Los vinos de Bodegas Alceño llevan por bandera la calidad, sostenibilidad e innovación

Alceño, una bodega de tradición familiar que data de 1870, es una de las marcas embajadoras de la DOP Jumilla, gracias a su gama de vinos y su apuesta firme por la calidad, la investigación y el desarrollo. Además, está en continuo crecimiento, adaptándose a los nuevos estándares y exigencias del consumidor, tanto nacional como internacional. En este sentido, la empresa está llevando a cabo un proceso de renovación de marca para hacerla más actual y está reconvirtiendo la mayoría de sus viñedos en ecológicos para darle esa identidad con la tierra que en Alceño es fundamental.

Otra de sus líneas maestras es su compromiso por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Al respecto, está adaptando sus pautas de trabajo a estos valores con medidas punteras y efectivas, lo que aporta al proceso un valor añadido en sintonía con lo que quieren transmitir a sus clientes.

El resultado de este esfuerzo se traduce en una cantidad de vinos que ya se han convertido en imprescindibles en el sector de la restauración e incluso triunfan en competiciones tan prestigiosas como el Certamen de Calidad Vinos de Jumilla, en cuya última edición Bodegas Alceño logró cuatro galardones. Un oro para Evol 2022, un proyecto con unos marcados tintes solidarios, ya que los beneficios de su venta van destinados a luchar contra el alzhéimer, y tres platas para los vinos Alceño Rosado 2023, Alceño Premiun 50 Barricas Syrah 2023 y Alceño Selección 2020.

A este triunfo se suma un nuevo éxito: la confirmación de la Unión Española de Catadores de la concesión de un Gran Baco de Oro para Alceño Tinto 2023, una distinción que «representa todo un espaldarazo para un vino joven que llega al mercado con el reconocimiento máximo de este concurso», añade Andrés Bastida, gerente de la empresa.

Bodegas Alceño cuenta con un equipo humano multidisciplinar que controla de forma exhaustiva los procesos de elaboración: desde el crecimiento y recolección de la uva hasta el embotellado, que es el paso final. «Cada etapa es fundamental y requiere mucha dedicación», subraya Bastida, ensalzando igualmente el trabajo de los viticultores, «porque sin ellos no habría nada». El trabajo de todos se refleja en los sabores tan característicos de sus vinos, que demuestran que Bodegas Alceño sigue en la búsqueda constante de incorporar expresividad, personalidad y matices a su gama.

Los años de experiencia que suma la marca les permite conocer muy de cerca la evolución del mundo vitivinícola, que está orientada en adaptarse a los nuevos perfiles, cada vez más jóvenes, y hábitos de consumo, con notas más frescas y afrutadas. «Seguimos adaptándonos a las nuevas tendencias e investigando y trabajando para estar a la última», remarca Andrés Bastida.

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