No fueron las políticas de Pedro Sánchez, sino sus pactos los que han arrastrado a la oposición a muchos barones socialistas. Solo el más crítico con ellos, Emiliano García-Page, mantuvo su mayoría absoluta en Castilla-La Mancha. Esas alianzas de gobernabilidad con los independentistas ... vascos y catalanes, que provocaron la rebelión interna de 2016 contra Sánchez, han terminado por explotar electoralmente en los territorios más sensibles. Primero fue Andalucía. Ahora Aragón y Extremadura... Con el adelanto electoral, Lambán, Fernández Vara y Ximo Puig se ven en la tesitura de movilizar al electorado de izquierdas, para evitar la pérdida del Gobierno nacional, cuando los suyos aún no se han recuperado del batacazo anímico por la pérdida del poder. No hay tiempo para catarsis internas. José Vélez seguirá al frente del PSRM con la obligación nada sencilla de mantener en tensión electoral a sus militantes.

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La semana próxima deben estar cerradas las listas al Congreso y el Senado. Es de suponer que en ellas no irá nadie del actual equipo, aunque no es descartable que quiera sumarse algún alcalde caído el 28-M. Todas las miradas apuntan a María González Veracruz. Será lo que decida Ferraz.

Sánchez ha marcado una orientación de la campaña de claro componente emocional. Hay que elegir entre sus políticas o las derechas extremas, dijo. Un discurso del miedo que a Pablo Iglesias no le funcionó y acabó siendo su tumba política frente a Ayuso en Madrid. Ahora la estrategia será intentar convencer al electorado de que PP y Vox son en la práctica lo mismo. Una táctica arriesgada si Sánchez se mueve a la izquierda y el PP ocupa el centro, libre ya de Ciudadanos, marcando distancias con Vox. Pronto se sabrá si funciona. Hasta ahora, Sánchez siempre salió a flote mientras los demás, afines y rivales, se hundían. Luego todo es posible.

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