L. M.
MURCIA
Viernes, 17 de mayo 2019, 02:00
Que el reciclaje es una necesidad no es ningún secreto. La importancia de la reutilización de los materiales y envases se ha dejado ver más que nunca en los últimos años, debido a las alarmas que indican el deterioro del medio ambiente y, con ello, la urgencia de poner freno a los factores que aceleran su degradación con un mayor aprovechamiento de los recursos ya existentes.
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Reciclar consiste en obtener un nuevo producto o materia prima a través de la transformación de otro producto ya en desuso o utilizado, que se realiza a través de un proceso fisicoquímico o mecánico y que contribuye así al ahorro de materiales y reduce el número de residuos para hacer frente al agotamiento de recursos en el planeta. Hacerlo tiene una repercusión positiva no solo para el medio ambiente, sino también para la economía, evitando nueva producción de elementos y fomentando la adopción de hábitos ecológicos a beneficio de toda la sociedad.
En el Día Internacional del Reciclaje, instituciones, organizaciones y empresas pretenden concienciar a todos los sectores de la sociedad para que pongan en práctica esta acción, del plano más individual al colectivo, y contribuir así a una sociedad más ecológica y respetuosa con el medio ambiente. Es por eso que se programan actividades desde los ayuntamientos y colectivos sociales para dar a conocer los beneficios de esta práctica y potenciar la enseñanza de estos valores, acercándoles pequeñas prácticas diarias que contribuyen a este fin.
Uno de los grandes protagonistas de estas acciones de reciclaje es el plástico. Según la Organización de las Naciones Unidas, cada año se producen más de 400 millones de toneladas en el mundo (en 1993 eran 162 millones. Solo un 9% de los desperdicios producidos son reciclados, y el 12% incinerados. Además, el 79% de la basura generada del plástico se encuentra en vertederos o tirada en el medio ambiente. Siguiendo estos patrones de consumo, en 2050 habría en torno a 12.000 millones de toneladas de basura de este material. Una de las alarmas que ha hecho visible esta problemática, entre otras, es el hecho de que 9 millones de toneladas de plásticos acaban en el océano, provocando que sea ingerido por los peces y, con ello, acaben siendo consumidos por los humanos. Teniendo en cuenta estos datos, se deja ver que uno de los principales retos en la actualidad es conseguir un mayor índice de reciclaje para evitar que la producción de este material aumente.
En todo el mundo se vende cada minuto casi un millón de envases plásticos de bebidas. Y es que los materiales de envasado suponen casi la mitad de toda la basura plástica generada. Desde la Unión Europea llegan indicaciones acerca de los plásticos de usar y tirar, los oxo-degradables y envases de poliesterino, además de una nueva directiva que obliga a los fabricantes a reciclar más para eliminar la contaminación marina, que está causando impactos ambientales y económicos muy costosos.
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La meta es introducir alternativas para el año 2021, conseguir que los estados miembros hagan una recogida selectiva para reciclar el 90% de las botellas de plástico para 2025 y la reducción del 25% en el consumo de recipientesde alimentos y vasos para bebidas.
Los envases son utensilios utilizados para proteger y conservar los productos con el fin de que lleguen en condiciones higiénicas a su consumo, soportando los factores ambientales externos. Para conseguir un producto igual de resistente pero menos contaminante, las empresas que se dedican a su fabricación buscan nuevas fórmulas que innoven y permitan reinventarse para atender a las nuevas necesidades de los consumidores, a la vez que respetan el medio ambiente y la normativa europea. Esto lo consiguen apostando por nuevos recipientes biodegradables, pero también muestran su concienciación con el entorno intentando usar reciclados en la mayor parte de su producción.
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Debido al alto número de envases que se utilizan en el día a día, es necesario que desde todos los ámbitos se haga un esfuerzo y se tenga en cuenta la responsabilidad a la hora de hacer que tengan una segunda vida.
En el proceso de reciclaje, todos los agentes que forman parte de la sociedad tienen un papel protagonista e imprescindible. No solo se trata de una responsabilidad de instituciones y empresas, sino de cada uno de los ciudadanos, ya que en el ámbito doméstico también se genera un alto índice de residuos.
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La regla de oro es la de las tres 'R': Reducir, Reutilizar y Reciclar. Es decir, disminuir el consumo de productos y embalajes, dar nueva vida a las cosas que no nos sirven e intentar reciclar la mayor parte de materiales que utilizamos, consiguiendo así un consumo responsable que reduzca el volumen de los residuos reciclados y que minimice la huella de carbono.
La solución parte por concienciarse en buenas pautas que vayan desde el ahorro de materias primas a un reciclaje por separado de cada uno de los materiales. Más allá de los plásticos, los vidrios, el cartón y el papel tienen sus propios contenedores para reciclarlo de forma efectiva. Los usuarios también deben informarse de dónde poder llevar los materiales contaminantes como pilas, aceites, material tecnológico o chatarras, ya que hay puntos específicos e incluso empresas de recogida que se encargan de un tratamiento adecuado.
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Al cierre de 2018, las estimaciones del Gobierno regional, sus administraciones y Ecoembes, mostraban un aumento del 8% del reciclaje en la Región de Murcia del contenedor amarillo, al tiempo que indicaban que cada murciano recicló durante ese año 1.040 envases de plástico, latas y briks. Esto muestra el compromiso y esfuerzo por parte de los ciudadanos en cuanto a los problemas medioambientales, así como de las entidades locales para acercar más el reciclaje a su día a día.
En la Región hay repartidos en torno a 14.500 contenedores y se han mejorado las rutas de recogida, destacando la puesta en marcha de iniciativas que impulsan el reciclaje desde los centros escolares, u otros destinados a recoger residuos en entornos naturales.
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En las previsiones también se estimó el aumento de papel y cartón de un 7,2% con respecto a 2017, lo que supone que cada ciudadano recicló 469 envases en el contenedor azul.
En la ciudad de Murcia, en 2018 se recicló en 2018 41.244 toneladas de envases, un 5,3% más que el año anterior, lo que significa que cada murciano separó 11,8 kilos de envases en el contenedor amarillo para su posterior reciclaje, mientras que en el azul fue de 12,3 kilos por habitante.
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