Llegan los meses de abril y mayo y en todas las parroquias se repite la misma escena. Aglomeraciones de familiares y amigos se reúnen los fines de semana en la puerta del templo para felicitar a una ilusionada pareja recién casada o a un niño, ataviado con uniforme de marinero, que acaba de recibir por primera vez la Comunión. Un cuadro costumbrista que, para preocupación del sector hostelero, este año se enfrenta a la incertidumbre del coronavirus.
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El acelerón que ha experimentado el contagio del Covid-19 en España y la situación en ciudades como Madrid y Barcelona, donde se han prohibido las concentraciones de más de 1.000 personas, han provocado que más de uno se replantee acudir al convite al que estaba invitado en los próximos meses. «De momento no se ha aplazado ninguna boda o comunión, pero sí están disminuyendo, en algunos casos hasta en un 50%, el número de comensales confirmados», corrobora Manuel Nicolás, encargado del Restaurante Rincón Huertano.
Desde la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo (Hostemur), Jesús Jiménez, presidente de la patronal, reconoce que hay cierta «preocupación» de cara a los próximos meses, pero pide «calma» para ver si las medidas tomadas por las autoridades «surten efecto y reducen a la mínima expresión los efectos de esta crisis». En cualquier caso, los salones de celebraciones no se plantean la anulación de estos eventos, reservados desde hace más de un año, sino que, «en todo caso, se podrían posponer». «Habría que buscar una fecha mejor, que no sería la que quiere el cliente y la que le gustaría al empresario», explica Jiménez.
El presidente de Hostemur, además, ve «lejos» los meses de mayo y junio, cuando se celebran más bodas, y pide «seguir trabajando como siempre». También matiza que en la Región no hay «unos niveles de concentración de personas tan altos como en otras ciudades». «Hace mucho tiempo que no se ven celebraciones de 500 personas y cenas de empresa tan grandes», apostilla.
Entre la llamada a la calma y la inevitable preocupación también se encuentra Agustina Muñoz, directora comercial del Hotel Nelva: «En principio, en el sector de los eventos sociales no estamos sufriendo mucho, pero estamos viviendo el día a día y no sabemos qué puede pasar. Hay mucha incertidumbre». En la misma línea que Hostemur, Agustina espera que, si la situación va a peor, todo quede en «aplazamientos», aunque no tiene «garantías de qué va a pasar».
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Comuniones y bautizos aparte, los salones de celebraciones sí están sufriendo la cancelación de eventos profesionales, como reconoce la directora comercial del Hotel Nelva: «Una boda no se suspende para siempre, pero una reunión empresarial sí, porque la pueden hacer por Skype». En el caso del Rincón Huertano, el restaurante ha tenido que cancelar el Festival Rociero, que iba a celebrarse este fin de semana, y varios clientes han cancelado sus fiestas de cumpleaños. No obstante, fue el propio establecimiento el que la semana pasada comenzó a ponerse en contacto con sus clientes para avisarles de que, «si tenían síntomas, evitaran acudir a los eventos».
Frente a esta preocupación, algunos salones de celebraciones como El Hidalgo, en Cartagena, o Promenade, en Murcia, se muestran tranquilos y apuntan que no han notado ninguna incidencia en las reservas de los próximos meses. Del mismo modo, en los ayuntamientos de la capital de la Región y Lorca ratifican que no se ha producido ninguna cancelación y que, de hecho, este fin de semana se van a seguir celebrando enlaces matrimoniales.
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