Los del UCAM pelean un partido en el que el Real Madrid lanzó 37 tiros libres frente a los 15 de los universitarios UCAM
Baloncesto

El UCAM araña la proeza de ganar a domicilio al Real Madrid y vuelve a lamentarse de los árbitros

Los blancos lanzaron 37 tiros libres, 29 de ellos en la segunda parte, su marca más alta de la temporada, con 22 de diferencia sobre los murcianos

Domingo, 9 de marzo 2025, 16:10

Cuando, después del partido, le llegaba a Chus Mateo el turno de pasar por el inalámbrico de Movistar Plus para valorar el partido, lo hacía ... instantes después de que Sito Alonso considerara «imposible ganar con una diferencia de 22 tiros libres». Y, aunque terminaba diciendo que «no entro en esto», porque «eso es desviar el tiro y no me gustan esas cosas», lo hacía después de haber entrado hasta el fondo. Porque el técnico blanco consideraba que «a veces te pasa en contra y a veces te pasa a favor», y lanzaba un recado a su homólogo universitario con su «si cuando te pasa a favor no lo dices, no lo digas cuando te pasa en contra».

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Pero la realidad es que a Mateo no le ocurre mucho esto en contra. De hecho, hoy lanzó 37 tiros libres, su máximo en un partido esta temporada, para una diferencia favorable de 22 lanzamientos desde la línea de 4,60 metros sobre los intentados por su rival, también marca máxima hasta el momento. Y, pasadas 22 jornadas de Liga Endesa, 17 han sido las veces que el Real Madrid ha tirado más tiros libres que su contrincante. Y, en las cinco que tiró menos, la diferencia más amplia fue de ocho. Unos datos que no le dan coherencia a un discurso vestido de elegancia para reconocer el «difícil trabajo de los árbitros», uno seguramente más complicado con las innumerables protestas de un equipo que, pese a haber sumado su décima victoria consecutiva, protestaba cada acción arbitral como quien se siente ultrajado por unos jueces que, solo en la segunda parte, le concedieron 29 de sus 37 tiros libres. 29 tiros libres que, en solo esos 20 minutos, serían el tercer registro más alto del Real Madrid en los partidos de esta temporada.

Y, pese a tal controversia en la penalización de contactos, seguramente la decisión más polémica fue un balón despedido por fuera de banda a 41,3 segundos del final, dado en inicio para el Madrid, pero mandado a revisión por Sito Alonso dada la insistencia de Kurucs, el jugador considerado último en tocar balón. En ese momento, el marcador era de 76-75, por lo que el UCAM habría tenido posesión para intentar ganar en una cuenta inferior a dos posesiones completas. Pero, pese a que la revisión mostraba cómo Abalde era el último en tocar el balón, que salía despedido en la dirección hacia donde lo tocaba el jugador blanco, la decisión se mantuvo. El Madrid volvió a atacar y Llull falló un triple, pero se pitó falta de Ennis sobre Campazzo en el rebote, y el argentino no erró sus libres.

Gran puesta en escena

Es el cruel final para un UCAM que no gana para disgustos cuando pretende asaltar a uno de los grandes de la competición (sigue sin ganar a ninguno de los ocho primeros), todavía doliéndose de la arrebatada victoria en su último partido en el Palacio y que, por segunda jornada seguida, tiene a aquellos tres árbitros en la nevera. Pero que puede sentirse orgulloso del nivel de competitividad ofrecido en la pista de un vigente campeón y actual líder al que nunca ha vencido a domicilio. Hoy lo rozó, y lo hizo empezando por un espectacular comienzo de partido en el que, pese a lamentar los tempranos problemas de faltas de un Gates con dos triples en cuatro minutos, continuaba trazando su plan con rigor y contaba con la mejor aparición de Stephens con la camiseta del UCAM hasta ahora, con nueve puntos en un primer cuarto de muchísima anotación y con poco que lamentar (23-28).

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Poco, pero sí algo. Y es que, aunque los murcianos lograron alejar del balón a los jugadores blancos con más puntos en las manos, que Garuba anotara dos triples o que Fernando encontrar el camino para dos baratos mates mantenían a flote a un Madrid sorprendido por la resistencia del UCAM conforme pasaba el tiempo, alcanzando una máxima de trece puntos después de siete seguidos de Kurucs, que pedía el cambio entre medias después del titánico esfuerzo de un jugador sin cuyo físico no se puede competir a estos equipos (25-38, minuto 14). Los agujeros en el rebote defensivo, que condecían segundas oportunidades (nueve al descanso para el Madrid), y las imprecisiones con que terminó la primera parte, causantes de un ligero ajuste en el marcador (37-43).

El UCAM siguió un plan que alejó del balón a los mejores anotadores rivales y que atacó a Tavares con las continuaciones cortas de Birgander

Un partido diferente

A la fuerza de tanto parón, el atractivo ritmo de la primera parte fue a menos en la segunda. Hasta cuatro minutos separaron la primera (el estreno de Ennis) de la segunda canasta en juego del UCAM en el tercer cuarto, uno en el que el conjunto blanco aumentó y mucho el nivel de exigencias a los árbitros, con la vehemencia de quien sabe que puede apretar un poco más, al punto de llevarse Mateo una técnica después de una falta señalizada a favor. Inversión a futuro del entrenador local, que volvió a sufrir en las continuaciones cortas de Birgander después de bloqueo directo, ejerciendo seis puntos seguidos del sueco como desatascador que pospondría la remontada blanca (48-53, minuto 27). Esta llegaba con un parcial de 7-0 con tres viajes a la línea de personal, siendo los tiros libres de Feliz del 55-53 consecuencia de una señalización de falta de Sant-Roos, que, claramente, ni tocaba al dominicano.

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En la siguiente acción, al banquillo del UCAM le caería una técnica de lo más barata en la celebración de un triple de Radebaugh, pero otra acción de tres puntos, un 3+1 de Stephens, mantenía al UCAM arriba (58-61, final del tercer cuarto).

Controversia hasta el final

Si ya habían sido polémicas la falta de Sant-Roos a Feliz y la técnica al banquillo murciano, no menos podía serlo, tan de seguido, una revisión a una falta sobre Hezonja que, pese a ser señalizada previa a la acción de tiro en un inicio, se cambiaba a acción continuada, dando validez a una canasta que no debió subir porque, de ser después la falta, decisión cuestionable cuanto menos, habría habido pasos del croata, que gracias a esta decisión anotaría su única canasta del partido.

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De nuevo llegando al UCAM al bonus de faltas, como en el cuarto anterior, a la vez que el Real Madrid llevaba solo una, el tesón de los jugadores con más músculo, caso de un Kurucs de enormes esfuerzos, dio siempre opción a la victoria. Como cuando el Madrid tomó dos posesiones de ventaja, pero Ennis y el letón sumaban cinco puntos casi seguidos contra defensas por colocar (67-68, minuto 36). También Hakanson se venía arriba cuando, ante misma situación, anotaba un 3+1 para empatar (72-72, minuto 37), o Kurucs metía un triple cuando la cuarta ventaja de cuatro puntos de los blancos podía parecer definitiva (76-75, 1:03).

Con 76-75 en el marcador a 41,3 segundos del final, una revisión por fuera de banda entregó el balón al Real Madrid pese a ser Abalde en último en tocar el balón

La rendición final no llegó hasta la siguiente jugada, la de esa revisión que, pese a poder ver desde varias tomas cómo Abalde era el último en tocar un balón despedido hacia donde lo desviaba su contacto, se entregó el balón a un Real Madrid por delante y 41 segundos por jugar.

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