El UCAM se pone firme en su protesta ante la ACB y la AEBA después de sufrir un «atentado»

La victoria del UCAM ante La Laguna Tenerife estuvo tan en la mano que solo se le podía escapar si le era arrebatada. Ese es el sentir que reina en el club murciano, aún en estado de estupefacción ante lo que el pasado sábado fue calificado en rueda de prensa por Sito Alonso como «vergüenza», «error abismal» y «falta de respeto impresionante», la permitida colocación de cuatro jugadores rivales en posición de rebote en el tiro libre final de Kaiser Gates, cuando restaban 0,8 décimas para terminar el partido y el marcador era de 77-75 a favor del UCAM.

Que el partido terminara con 77-78 fue debido a una genialidad en forma de triple del rival David Krämer, oportunidad de la que jamás deberían haber dispuestos los canarios, que pudieron poner el balón en juego desde saque de banda en pista delantera y previo tiempo muerto para preparar esta jugada. Que después de un tiro libre fallado se hubiera podido dar todo esto solo obedeció a la invasión pitada por el árbitro Javier Torres, que vio cómo Gates, tirador, invadía la zona de rebote antes que el balón tocara el aro, algo que no le está permitido al lanzador.

Sí pueden los hombres al rebote entrar en esta zona una vez que el balón salga de las manos del tirador, si bien el UCAM denunciaba que estos invadían antes que Gates, realmente podían hacerlo. Aun así, la posible precipitación está abierta a la duda. Lo que bajo ningún concepto era permisible, y anularía todo lo demás, es que hubiese hasta cuatro hombres de La Laguna para luchar ese rebote. El máximo permitido para el equipo que defiende es de tres y, para el que ataca, de dos (de hecho, en esta jugada el UCAM solo puso a uno, Kurucs).

Es decir, que antes de la invasión de Gates, que debía haberse estado quieto tal y como debía para asegurar la victoria, está el grave error de permitir a cuatro jugadores rivales estar donde estaban. Y nada de los demás, es decir, la invasión de Gates, el tiempo muerto visitante, el saque en pista delantera y el triple ganador de Krämer, habría ocurrido.

El UCAM, que tampoco advirtió esta irregularidad en el momento, firmó el acta bajo protesta dentro del plazo permitido. Y, este domingo, solo trece horas después de que terminara el partido, el club, bajo firma de su presidenta María Dolores García, emitió un comunicado oficial como reclamación formal ante la ACB y la AEBA (Árbitros Españoles de Baloncesto) quejándose de lo sucedido, un hecho que ha encontrado en las reacciones de la comunidad del baloncesto la práctica unanimidad ante la injusticia sufrida.

El club entiende que los árbitros «están pendientes de la infracción que pueda cometer el lanzador, ya que interpretan que va a tirar a fallar, y se olvidan por completo del resto de jugadores que le rodean», suceso que es calificado de «atentado injusto», pues la victoria debería haber sido murciana «si se hubiese aplicado correctamente el reglamento».

En lo que es una defensa legítima de sus intereses, el UCAM entiende que un hecho insólito como este «atenta contra la dignidad de la Liga Endesa y de todos los aficionados al baloncesto» y, al tiempo que avisa de que recurrirá «ante todo órgano competente», también entiende que «al igual que se sancionan severamente los errores cometidos por los clubes que atentan contra la dignidad de la competición, la misma rigurosidad hay que aplicar con el estamento arbitral». Si bien fue Javier Torres quien pitó la polémica invasión de Gates, ni Carlos Peruga ni Vicente Martínez se dieron cuenta.

Además, y aunque no lo incluyó en su comunicado, el UCAM también se quejó en la noche de este domingo en sus redes sociales, en lo que tituló «el último llanto del día», de la tardía puesta en marcha del reloj cuando, en la jugada final, Krämer recibe el balón que convierte en el triple ganador. El vídeo demuestra un pequeño retardo achacable a la reacción humana, si bien no parece que, en cualquier caso, hubiese impedido al jugador amarillo convertir su tiro en tiempo. El daño para el UCAM ya estaba hecho.

Una situación como la de este sábado es una que no encuentra precedentes. Pero no es la primera vez que el UCAM firma bajo protesta por sufrir una derrota que, con la justicia en la mano, debería haber sido victoria. Ocurrió en la 25ª jornada de la temporada 2009-10, cuando cayó 58-57 en una visita al Bilbao con un triple sobre la bocina de Javi Salgado. La canasta subió al marcador y no fue revisada, pues tampoco nadie así lo reclamó, pero en el vídeo podía comprobarse que estaba fuera de tiempo. La protesta quedó en nada y aquel CB Murcia perpetró el que fue su último descenso.

El rival de esta jornada, La Laguna, tiene un precedente de queja esta misma temporada. Lo hizo después de perder su partido correspondiente a la sexta jornada en su visita al Valencia, partido que decidía el liderato. Este partido fue aplazado en su día a consecuencia de la DANA del 29 de octubre de Valencia, y, para cuando se jugó, Amida Brimah fue alineado por los levantinos.

El problema es que, en aquella sexta jornada disputada en su fecha original, Brimah ya compitió como jugador del Manresa, y el reglamento es claro en imposibilitar que un jugador dispute una misma jornada con dos equipos diferentes. La Laguna Tenerife se quejó, pero el pasado 10 de enero el Juez Único desestimó su recurso, pese a la no cabida a la duda en la legitimidad de su protesta.

Para los canarios, así pues, ha sido una por otra por azar del destino. Pero el UCAM quiere justicia y aguardará una resolución satisfactoria para sus intereses después de lo que, considera, fue una legítima victoria previa a la polémica que se la quitó.

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