Todos los focos para Carlos Alcaraz

A las puertas de la antigua iglesia de la Compañía de Jesús, en Caravaca de la Cruz, el tenista Carlos Alcaraz se llevó de calle los aplausos y piropos de los vecinos que a las once de la mañana esperaban pacientemente la llegada del flamante ganador del Open de Madrid. No había mucha gente: apenas un grupo de chavales y curiosos. Un síntoma de la menguante expectación que genera el acto institucional del Día de la Región. Este año, ni siquiera se había invitado a todos los diputados de la Asamblea Regional, aunque tras las quejas se amplió como se pudo el limitado aforo de la iglesia.

Alcaraz pasó por Caravaca con la mente puesta en Wimbledon, lo que le ha hecho renunciar a Queen's. «No he tenido la oportunidad de jugar mucho en hierba, pero cuando acudo a un torneo siempre voy pensando que puedo ganar», explicó a los periodistas. El tenista de El Palmar espera reencontrarse allí con Rafael Nadal.

Mientras todos los focos recaían sobre el tenista, el obispo de la Diócesis, José Manuel Lorca Planes, trataba de pasar lo más desapercibido posible. A diferencia del resto de premiados, el nuevo hijo predilecto de la Región de Murcia eludió a la prensa. Evitó así que le cayese alguna pregunta sobre las críticas que ha generado este reconocimiento justo un año después de que se vacunase de la Covid saltándose la cola.

Quien sí atendió a todos, exultante, fue el catedrático Vicente Vicente. Porque a la Medalla de Oro concedida por la Comunidad por su trayectoria se une la acreditación del servicio de Hematología del Morales Meseguer, que dirigió hasta su reciente jubilación, como centro de referencia en terapias avanzadas frente a cánceres hematológicos. El investigador había puesto todo su empeño en este proyecto y los frutos llegaron justo ayer.

Por el 'photocall' instalado para la ocasión fueron pasando los premiados. El humorista gráfico José Manuel Puebla, colaborador de LA VERDAD y ABC, recordaba que siempre trata de dar a a conocer la Región. No solo fuera, también dentro. «Tenemos que conocernos más», advertía. La letrada Encarnación Fernández de Simón se confesaba «nerviosa» pese a que está acostumbrada a la prensa. «Es que hoy es un día especial», recordaba. Solo tres mujeres fueron reconocidas ayer, frente a catorce hombres o instituciones representadas por hombres. Sobre un escenario con aplastante mayoría de corbatas, el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, se preguntó «por qué cuesta tanto romper el techo de cristal». A la cita solo faltó Cristóbal Belda, director del Instituto de Salud Carlos III, reconocido con un diploma de servicios distinguidos. No pudo asistir «por encontrarse al frente de nuevos desafíos médicos, como el estudio de la viruela del mono», le excusó el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras.

A través de un tuit, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, felicitó a murcianos y riojanos, que también celebraron su día. «Dos regiones únicas que trabajan con esperanza y tesón para ganar el futuro», señaló.

La fiesta regional coincidió con una nueva tragedia en el mar. Un niño y tres adultos fallecieron el miércoles al naufragar una patera. Ayer todavía se buscaba a un quinto desaparecido, pero la tragedia estuvo ausente del acto institucional. Solo el delegado del Gobierno, José Vélez, hizo referencia a lo sucedido.

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