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Hoy es un día muy especial porque conmemoramos que hace 40 años se publicó la Ley Orgánica 4/1982 de 9 de junio, de Estatuto de Autonomía para la Región de Murcia, una ley que sentó las bases para que en nuestra tierra se protegieran y respetaran los valores de libertad e igualdad, que son fundamentales en toda sociedad plural y democrática.
La aprobación del Estatuto de Autonomía no solo supuso una oportunidad única de disponer de una Administración propia más eficaz, eficiente y cercana a las personas, sino la dignificación y el reconocimiento de nuestra identidad como ciudadanos de la Región de Murcia.
Aquellos que éramos jóvenes en 1982 recordamos que entonces ya se había forjado la democracia, pero era necesario trabajar para consolidarla y fortalecerla. En aquel momento, España se encontraba en una situación de gran inestabilidad política (que tuvo su máximo exponente en el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981), social (por el recrudecimiento del terrorismo) y económica (por el aumento del paro y el proceso de la reconversión industrial).
En este contexto se desarrolló un proyecto desconocido, pero muy atractivo, llamado Estado de las Autonomías, que permitía que las decisiones se tomaran en centros de poder mucho más cercanos a la persona y con un mayor conocimiento de los problemas y la realidad de los ciudadanos. El 9 de junio de 1982 fue el punto de partida de un proceso de modernización sin precedentes que tuvo como primer objetivo atender las necesidades básicas de los habitantes de la Región de Murcia. Durante esta década, miles de personas residentes en núcleos rurales mejoraron su calidad de vida mediante la dotación de servicios básicos como la electrificación, el teléfono o el asfaltado de las vías de comunicación.
Si analizamos los cambios que se han producido en estos cuarenta años, podemos comprobar que hay una gran diferencia en favor de la sociedad actual en derechos, libertades, madurez y en progreso económico y social. Vivimos en una Región mucho más integrada y cohesionada, en la que la sanidad, la educación y las infraestructuras han mejorado considerablemente.
Soy consciente de que, aunque no se hubiese llevado a cabo el proceso de descentralización, nuestro territorio también hubiera experimentado importantes avances, pero estoy convencido de que sin el Estatuto de Autonomía no hubiese sido en la misma medida. Es muy diferente permanecer a la espera de que las decisiones de gran trascendencia se decreten desde Madrid, a que se tomen en la Región de Murcia, cuando aquí conocemos mejor cuáles son nuestras urgencias, nuestros problemas y, sobre todo, cuáles son sus posibles soluciones.
No cabe duda de que ahora somos mucho más fuertes. Murcia ha dejado de ser una entre 50 y ahora es una entre 17; antes la única competencia transferida era la audiencia territorial (que, por cierto, estaba en Albacete) y ahora dispone de competencias tan importantes como educación, sanidad o fomento; antes apenas existían unos pocos kilómetros de autovía y ahora se puede llegar por autovía a todas las comarcas y a la mayoría de municipios de la Región de Murcia; y, sobre todo, antes la ciudadanía estaba en una posición débil y complicada para luchar por asuntos tan importantes como el derecho al agua y ahora nuestros representantes políticos tienen muchísima más fuerza para defender nuestros intereses.
En este punto quiero romper una lanza por mis compañeros Carlos Collado, Manuel Tera, Miguel Navarro, José Plana, Francisco Celdrán y Rosa Peñalver, y por el resto de los 330 diputados que han representado a los ciudadanos en la Asamblea Regional durante estas cuatro décadas, en las que se han registrado casi 50.000 iniciativas parlamentarias y en las que se ha trabajado desde el estricto respeto a los valores democráticos de la tolerancia, el respeto y la solidaridad.
Ha sido un largo camino que hemos recorrido todos y todas, porque uno de los grandes avances que se ha producido en estos últimos cuarenta años ha sido el aumento exponencial de la presencia de la mujer en la vida pública. En la segunda legislatura de la Asamblea Regional de Murcia, los 45 diputados eran hombres. Actualmente estamos muy próximos a alcanzar la paridad y me siento especialmente orgulloso de que la mayoría de las comisiones que se han constituido durante esta legislatura estén presididas por mujeres.
El Estatuto de Autonomía ha significado progreso, libertad y modernización. Es obvio que ningún marco institucional es perfecto y que nuestra Región tiene numerosos desafíos que afrontar, el más urgente, la situación del Mar Menor que es absolutamente prioritaria. Por ello, hemos de continuar trabajando para seguir avanzando y que dentro de 40 años podamos conmemorar un nuevo aniversario en paz y autonomía.
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