Óscar Urralburu, en el centro, con miembros del Consejo de Coordinación, como María Giménez, Antonio Carrasco, Andrés Pedreño y María López Montalbán, reunidos ayer por la tarde en la sede de Podemos. GUILLERMO CARRIÓN / AGM

El hundimiento de Podemos deja sus dos escaños sin valor de cambio en los pactos

Al partido morado no le llega para tener grupo parlamentario propio y tendrá que formar uno mixto

Martes, 28 de mayo 2019, 03:39

Si el objetivo era sumar para influir en la formación de un gobierno de izquierdas, también puede darse por perdido. Los dos escaños logrados el domingo por Podemos Equo en la Región ni siquiera tendrían valor de cambio en una hipotética negociación para la formación de Gobierno, y dejan al partido morado sin voz ni voto en las conversaciones. Después del hundimiento sin paliativos que se anotó en la jornada electoral, la formación se queda sin capacidad ni fuerza para influir en las negociaciones y pactos que decidirán quién y con qué socios gobernará San Esteban. El PSOE, la lista más votada, logró ayer en su histórico triunfo 17 escaños, suficientes para gobernar en la Región si obtienen el apoyo de Ciudadanos, con seis diputados.

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El varapalo recibido en las urnas por Podemos cuatro años después de su rutilante irrupción en el tablero político lleva aparejados también cambios en la organización de la formación, que ha pasado de contar con seis diputados a tener solo dos en la Asamblea Regional. Esa drástica reducción de escaños en el Parlamento autónomo impide a la formación morada mantener su grupo parlamentario propio, ya que el reglamento de la Asamblea solo permite que sea así si se logran un mínimo de tres diputados. Así, el holgado Grupo Parlamentario de Podemos de la pasada legislatura, al que en 2015 los murcianos dieron más de 83.000 votos que les valieron seis escaños, desaparecerá con toda probabilidad con la constitución de la nueva Cámara. Los 36.163 apoyos recibidos por la formación morada en las urnas solo permitirán a los dos primeros candidatos de la lista de Podemos, el secretario general del partido, Óscar Urralburu; y la también diputada en la anterior legislatura María Giménez Casalduero, tomar posesión de su acta de diputados.

Las claves

  • 1. El arrastre del voto útil. El trasvase de votos desde Podemos al PSOE ha sido una apisonadora para la formación morada, que pierde 48.000 papeletas.

  • 2. Suma de errores propios. Desde el chalé de Galapagar a Cataluña, las constantes crisis internas de la formación y el desgaste de la marca nacional han pasado factura en todas las regiones.

  • 3. Dos escaños sin poder de decisión. Los dos diputados de Podemos ni siquiera tienen valor de cambio para la formación de gobierno. Tampoco dan para formar grupo parlamentario propio.

Los dos se integrarán en el grupo mixto, ya que el reglamento de la Asamblea establece que «no podrán constituir grupo parlamentario separado los diputados que pertenezcan a una misma formación política, o que hubieran concurrido a las elecciones autonómicas en una misma candidatura. El número mínimo de diputados para constituir grupo parlamentario propio es de tres, aunque podrán constituirse también en grupo parlamentario los diputados de una misma formación política que, aún sin reunir el mínimo establecido en el apartado anterior, hubieren obtenido en las elecciones autonómicas al menos el 10% de los votos emitidos en el conjunto de la Región». Podemos no cumple ni en número de escaños ni en porcentaje de votos, así que la próxima legislatura serán grupo mixto.

En la formación admitían que los errores propios del partido en Madrid han castigado a la marca

El hundimiento de Podemos en toda España y en la Región no fue disfrazado ni minimizado por la formación morada, donde ayer buscaban argumentos para explicarse la pérdida de 48.000 votos en la Comunidad, que hacen descender a la formación de la tercera a la quinta fuerza política. El primero y más evidente, el impacto desmesurado del voto útil hacia el PSOE, mucho más potente de lo previsto por Podemos, que no esperaba una sangría de esas dimensiones.

«Restauración del orden»

La nueva dimensión de Podemos es también, reconocían pesos pesados del partido, el resultado de cuatro años de errores y luchas cainitas de la formación morada en Madrid, que han terminado castigando a la marca. Además del arrastre nacional a la baja, el pobre rendimiento de Podemos en la urnas murcianas era justificado por otros miembros del Consejo de Coordinación en el deseo de los votantes de estabilidad política «y restauración del orden» después de siete años de desequilibrios.

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El Consejo de Coordinación reunido ayer puso en valor el «orgullo» por el trabajo parlamentario, que es «incuestionable»

El Consejo de Coordinación de Podemos se reunió durante la tarde de ayer para realizar un primer análisis de los resultados del 26-M. Unos resultados que «no son buenos y que sitúan a la Región en un porcentaje de pérdida de voto similar al resto de España. Hay que tener en cuenta que en todo el país hemos perdido casi 4 millones de votos. Por tanto, la reflexión de los datos debe ser de forma conjunta, una reflexión de Podemos en todo el país. Los datos de la Región no son aislados, no es una perdida territorial, es una pérdida en todas las comunidades autónomas», dijo ayer Urralburu tras la reunión, en la que participaron, entre otros, Antonio Carrasco, María Giménez y Andrés Pedreño.

Después de realizar ese primer análisis de los resultados con su equipo, Urralburu insistió en la tesis que ya pronunció en la madrugada del domingo: «La gente a la que ilusionamos en 2015, o se ha quedado en casa o ha votado en la tendencia del 28 de abril, de las elecciones generales, donde se votó a carro ganador, al Partido Socialista. Sobre esto es sobre lo que hay que pensar. Algo hemos hecho mal y debemos ver cuál es el trabajo a realizar a partir de ahora», resumió Urralburu tras el encuentro.

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Descalabro en toda España, con 68 diputados menos

Podemos se ha dejado en estas elecciones 860.000 votos y 68 diputados autonómicos. La formación morada pierde poder en todas las comunidades autónomas y, en mayor o menor medida, cae en votos. Podemos ha perdido también la mayoría de los llamados ayuntamientos del cambio a excepción de Cádiz, y desaparece en Castilla-La Mancha, donde ostentaba la vicepresidencia segunda en un Gobierno de coalición con los socialistas.

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