo en la Región, quizás «era lo previsible» sería la frase que mejor lo definiría. La campaña de estas elecciones, al plantearse por los dos partidos mayoritarios como unas primarias de las elecciones generales, no ha propiciado que el electorado repare en su realidad más inmediata, y eso ha beneficiado claramente a un PP que, con su acostumbrado y habitual discurso en la Región –trasvase, agua, la culpa es del Gobierno central– y un líder –López Miras– mucho más conocido y valorado que los demás, partía en todas las encuestas como claro ganador.

También era probable que el PSRM-PSOE y los partidos a su izquierda cosecharan una derrota en toda regla. Y así ha sido, ya que, respecto de las elecciones autonómicas de 2019, el PSOE ha perdido, a pesar de que se ha incrementado el número de votantes en unos 14.000, más de 40.000 votos, pasando de ser la primera fuerza política con un escaño más que el PP, a ser la segunda fuerza política, disminuyendo su grupo en cuatro escaños, y siendo superado por los populares en ocho diputados regionales. Pero, además, los socialistas han dilapidado gran parte de su poder municipal, puesto que con seguridad solo conservarán nueve municipios, pequeños y medianos, en los que han obtenido mayoría absoluta. En todas las grandes ciudades ha salido derrotado, salvo en Molina de Segura, donde sigue como primera fuerza política, pero también pierde un concejal que le aleja de la mayoría absoluta, lo que hace muy previsible que no consiga revalidar la alcaldía. También cae en algunos municipios medianos –como Jumilla o Cieza– y de estos solo conserva Águilas. En conclusión, el PSOE, que gobernaba en la mayoría de los municipios de la Región, pasará a tener la alcaldía en municipios que representan menos del 10% de la población regional, lo que supone perder el gran poder municipal con el que contaba en esta legislatura. A esta situación también han contribuido las fuerzas que se colocan a la izquierda de los socialistas, que, como también era previsible, al concurrir desunidas y confundiendo con tanta sigla al electorado, han perdido representación y posibilidades de completar mayorías.

Nos enfrentamos a una segunda vuelta electoral, pero ahora en caliente y jugándonos el Gobierno de España

Por otro lado, también entraba dentro del guion que estas elecciones certificaran la desaparición de Ciudadanos, un partido que hubiera podido ser muy valioso, pero que llegó a estas elecciones habiendo convencido a casi todos de su inutilidad. Igualmente, se preveía un aumento importante de los votos de Vox, máxime en una Región en la que un discurso populista y obcecado, como el suyo, ha tenido posibilidades de ir calando en un sector de la población. También entraba en lo previsible que, aunque en esta ocasión haya estado cerca de superar la barrera del 3%, una vez más, Movimiento Ciudadano Regional u otros partidos de corte localista o regionalista no obtuvieran representación.

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Los ganadores de las elecciones del pasado domingo han sido claramente, por méritos propios, el PP y Vox, pero también lo han sido por demérito de sus adversarios –PSOE, Podemos+IU+Verdes+AV y MR-VE–, que no han sido capaces de construir un proyecto atractivo para los murcianos y murcianas.

El anuncio de elecciones supone una jugada de estrategia inteligente de Pedro Sánchez, que descoloca a sus adversarios

En definitiva, lo sucedido el pasado domingo podía ser predecible, pero lo sucedido el lunes, con la convocatoria de elecciones generales, no creo que entrara en los cálculos de casi nadie. Este anuncio supone una jugada de estrategia inteligente por parte de Pedro Sánchez, que descoloca a sus adversarios, evita un mayor desgaste del PSOE, puede movilizar a muchos de sus electores, que han constatado que en sus comunidades y ayuntamientos va a gobernar la derecha, y obliga a los partidos a su izquierda a unirse sin dilación en torno a Sumar si quieren ser útiles. Además, enfrenta al PP a los perjuicios de posibles pactos con Vox que ya no podrán ser achacados a Casado. Con los resultados de las elecciones del pasado domingo, el PP no tendría suficiente respaldo para conseguir ocupar La Moncloa, por lo que la campaña sigue abierta y nos enfrentamos a una segunda vuelta electoral, pero ahora en caliente y jugándonos el Gobierno de España.

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