A Booker se le agotan las opciones

Hablar del UCAM las dos últimas temporadas es hacerlo necesariamente de Askia Booker, catalizador del juego de los universitarios desde su llegada y hasta su salida, aunque con distinta suerte cuando su jefe fue Javi Juárez, con quien nunca alcanzó entendimiento, a cuando fue Sito Alonso, a quien ha estado estrechamente unido y con quien ha alcanzado su mejor nivel.

Jugar en la posición de base y al mismo tiempo ser el jugador de mayor talento anotador en un equipo obliga a vivir en el ojo del huracán, sobre todo por quienes tienen una percepción más clásica del baloncesto. Señalado cuando el UCAM no ha funcionado, y no tan reconocido cuando sí lo ha hecho, su sprint final de la temporada 2018-19 es en la mayor parte responsable de que Murcia siga siendo una ciudad ACB. Sin embargo, la realidad es que han sido dos años en los que el colectivo ha quedado por debajo de las expectativas, pese a que Booker haya sido el jugador que fue fichado.

De hecho, su rendimiento le pudo permitir volar a atractivos destinos el verano pasado, pero los cuatro meses que pasó con Sito le supieron a poco, y esta fue la gran razón por la que renovara en el UCAM. Máximo anotador de la Liga Endesa en el año 2019 y 'MVP' de la competición en el último mes de noviembre, su controvertido perfil está más asentado en lugares de mayor tradición baloncestística, y por eso desde antes de que terminara la pasada temporada se empezó a trabajar en su incorporación al Baskonia, donde jugadores de corte similar como Mike James, Darius Adams o Shane Larkin -este último bajo las órdenes de Sito- encontraron un gran espaldarazo a sus carreras. Sin embargo, su llegada a Vitoria está anulada.

Askia Booker, natural de Los Ángeles, es hijo de padre suizo. Y, a diferencia de países que no exigen relación alguna para obtener la doble nacionalidad, Suiza es de los más estrictos del continente. Con este pasaporte, Booker se convertiría en jugador comunitario y se le abriría un amplio abanico de posibilidades y mejores salarios, algo en lo que sus agentes llevan trabajando desde sus días en el UCAM.

Esta incertidumbre pesa incluso más que una inamovible condición de extracomunitario, puesto que condiciona la confección de las plantillas. En el Baskonia le llegaron a garantizar un rol de importancia para la próxima temporada de conseguirlo, pero el vigente campeón no puede seguir esperando, y ha cerrado el cupo de exteriores con puntos en las manos con las renovaciones de Pierriá Henry y Zoran Dragic, y la incorporación de Khadeen Carrington, dando por cerrada su plantilla.

Del mismo modo, ese no saber si gastar una plaza de extracomunitario en Booker, o si de esperar un poco podría ser empleada otro jugador, juega un papel en contra del futuro inmediato de Booker para su aterrizaje en otro grande europeo. A diferencia de su excompañero Eddie, de perfil muy definido como especialista, el rendimiento de Booker se encuentra con funciones similares a las desarrolladas en Murcia, por lo que el riesgo es mayor. Y ni en Grecia ni en Turquía, donde rumores que no han sido más que eso, se la juegan.

En España el único interés firme que tiene es el del Betis, equipo que le trajo a la Liga Endesa, pero no es lo que el jugador necesita en este punto de su carrera, por lo que la probabilidad de que acabe en un equipo de entidad similar al verdiblanco pasa por contar con sencillas cláusulas de salida antes de terminar 2020. De no hacerlo, otras posibilidades son las de seguir entrenando por su cuenta o explorar mercados más exóticos.