Cultivo de cebada en la zona próxima a Playa Honda, con el Mar Menor al fondo.FEL
La Fundación Estrella de Levante y la UPCT avanzan en el cultivo de cebada como 'filtro verde' en el Mar Menor
Resultados prometedores. ·
Los cultivos experimentales de cebada se han mostrado como opción interesante al actuar como filtro verde para el subsuelo, absorbiendo nitratos y con una necesidad de agua menor que los intensivos
Domingo, 24 de marzo 2024, 10:03
La Fundación Estrella de Levante y la UPCT avanzan en el cultivo de cebada como 'filtro verde' en el Mar Menor
La Fundación Estrella de Levante y la UPCT pusieron en marcha hace casi tres años el proyecto de 'Cátedra Sostenibilidad del cultivo de cebada' en una zona cercana al Mar Menor, con el inicio de un cultivo experimental de cebada con la idea de estudiar su capacidad para reducir los nitratos del agua del acuífero del Campo de Cartagena. La Fundación ha puesto en marcha esta experiencia con agricultores locales, con unos primeros resultados satisfactorios.
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El objetivo del cultivo experimental es demostrar que en aquellas zonas donde no se puede cultivar de forma intensiva, este cereal puede ser una opción muy interesante, ya que al mismo tiempo retira el exceso de nutrientes del acuífero. Los primeros resultados son muy prometedores y podría formar parte de una ayuda importante para revertir, en parte, la situación del acuífero en el Mar Menor.
Este cereal reduce la cantidad de nutrientes presentes en las aguas subterráneas que llegan a la laguna
La plantación de cebada en la Estación Experimental Agroalimentaria Tomás Ferro y la finca de un particular en la zona de los Urrutias, continua con el estudio de los datos, tras tres cosechas, y tratando de demostrar su capacidad como posible filtro verde para el Mar Menor y su viabilidad para sustituir a los cultivos de regadío actuales.
Con el filtro verde se actúa, por un lado, utilizando los nitratos presentes en el subsuelo como fertilizante para el crecimiento de la plantación de cebada y, por otro, recogiendo la misma agua del subsuelo a través de una bomba para reutilizarla en el riego de la plantación. Esto hace que se reduzcan la cantidad de nutrientes presentes en las aguas subterráneas que llegan al Mar Menor.
Juan Antonio López Abadía, responsable de Medio Ambiente de la Fundación Estrella de Levante, explica que «para seguir trabajando en la línea de la recuperación de los suelos y aguas subterráneas adyacentes al Mar Menor hemos desarrollado este ensayo de cultivo de cebada variedad Traveler con distintas dosis de agua que nos permite establecer cual sería la mezcla apropiada para el riego de forma que consumamos el máximo posible de agua del acuífero sin afectar el estado del suelo por la alta salinidad de la misma».
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Propiedades del cultivo
Aprovechando que la cebada es un cultivo de bajas necesidades nutricionales y muy resistente a la salinidad, los investigadores de la UPCT riegan las diferentes parcelas del cultivo con aguas con distinta salinidad y solamente con aportes nutricionales derivados del riego de otros cultivos. Analizando la respuesta agronómica de las plantas se está definiendo el modo de producción más eficiente para ahorrar agua y reducir al mínimo los nitratos que llegan a los suelos.
La investigación utiliza sensores de humedad, temperatura y salinidad, así como sondas de succión para medir la salinidad
La investigación utiliza sensores de humedad, temperatura y salinidad, así como sondas de succión para medir la salinidad, un lisímetro de drenaje para conocer el estado hídrico del suelo y termometría infrarroja a partir de imágenes procedentes de drones para analizar la evolución del cultivo. Estrella Levante ha aportado la selección de semillas para el ensayo y difundirá sus resultados para dar a conocer la viabilidad de este cultivo en el Campo de Cartagena.
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López Abadía resume que «buscamos una reducción del uso de agua y la aportación de nitrógeno al suelo para contribuir a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero y de lixiviación de nutrientes, mitigando de esta forma, la contaminación de los acuíferos». Durante el ciclo del cultivo se han ido realizando diferentes controles dirigidos por la universidad para comprobar el estado fenológico del cultivo, así como los efectos que se están produciendo en el suelo, y de momento los resultados son positivos. «Aún tenemos que seguir trabajando y recogiendo datos para poder presentar un informe completo y poder establecer más áreas de cultivo», concluye López Abadía.
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