El acuerdo entre el PSOE y Junts para la investidura de Pedro Sánchez ha puesto sobre la mesa que algunas empresas catalanas se planteen analizar ... el plan entre ambas formaciones políticas para volver a trasladar su sede fiscal a Cataluña, tras un masivo éxodo generado por la tensión política que supuso el referéndum de independencia del 1 de octubre de 2017, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional. Muchas se marcharon con el objetivo de proteger sus negocios ante la incertidumbre. Y entre las comunidades receptoras se hallaba la Región de Murcia. Desde entonces, un total de 91 sociedades se han mudado a la comunidad autónoma hasta el segundo trimestre de este año frente a las 46 firmas murcianas que han hecho la operación a la inversa, según un estudio de la consultora Informa D&B, que recoge datos del registro mercantil. En total, se marcharon casi 5.000 empresas a otros territorios.
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Un mercado pequeño
Pese a ser un mercado pequeño, con respecto a otras autonomías, las empresas catalanas no han dejado de instalarse en la Región. Tras el plebiscito, seis sociedades cambiaron su domicilio social entre noviembre y diciembre. Sin embargo, el número más elevado de empresas que se decantaron por asentar su sede fiscal en la comunidad fue el año siguiente con 32 firmas. En ese momento, la distensión disminuyó de manera paulatina y la llegada de sociedades se ralentizó con 13, en 2019; y 7, en 2020. Tras la pandemia, en cambio, hubo un alza con 16 empresas en 2021 y 13 en 2022, mientras solo vinieron cuatro hasta finales de junio.
En cifras
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91 firmas catalanas han desembarcado en la Región.
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46 empresas murcianas han trasladado a Cataluña sus sedes.
Las compañías decidieron trasladar de Barcelona a la Región su sede social a partir de 2017 al elevarse la tensión del proceso independentista en Cataluña como salvaguarda ante posibles efectos que podían provocar una declaración unilateral de independencia. El jueves, la salida de las sociedades salió a colación, puesto que en el documento pactado por PSOE y Junts se explicita la vuelta de estas empresas a Cataluña: «También se abordarán los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el regreso a Cataluña de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a otros territorios en los últimos años».
Se trata de pequeñas y medianas empresas que entre todas suman una facturación superior a los 30 millones de euros. Más empresas dejaron la Región en el primer semestre de 2023, con el propósito de instalarse en otros territorios de la geografía española de las que hicieron la operación inversa. Entre enero y junio de este año, el saldo negativo fue de 14 empresas. En concreto, las compañías que se marcharon de la comunidad fueron 89 frente a las 75 que llegaron ese periodo.
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En cuanto al origen, destacan Madrid y la Comunidad Valenciana como las dos autonomías que más empresas exportan hacia tierras murcianas, con 34 y 25 sociedades, respectivamente, mientras que a Cataluña se mudaron 15 firmas. Le siguen Andalucía y Galicia, con cuatro.
Fasteners, que se trasladó a Yecla, descarta volver a Barcelona pese al acuerdo político
El mundo empresarial catalán observa con mucha atención el pacto entre el PSOE y Junts para investir a Pedro Sánchez como jefe de Gobierno. Ambas formaciones políticas abordaron durante las negociaciones un llamamiento para que las empresas vuelvan a Cataluña. En concreto, el documento dispone de un apartado que busca atraer de nuevo a las casi 5.000 sociedades catalanas -según datos del Colegio de Registradores- que mudaron sus domicilios sociales a otras comunidades autónomas. Algunas, como Inmobiliaria Colonial, ya han dicho que analizarán la propuesta antes de tomar una decisión. Otras, en cambio, no dudan de que todavía es temprano para planteárselo.
Entre las firmas que optaron por venirse a tierras murcianas por el referendo declarado ilegal por el Tribunal Constitucional aparece Fasteners Distribución, situada en la localidad barcelonesa de Santa Perpètua de Mogoda, que escogió Yecla como nueva sede social y fiscal. Una firma que factura unos 5 millones y se dedica a la tornillería, comercializando sus productos en el sector del mueble tapizado. Sin embargo, descarta volver. «No tenemos en mente regresar a Cataluña porque creemos que la situación no va a cambiar en ningún sentido», explica a LA VERDAD uno de los socios de la empresa por teléfono. «No confiamos en la palabra de ningún político», prosigue este responsable del fabricante de tornillos, que cuenta con dos empleados en el municipio murciano.
La empresa catalana insiste en que todavía no hay señales de estabilidad y seguridad jurídica suficientes. Aunque confiesa que ve muy difícil regresar a corto plazo, tampoco desecha la opción por completo en un futuro. «Lo que realmente tienen que hacer es un plan de ayudas que incentive el tejido empresarial para que todos juntos vivamos mejor», recalca.
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