
Diagne le quita complejos a un UCAM que gana al Bilbao y ya respira
Los de Sito Alonso levantaron un encuentro que se les había puesto muy cuesta arriba y, en su segunda prórroga de la semana, ganan su primer partido de la temporada
El que la sigue la consigue. Y nadie lo hace con más empeño que Moussa Diagne, tercer pívot de la rotación y que, después de ... pasar tres cuartos inédito, debutó en el último para tener una importancia capital y sin la que no se entiende la primera victoria de la temporada el UCAM. Porque el volcán siempre en erupción que es el pívot senegalés contagió de energía a la grada de todo un Palacio y un equipo que habían dejado de creer en que era posible salir airoso de un partido en el que, de nuevo, la presión había sido el peor enemigo de un equipo que lucha por dejar su exitosa temporada anterior en el pasado.
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Su contagio de energía hizo que funcionara todo aquello que no se refleja en la pizarra de un entrenador. Suyo era el trabajo sucio bajo los tableros, el de levantar a la alicaída grada o el de tocar cada balón dividido, pero sin su chispa no se habría prendido la mecha del talento de Ennis o el encomiable esfuerzo de Kurucs, imparable al poste bajo para el Bilbao, no habría tenido el premio de la victoria.
El UCAM ya puede respirar. En la primera noche de Liga Endesa de la temporada se ha sacudido complejos de encima para abandonar el Palacio sonriente, experiencia olvidaba en los seis partidos previos de este equipo ante su afición, y ya puede comenzar a creer en sí mismo.
UCAM CB
Hakanson (8), Ennis (24), R. Kurucs (20), Brodziansky (7) y Birgander (5) -quinteto titular- Sant-Roos (5), Caupain (0), Radovic (2), Radebaugh (7), Todorovic (4), Diagne (7) y A. Kurucs.
89
-
83
Bilbao
Pantzar (12), Kullamae (4), Rabaseda (0), De Ridder (6) y Hlinason (6) -quinteto titular- Frey (11), Abdur-Rahkam (20), Domínguez, Gielo (6), Jones (15), Dragic (3) y Sylla (0).
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Parciales 22-16, 20-22 (42-38), 13-23 (55-61), 22-16 (77-77) y 12-6 (89-83).
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Árbitros Carlos Cortés, Alberto Sánchez y Raúl Zamorano.
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Incidencias Palacio de los Deportes de Murcia, 5.778 espectadores. 2ª jornada de la Liga Endesa.
Inicio aprobado con nota
La mejor forma de quitarse complejos de encima fue con la que arrancó el partido el UCAM. Defensas sin especulaciones, protección del rebote y ataque estático seguido al pie de la letra para no dejar entrada posible a los pensamientos intrusivos que maniatan al UCAM en este inicio de temporada. Eso, y el Kurucs de las grandes citas, con diez puntos y cinco rebotes en cinco minutos y nombre propio de una prematura diferencia de diez tantos (15-5, minuto 8) que no preocupó a Jaume Ponsarnau, impertérrito ante la posibilidad de pedir tiempo muerto.
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El UCAM lo estaba bordando, pero justo antes de terminar el primer cuarto Gielo metió dos triples seguidos que poco gustaban a Sito (22-16) y, agotada la adrenalina del principio, los murcianos torcían el gesto. Además, Caupain y Todorovic son dos hombres aún timoratos en este comienzo, pero el de hoy seguía sin ser el día para ninguno de los dos, que coincidían en pista cuando el Bilbao subía su nivel defensivo (solo dos faltas en el primer cuarto) y, en menos de tres minutos de segundo cuarto, ya estaba por delante tras un triple de Pantzar (24-27, minuto 13). Cuando el UCAM volaba y tomaba una máxima ventaja de doce puntos (22-10, minuto 9), el Bilbao respondía con un parcial de 2-17.
