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Fotis Katsikaris. Martínez Bueso
Katsikaris: «Me alegro de ver al UCAM haciéndolo así de bien; es espectacular»
Baloncesto | Liga ACB

Katsikaris: «Me alegro de ver al UCAM haciéndolo así de bien; es espectacular»

El extécnico del UCAM, que hoy visita el Palacio con el Tenerife, dice que se fue «porque quería hacer algo más, encontrar otro reto; hablé con Mendoza y lo entendió»

Emilio Sánchez-Bolea

Domingo, 28 de enero 2018, 11:37

Fotis Katsikaris es la novia más guapa que ha tenido el UCAM, la que le ha llevado a experimentar lo que antes nadie había logrado. Es la que le parte el corazón, pero el UCAM no ha tardado en darse cuenta también de que con ella no se acaba el mundo, y vive ahora feliz con Ibon Navarro. Fue su sintonía con la directiva la que llevó a un entrenador de primer nivel europeo a sentarse en el banquillo murciano en dos etapas, la segunda después incluso de que José Luis Mendoza dijera que no volvería mientras él fuera el presidente, a pesar de que su primera salida llegó sin una oferta de renovación.

En la segunda sí hubo, pero fue él quien decidió aceptar el reto del campeón israelí y semifinalista de la EuroCup. Como un año antes en Rusia, no le ha salido bien, pero no ha tardado en volver a la Liga Endesa, a un Iberostar Tenerife con el que regresa por primera vez como rival a una Murcia que lleva «en el corazón».

Vuelvo a un pabellón en el que he vivido muchas alegrías y con una afición magnífica»

Partido especial

«Es un entrenador al que respeto; va a tener una carrera brillante porque vive esto»

Ibón Navarro

«Había un presupuesto justo y luchábamos con lo que había, pero no puedo decir nada malo»

Su pasado en el UCAM

«Hay gente que echo de menos en el día a día y siempre va a tener un hueco en mi corazón»

Murcia

-¿Va a decir lo típico de que es un partido más o va a reconocer que es especial?

-Es un partido especial, claro. Es volver a Murcia, a un pabellón en el que he vivido muchas alegrías, con una afición magnífica, con unos chicos a los que me voy a enfrentar y con los que he vivido unos momentos inolvidables… Muy especial.

-¿Cómo cree que le va a recibir el público?

-Espero que bien [risas]. Nuestro público, en mi etapa, ha sido un jugador más en todo lo que hemos vivido juntos. Estuvieron siempre con nosotros, nos apoyaron en los momentos difíciles y siempre tendrán una parte muy especial en mi corazón. He disfrutado cada momento con ellos, de verdad.

-El UCAM se ha quedado muchas veces a las puertas de la Copa del Rey en estos últimos años, y ahora casi se podría decir que es usted quien lo ha apartado de ella.

-Acabar octavo, con el Gran Canaria dentro por ser anfitrión, perder como perdió el partido contra el Madrid, en el último segundo contra el Obradoiro… Yo creo, sinceramente, que el UCAM merecía estar en la Copa por su propio rendimiento como equipo. Desafortunadamente, no ha podido ser, pero este año está jugando muy bien, es un equipo con carácter y ‘pesado’, en el sentido de que con ellos nunca se sabe hasta el último segundo qué va a pasar. Podía haber estado en la Copa, por supuesto, pero estoy seguro de que en esta segunda vuelta va ser uno de los equipos de referencia en la lucha por el ‘playoff’, además de que está haciendo una temporada magnífica en la Champions. Muchas veces hablamos Alejandro Gómez y yo de dar un paso adelante, y creo que lo están haciendo, porque el trabajo es espectacular en todos los aspectos, no solo técnico. Ibon Navarro es un muy buen entrenador al que respeto mucho, y que va a tener una carrera brillante porque realmente vive esto. Es un obsesionado del baloncesto, de cada detalle, y yo estaba seguro de que lo iba a hacer bien y de que iba a encajar con lo que quieren Alejandro, el club y la afición, porque tiene carácter y se lo sabe transmitir a sus jugadores. Por eso vemos un equipo muy sólido, muy difícil de superar.

-El pasado verano llegó a parecer hecha su renovación, pero todo cambió en un día. Cesan a Repesa en Milán, llaman a Pianigiani, del Hapoel, y el Hapoel a usted. ¿Tiene que decidirse muy rápido?

-A veces los profesionales tenemos que tomar una decisión muy grande pensando en varias cosas. Quería hacer algo más, encontrar un reto diferente como el que me ofrecieron en Jerusalén: un equipo en EuroCup con aspiraciones de llegar lejos, probar una liga diferente como la israelí y con un proyecto, la verdad, que podía hacer un trabajo a un nivel más alto que el del UCAM. Tuve que pensar en todo eso con muy poco tiempo, y a la gente de Jerusalén ya la conocía porque me habían ofrecido entrenar allí un año antes con todo planteado. Era un reto que quería probar porque era muy atractivo. No ha salido como esperaba, pero jamás me arrepiento de mis decisiones.

