40 años del Estatuto de la Región de Murcia

40 años de libertad, desarrollo y prosperidad

Un Estatuto que es de todos, y para todos, como el más válido instrumento de solidaridad, progreso y desarrollo del que jamás hemos dispuesto

Jueves, 9 de junio 2022, 02:22

Este Día de la Región de Murcia conmemoramos cuarenta años de cambios y avances como nunca antes conoció esta tierra a lo largo de sus muchos siglos de historia, y todo ello ha sido posible gracias a esa eficaz y versátil herramienta de desarrollo, solidaridad, vertebración territorial y progreso que es el Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia, que hoy cumple su cuadragésimo aniversario desde que fuera sancionado el 9 de junio de 1982 por Su Majestad el Rey Juan Carlos I.

Publicidad

La Región de Murcia de 2022 es radicalmente diferente a la de hace cuatro décadas: ha crecido notablemente en población, riqueza, capacidad industrial, infraestructuras, políticas de igualdad e inclusión, calidad de la educación y de la asistencia sanitaria y social; y, por encima de todo, es muy superior en cuanto a las posibilidades que ofrece a cualquier persona para decidir libremente en qué modelo de sociedad desea vivir y prosperar. Cómo quieren educar a sus hijos, qué modelo de sanidad prefieren o qué política fiscal es menos gravosa para sus bolsillos.

Basta con echar la vista atrás para felicitarnos por lo mucho que hemos conseguido juntos, de acuerdo a los valores que inspiraron la redacción y contenido de nuestra ley fundamental, como son la libertad, la justicia, la igualdad y la voluntad de avanzar por una vía de progreso que asegure una digna calidad de vida para todos los que viven y trabajan en nuestra Región.

Nuestro Estatuto ha sido un elemento clave para potenciar la participación democrática, una mayor cercanía de la ciudadanía a sus instituciones, y para dotarnos de leyes y normas mejor adaptadas a las necesidades y demandas de toda la población que han permitido, por ejemplo, el poder tomar decisiones a nivel autonómico para luchar contra la pandemia atendiendo a los criterios que mejor respondían a la situación que se vivía en la Región de Murcia en cada momento. También nos ha permitido enfatizar y difundir nuestras señas de identidad culturales, todo aquello que nos une pero a la vez nos hace ser tan diversos, con un punto de fascinación para cuantos nos visitan y solo piensan en volver a nuestra tierra cuando disfrutan de ella y nos conocen tal como somos.

Aunque sea mucho lo logrado, aún quedan muchos aspectos en los que podemos seguir creciendo como región en el marco de esa España que es fruto del modelo autonómico emanado de la Constitución de 1978 y que hoy es cuestionado por quienes reniegan de nuestra Carta Magna y de los muchos avances en todos los órdenes que ha propiciado su aplicación.

Publicidad

Frente a quienes actúan movidos únicamente por su propio interés, el Estatuto de la Región de Murcia, al que hoy rendimos un merecido homenaje, ha sido siempre un magnífico ejemplo de lo esenciales y necesarios que son el diálogo y la voluntad de acuerdo a la hora de abordar las cuestiones de mayor trascendencia para el conjunto de la sociedad y, más en nuestro caso concreto, para el millón y medio de personas que vive y trabaja en la mejor tierra del mundo.

Un Estatuto que es de todos, y para todos, como el más válido instrumento de solidaridad, progreso y desarrollo del que jamás hemos dispuesto; que ha demostrado también su extraordinaria valía en momentos de graves dificultades y nos ha permitido afrontar también con solidez los efectos de las sucesivas crisis económicas de estas cuatro décadas, una pandemia mundial, la devastación causada por los terremotos de Lorca, los daños del mayor temporal en 150 años, los incendios sufridos por nuestros bosques, la recuperación del Mar Menor, la más firme respuesta y apoyo contra esa lacra social que es la violencia de género, el reconocimiento a las víctimas de terrorismo, una más justa redistribución de la riqueza o la lucha contra el cambio climático.

Publicidad

Quedan aún, es cierto, muchas cuestiones esenciales por resolver en el horizonte inmediato que se abre ante la Región de Murcia, como es la apremiante reforma del sistema de financiación autonómica vigente, tan desigual como injusto con nuestra Comunidad, a la que condena al vagón de cola de las peor financiadas de España. También la necesidad de acelerar la total y definitiva recuperación del Mar Menor, que ya no puede esperar más y que necesita de la implicación de todas las administraciones; y de garantizar el agua que nuestros agricultores y regantes necesitan mediante la defensa del Trasvase Tajo-Segura y de los caudales que actualmente distribuye, proponiendo para ello un pacto de Estado que solucione de manera permanente el problema del agua. O de hacer de la digitalización y los avances tecnológicos una oportunidad en lugar de un obstáculo.

Son propósitos, sin duda, ambiciosos y exigentes para poder ser llevados a cabo, pero no lo son menos que aquellos valores superiores que inspiraron, hace ahora 40 años, a los padres de nuestro Estatuto de Autonomía, al que le debemos todo lo que hoy somos, y que esperamos seguir haciéndolo por otros muchos años más.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes por 1€

Publicidad