«No sabía cómo íbamos a subsistir, pero al final aumentamos las ventas»

Daniel Vidal

Viernes, 22 de octubre 2021, 02:15

Juan Antonio Penalva no fue una excepción y también se echó «las manos a la cabeza» en marzo del año pasado. Cuando llegó la pandemia de Covid-19, el confinamiento estricto y la parálisis económica, este empresario, dueño de la firma familiar JB Vestuarios, pensó que «qué iba a ser de nuestras empresas y qué iba a ser de nosotros». Un pensamiento recurrente en aquellos meses de mayor incertidumbre que, sin embargo, Penalva aprovechó para hacer bueno el clásico 'renovarse o morir'. Precisamente, lo que ha salvado a esta empresa de un escenario ruinoso al que sí han tenido que enfrentarse otros muchos negocios de la Región de Murcia y del resto de España.

En el caso de JB Vestuarios, especializada en la fabricación y comercialización de ropa y uniformes laborales para distintos sectores nacionales e internacionales, y fundada en 1994, la dirección tenía claro que había que «adaptarse» a la pandemia para sortear el tsunami económico que amenazaba con llevárselo todo por delante. «Fuimos adaptándonos a las necesidades del mercado, que habían cambiado con la llegada de la Covid. Otras empresas no han tenido margen de maniobra para hacerlo por la infraestructura o por la propia naturaleza de la firma, y lo han pasado muy mal», resume. JB Vestuarios sí pudo hacerlo, y comenzó a confeccionar «prendas sanitarias, prendas desechables y mascarillas reutilizables, por ejemplo, donde había mucha demanda». Así que, lejos de ver cómo el negocio entraba en barrena, como muchos a su alrededor, la empresa familiar empezó a ver números verdes en las cuentas. De hecho, el año pasado aumentaron las ventas «un 15%» en relación a 2019, y este año van por el mismo camino según las previsiones del propio Penalva. No solo eso, sino que la buena marcha de la empresa ha obligado a contratar a dos trabajadores más. Ahora ya son 25 empleados en nómina, en comparación con los 23 existentes en marzo de 2020. «Es significativo haber aumentado la plantilla y no haber destruido empleo con todo lo que ha pasado», admite. Veinte meses después, Penalva puede asegurar, echando la vista atrás, que a su empresa «no le ha ido nada mal» durante la pandemia.