Economía social, un modelo para transformar el mundo

«El mundo no se nos ha dado para contemplarlo. Se nos ha dado para transformarlo», decía el Padre Arizmendiarrieta, una figura clave en la implantación y el desarrollo de la economía social en nuestro país, cuyo ejemplo continúa siendo igual de inspirador décadas después de su sentida y prematura pérdida.

Retomando la esencia de su pensamiento, para la necesaria y continua transformación del mundo que nos rodea, parece que no hay mejor manera que el camino seguido por la economía social.

Un modelo de organización y producción que desempeña un papel clave en la tarea compartida de crear empleo, de mantenerlo y de lograr que éste sea de calidad. Hablamos de un tipo de negocio participativo y democrático, que desarrolla a la sociedad en su conjunto y beneficia a todos.

La relevancia de las entidades de economía social se manifiesta en la Unión Europea, y aún más en España y en la Región de Murcia, tanto en términos de participantes en el empleo, como por su contribución al desarrollo de las políticas dirigidas al desarrollo y cohesión social y territorial. De acuerdo con la doctrina emanada de la Eurocámara, la economía social es uno de los pilares del modelo social europeo y juega un rol esencial en el ámbito laboral, porque aúna rentabilidad y solidaridad.

Y es que este sector no sólo crea empleos de calidad, sino que, además, promueve una actividad económica dotada de valores democráticos, que sitúa al ser humano en primer plano y contribuye al desarrollo sostenible y a la innovación social, medioambiental y tecnológica. Y que ayuda a luchar contra la deslocalización al priorizar el territorio en donde se ubican sus entidades.

Ahora mismo estamos en el momento de la Economía Social, pues son muchas las organizaciones de alcance internacional que cada vez más destacan las virtudes de este modelo productivo, desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) al Foro Económico Mundial, más popularmente conocido como el Foro de Davos, o la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

También se sumó hace años a la causa la Comisión Europea, cuyo objetivo es hacer crecer la economía social en Europa desde su cuota actual del mercado laboral comunitario, cifrado en el 6,3% del empleo, hasta alcanzar el 15% en el año 2030, sumando en total entonces 22 millones de puestos de trabajo en este sector clave para nuestra prosperidad presente y futura.

Y, por supuesto, también el Gobierno de la Región de Murcia está alineado y firmemente comprometido con este modelo desde el primer momento. Gracias a la colaboración entre la administración regional y las asociaciones de economía social, hemos conseguido los mayores crecimientos en creación de empresas y empleo en nuestro país. El sector cooperativo es, sin duda, una de nuestras grandes fortalezas, con un peso especial en áreas clave como la educación o la agricultura.

Esta colaboración se ha reflejado en los Pactos por la Economía Social, que acumulan ya una experiencia de más de 20 años, y que continúan bien vigentes: el pasado sábado firmamos junto con las organizaciones de la economía regional el VI Pacto por la Economía Social 2025-2028, con una apuesta del Gobierno de la Región de Murcia de más de 55 millones de euros, 31 millones más que los contemplados en el pacto anterior.

Como decía al inicio, nos toca transformar el mundo, y trabajar sin parar por mejorarlo, hacerlo más justo, inclusivo y sostenible. Creando empleo de calidad y estable como base de la prosperidad de una sociedad más libre, diversa y solidaria. Nos toca seguir haciendo políticas que beneficien a todos nuestros ciudadanos, y, en esto, la economía social tiene un papel especialmente relevante.