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Caras de circunstancia, pero sin tiempo como para detenerse a pensarlo. Un jugador como Kurucs, de los que no hacen prisioneros, regresaba a pista para intentar llevar al UCAM donde lo había dejado, pero que algo iba mal era constatable en el tiro libre, donde los murcianos tiraban peor que desde el triple en la primera parte (6/17), que terminaba con los pimentoneros por delante, aunque no con las mejores sensaciones (42-38).
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El runrún que no cesa
Y que algo no iba bien se hacía oficial en la reanudación. Los cinco primeros ataques del tercer cuarto eran dos pérdidas, una falta en ataque, otra pérdida y un fallo bajo aros de un Kurucs que, frustrado, cometía otra falta más. 0-8 de salida del Bilbao, ya por delante hasta que quedaran tres segundos (42-46, minuto 23). Tardó tres minutos en estrenarse el marcador de la segunda parte del UCAM con un triple de Ennis, que dio algún zarpazo más en este tercer periodo, pero no era el plan preparado por Sito, que veía al Bilbao correr con Abdur-Rahkman u obtener ventajas demasiado fáciles con Hlinason sobre Birgander (46-53, minuto 25).
Todorovic tenía una segunda oportunidad, pero tampoco él, ahora con Jones, elevaba el nivel, cometiendo faltas muy baratas que aumentaban la frustración de un equipo al que le había mirado un tuerto: fallaba tres de sus cuatro tiros libres, la técnica que le llegaba a favor cortaba un contraataque y, bajo aros, fallaba cinco de sus ocho intentos (55-61, final del tercer cuarto).
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Sant-Roos acertaba a darle al ataque la claridad con que Caupain no cuenta y que Hakanson solo encuentra cuando el acierto le sonríe y, con él como base, el UCAM subía en criterio y confianza, ya con la entrada de Diagne en el partido, pero la pasión desmedida también llevaba a la falta de frenada, como una antideportiva de Kurucs o unos fallos en el rebote que daban canastas en segunda oportunidad, con el Bilbao poniendo su máxima diferencia a cinco minutos del final (59-71).
Rodions el terrible
En este contexto, al UCAM solo le quedaba doblar la apuesta. Con Kurucs de nuevo sobre el parqué, su lucha sin cuartel mano a mano con Diagne terminó por transformar la defensa, así como su instinto en el rebote ofensivo propiciaba algunas canastas clave con que los más creyentes se agarraban al sueño de la victoria, si bien ya habían desfilado por las escaleras del Palacio los primeros aficionados.
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El impacto del letón en este final de partido es uno tan grande que hace posible ganar pese a estar casi dos minutos sin anotar o cometer faltas en dos contra uno en los que el contacto era evitable. Pero, si el baloncesto es justo, hoy quiso al menos parecerlo. A 9,8 segundos del final Pantzar tuvo dos tiros libres para sentenciar, pero falló el segundo (75-77) y Diagne, quién si no, se hizo con el rebote. Ennis montó el contrataaque y Radebaugh empató a tres segundos de que sonara la bocina (77-77).
Segundas partes sí son buenas
Segunda prórroga de la semana, pero, en absoluto, como la del martes. Esta vez era el UCAM quien venía desde atrás, quien lograba una vida extra, y con la fuerza de quien regresa de donde nadie quiere verse, el Palacio fue un hombre más en la defensa murciana en la prórroga, donde el Bilbao tardó más de tres minutos en anotar y, para cuando lo hizo, la victoria ya se había teñido de rojo, con triples como los de Ennis o Hakanson de plena confianza (85-78, minuto 44).
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Parecía como si la maldición que arrastraba el UCAM en la cabeza se hubiese trasladado a los de Ponsarnau, que fallaban tres tiros libres seguidos en la prórroga, una en la que el subidón con que había llegado el equipo de Sito Alonso hizo incluso que no se echara de menos a Rodions Kurucs, el más constante del UCAM de principio a un fin ahora del todo plácido, pese a algún fallo defensivo ya causa de la extenuación.
A Diagne le faltaba el aliento después de haberse vaciado, pero era el hombre al que todo el mundo quería abrazar una vez consumada una victoria improbable hasta su inesperado aparecer en el partido.
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