-¿Qué ha fallado?

-Es un tema de mentalidad en la liga y los jugadores. Ganando la liga el año pasado y haciendo una buena EuroCup, estaban un poco fuera de la realidad, y me explico. El Maccabi estaba muy mal el año pasado y que ganara la liga el Hapoel no era ninguna sorpresa; en la EuroCup ya sabemos que, según qué cruce, puede cambiar tu destino. Lo hicieron bien, pero ahora les faltaba la experiencia de manejar todo esto y ser más realistas, sobre todo al propietario. Desafortunadamente no he podido hacer mi trabajo como yo quería con la plantilla.

-¿Cree que su manera de trabajar y entender el baloncesto se adaptan mejor a la ACB que a ligas como la rusa o la israelí, donde parece que, a mayor dinero, menor es la paciencia?

-Totalmente. Es fundamental tener química con los responsables del club en el que vas a trabajar. Ya lo tengo claro. Probando en Rusia y en Israel esta manera de entendernos en el trabajo del día a día, alcance de objetivos y demás, ves que la mentalidad y la filosofía son muy diferentes. Aquí, aunque soy griego, creo que nos entendemos mejor los dirigentes y yo, y esta paciencia que es fundamental que exista aquí sí está.

-Esta química de la que habla con la directiva aquí sí la tenía, lo cual hace más sorprendente que después de su primera temporada no tuviera una oferta de renovación.

-Tengo un respeto total a Alejandro Gómez y a José Miguel Garrido, nos entendemos perfectamente, y en el club sabían mejor que yo cómo estaban. No hubo oferta, pero no por una falta de respeto, sino porque nos entendíamos tan bien que cuando me llegó una oferta del Lokomotiv decidieron que no me iban a ofrecer nada. Pero es una muestra de confianza y respeto. Lo de este año pasado es diferente, no podía decir que no, era yo quien quería hacerlo.

-Luego llega a Tenerife y como el año pasado en Murcia. Coge a mitad de temporada a un equipo que no está bien y enseguida todo va sobre ruedas.

-Sí, es verdad. Es la cuarta vez que me pasa en España y ha vuelto a salir bien. ¿Qué quiere que diga? Conozco la liga, a los jugadores, y en un momento así lo primero que tengo que hacer es saber ordenar los pasos a dar para mejorar. Aquí era fácil sacar lo bueno que tiene esta plantilla, porque es un club con una mentalidad muy trabajadora, con un vestuario en el que hay una muy buena relación entre los jugadores. Lo único que tenía que hacer era recuperarles un poco la moral y la confianza y, a partir de ahí, sacar lo mejor de cada uno de ellos. Cuando vine, el calendario para terminar la primera vuelta era muy difícil, para la Copa del Rey ni habíamos pensado en poder clasificarnos, así que lo enfocamos mirando solo el siguiente partido, no el calendario, ganando así una angustia que nos era necesaria.

-Al poco de llegar ficharon a Kostas Vasileiadis y, tras la lesión de Richotti, a Josh Akognon. ¿Esa capacidad para reaccionar rápido en forma de fichajes fue algo que echó en falta en el UCAM?

-En el UCAM había un presupuesto muy justo, y había momentos en que necesitábamos un refuerzo o un cambio pero el club no podía permitírselo y había que luchar con lo que teníamos. Pero sin ningún mal gusto y con todo el respeto a su situación. Aquí, como el año pasado hubo un superávit, tenían dinero guardado para una situación urgente como la lesión de Richotti o para meter a Vasileiadis por Vrabac. No era una cantidad extra de un presidente que tuviera que sacar dinero de su bolsillo. Por eso no puedo decir nada malo en este sentido del UCAM, porque son clubes en situaciones diferentes.

-¿Cómo quedó su relación con la directiva del UCAM, incluido el presidente, cuando comunicó que se decidía por Jerusalén?

-Hablé con José Luis Mendoza y le expliqué por qué tomaba esa decisión antes de firmar con el Hapoel, porque quería que lo supiera por mí y no a toro pasado. Me entendió como profesional y quedamos muy bien en lo personal, con una relación honesta y de mucho aprecio. Con Alejandro y José Miguel tengo una amistad muy sincera.

-¿Algo que eche en especial de menos de Murcia?

-Cuando has cambiado tanto de ciudades y países como yo, te quedas siempre con la gente. Hay gente que echo mucho de menos en el día a día, tanto del baloncesto como fuera, y siempre van a tener hueco en mi corazón. Me quedo mucho con la gente, y esté donde esté siempre voy a tener muy buenos recuerdos, y cualquier posibilidad de encontrarlos otra vez me da mucha alegría. De mi etapa en Murcia me gustó mucho trabajar con la gente: el cuerpo técnico, los médicos, la gente del pabellón… Les tengo un cariño y un aprecio enormes.

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