Aceimur une a los educadores a favor del bienestar de niños y niñas de 0 a 3 años
Domingo, 25 de febrero 2024, 10:54
La Asociación de Centros de Educación Infantil de la Región de Murcia (Aceimur) nació en plena pandemia con la finalidad de servir de apoyo y ayuda en un momento de tanta incertidumbre. En este breve recorrido, ya son 66 centros de titularidad privada los que aglutina en el territorio regional. Su premisa es clara: los centros de Educación Infantil no son competencia, sino compañeros que comparten una serie de ideales y vocación por y para los niños de 0 a 3 años.
La Asociación garantiza que todos los centros están autorizados por la Consejería de Educación, cumpliendo con la normativa para asegurar la seguridad y bienestar de los pequeños, controlando aspectos como el ratio por aula, instalaciones seguras, personal titulado, espacios, impartición de un currículo y requisitos sanitarios. El conjunto de centros lleva más de 30 años desempeñando la que consideran «la profesión más bonita del mundo», que consiste en ver crecer a sus alumnos desde los 4 meses hasta los 3 años, cuando pasan al segundo ciclo de Educación Infantil. «Nuestra experiencia de tantos años y vocación es algo que las familias valoran mucho, puesto que se genera un clima muy familiar con nuestros alumnos y sus padres», indica la presidenta de Aceimur, Mariola Carrillo.
Su prioridad son las necesidades de los alumnos a nivel de aprendizaje, respetando los ritmos individuales con cuidados integrales que garantiza también la conexión total con las familias. En este sentido, defienden la escolarización temprana para garantizar la igualdad de oportunidades y la proyección futura, disminuyendo además el fracaso escolar.
Aunque cada centro tiene una forma de trabajo e identidad propia y sigue una metodología distinta según su programación didáctica, todos coinciden en una educación de calidad a favor del bienestar de los alumnos, haciendo que los padres y madres puedan estar tranquilos a la hora de elegir centro según el que más se adapte a sus necesidades.
Con los brazos abiertos
En Aceimur hay centros educativos «de toda la vida», que llevan décadas dando un servicio integral a las familias, y especialmente a los más pequeños. Cuando los alumnos llegan, las educadoras les reciben con los brazos abiertos: «Nuestro trabajo es muy vocacional y nuestra dedicación, entrega, guía y paciencia terminan cuando los peques ya cumplen los 3 añitos y saltan al segundo ciclo», indica la presidenta. Es cuando los educadores y maestros comparten la misma carrera, como una carrera de relevos en las que se pasan como 'testigo' «un niño ya sin pañales ni chupetes ni rabietas, con mucho amor del bueno y a punto de entender el concepto de compartir». «Pocos trabajos hay más bonitos que el de ver crecer, evolucionar, sonreír, moquear, gatear, bailar, chapurrear a esos bebés que entraron con apenas 4 meses a tu regazo y se van de él, no sin lágrimas, para comenzar el cole de mayores», cuenta con emoción Cristina Valdés, directora de uno de los centros.
Ese apego que se genera en ambas direcciones, entre el peque y su educadora y al revés, suma al desarrollo de los pequeños; momentos que quedan inmortalizados en la infinidad de fotografías con las que día a día sacan una sonrisa, así como un suspiro de tranquilidad, a esos padres que viven con ansiedad la separación de sus peques. «Son los mismos padres y madres los que confiesan sus miedos, dudas, sentimientos de culpa, así como su necesidad de ser guiados por nosotras, las educadoras infantiles, las 'Siri de la crianza'», añade.
La presidenta de Aceimur también destaca el apoyo que ofrecen los educadores para ayudar a los padres primerizos que se ven desbordados por las rabietas, por el 'no' y el 'mío', dando normalidad a ese periodo de rebeldía, haciendo que entiendan el origen y causa cognitiva.
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